miércoles, 25 de abril de 2012

Ex post facto

Ahora resulta que más importante que curar la enfermedad es tapar una verdad que estremece los propios cimientos del sistema. Si lo que dice Aponte Aponte es falso entonces ¿por qué no se realiza una investigación independiente e imparcial? Ex post facto o lo que es lo mismo después del hecho esa ha sido la respuesta de los personeros del régimen a las declaraciones dadas por el ex magistrado Aponte Aponte a un canal de televisión de Miami. El por qué de esa reacción tardía se debe a que en el oficialismo nadie puede declarar sin que haya recibido primero las señas del manager. Pero como éste no está en sus mejores condiciones hubo que esperar hasta que las señales de humo llegasen desde La Habana. Las señales no abordan el tema de fondo, es decir la corrupción del sistema judicial y la presencia del narcotráfico en altas esferas militares. Estas se limitan a tratar de relacionar de manera alambicada a Aponte con la alternativa democrática y a calificarlo de traidor, bandido, vendido etc. Pero entre las declaraciones de último minuto merece destacar las de la defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez quien no tuvo empacho en afirmar que Aponte era culpable de: "atentar contra las instituciones, establecer matrices de opinión que tienen meses impulsándose desde afuera para perturbar la paz interna de nuestro país". Ahora resulta que más importante que curar la enfermedad es tapar una verdad que estremece los propios cimientos del sistema. Si lo que dice Aponte Aponte es falso entonces ¿por qué no se realiza una investigación independiente e imparcial? Pero las que no pueden ser mentira son aquellas declaraciones en las que el magistrado se inculpa a si mismo. Cuando la mentira se convierte en política de Estado se va tejiendo una realidad que poco a poco confunde a los propios actores que ya no saben distinguir qué es lo cierto y lo inventado, y por eso esperan siempre que el compás se los dé el director de la orquesta y en su ausencia, cuando lo hacen los cubanos, hacen que hasta el fiel Maduro peque de homofobia. Por más que sigan en el laberinto de las mentiras la verdad siempre termina por salir a flote desenmascarando a todos los fariseos. Envíe sus comentarios a editor@analitica.com Ver más en: www.analitica.com

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