Roberto
era Ing. Químico y llegó a Intevep (a “productos del petróleo”) en sus
años de inicio, viniendo de Maraven y antes de Shell, pero de inmediato
pasó a ser un investigador más de los nuestros, siendo él uno de los que
le dio el carácter tan especial de nuestro centro de I&D.
Él
era un verdadero y organizado investigador, pero nunca dejó de lado su
profunda y extensa faceta humanista. Fue, además, periodista, locutor,
educador, escritor, fotógrafo y cineasta.
Cuando sus limitaciones
físicas lo obligaron a recluirse, siguió escribiendo acertadas críticas
de cine y artículos de divulgación científica, que eran publicadas en la
revista ZETA, Analítica y algunos periódicos.
¡Paz a sus restos!
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