Por: Gladiador Urbano - Y así es… como sociedad civil vivimos entre lo importante y lo trivial, entre lo urgente y lo absurdo, entre lo profundo y lo carismático… el detalle delicado está, en que generalmente se prefiere lo segundo por encima de lo primero. Esa es nuestra subcultura latinoamericana (esto, muy a pesar de nuestro inflado ego, no es sólo cosa de venezolanos).
Esta “Percepción” o tal vez ese “Modo de percibir” es lo que alimenta y propicia la rumorología, la prensa rosa, el amarillismo, el sensacionalismo, o simplemente como le llamamos algunos gracias a este régimen, los trapos rojos.
Es más que llamativa o digna de estudio, verdaderamente triste y patética, la facilidad con la cual el común de los habitantes del país (y una vez más aclaro, gran parte del continente, de México para abajo) cae en los llamados trapos rojos, la “noticia de moda”, el chisme o comentario de turno, el “tubazo del momento”…en fin, llámelo como quiera.
El asunto grave es que perdemos el norte de lo importante, por atender el grito desgarrado de lo urgente. Incluso cuando eso tan urgente, no deja de ser más que una simple cortina de humo, para ocultar viles acciones o siniestras intenciones.
En estas últimas semanas han pasado, como es usual, millones de cosas… de las cuales algunas llaman poderosamente la atención de muchos. Tal es el caso del afán de robar cámara y atención del fósil parlante de Cuba y su aprendiz (Dícese Castro y Chávez respectivamente); el nivel de avance de la enfermedad del nieto de maisanta; el fracaso de la cumbre de las Américas (según la obtusa visión oficialista, claro está); el absurdo escándalo de los miembros del cuerpo de seguridad de Obama, por “irse de putas” en Cartagena; las críticas a Shakira por pronunciar ublime en lugar de sublime al entonar el himno nacional de Colombia; el alboroto que ha causado el Safari del Rey Juan Carlos de España por el bendito elefante; y por supuesto, las declaraciones de Oswaldo Guillen con respecto a Fidel Castro; y la “Bomba del momento”, la llegada de Aponte Aponte a USA y sus declaraciones y confesiones ante funcionarios de la DEA.
En medio de toda esta ola “informativa” que nos aplasta por igual ya sea que se vea La Hojilla por la parte oficialista o Alo ciudadano por la parte opositora, ya sea que lea los runrunes de Bocaranda o los tururunes de Berenice, la bicha; lo importante sigue en un lamentable stand-by. La jueza Maria Afiuni, sigue presa sin motivo ni razón, y ahora la humillan, aún más, exigiéndole que se reporte cada tres horas a su perro guardián. El comisario Iván Simonovis, sigue preso por cumplir con su trabajo y proteger a los ciudadanos de los atropellos de quienes hoy lo privan de su libertad y derechos a la oportuna y necesaria atención médica.
Sabemos que nuestro país lo han convertido en un estado narcotraficante de forma evidente y casi confesa, ya eso de narco estado no alcanza para describir nuestra situación nacional e internacional… este es un régimen TOTAL Y ABSOLUTAMENTE delincuencial, criminal y narcotraficante, que además apoya causas terroristas.
Aponte, no es más que el Makled de turno, mucho ruido y al final pocas nueces… y si no, preguntémonos: ya se sabe qué pasó con Danilo Anderson? Qué pasó con el caso de los niños armados en el 23 de enero? Que ha pasado con Valentin Santana y sus muchachos de la piedrita? A donde fue a parar el caso de la muerte de Franklyn Brito? Que ha pasado con los involucrados en la elaboración de la lista Tascón? Qué pasó con el caso de los contenedores podridos de PDVAL? Donde carajo están finalmente nuestras reservas en oro? Que pasó con los casos de las alcabalas fantasmas de funcionarios corruptos y viciados? Que pasa con las mafias instaladas desde el alto gobierno para desarrollar atentados, sicariato, robos y secuestros a diestra y siniestra?
Hay miles de interrogantes que TIENEN RESPUESTA, pero no hay quien responda.
Hay miles de acciones a tomar como ciudadanos para mejorar esta absurda y trastornada situación que vivimos. De nosotros depende…
Mientras tanto, seguimos como bien dijo José Vicente Rangel, “excesivamente normal”, aquí no pasa nada y nos hemos venido acostumbrando de forma sistemática y patética a vivir así… alegrándonos por encontrar leche en polvo, azúcar o harina pan en un anaquel de cualquier supermercado o bodega… dando gracias a Dios por volver a casa con vida y con las propiedades con las que salimos (celular, laptop, carro, ropa, zapatos, etc.)
Es increíble lo mal que estamos y sin embargo, no lo percibimos. En caso de percibirlo, no hacemos absolutamente nada para cambiarlo y esa pasividad nos ha llevado como corderos al matadero.
Pero bueno, estas son reflexiones y apreciaciones muy personales, discúlpenme si les interrumpí la hora de la novela, el plan de irse a la playa durante el puente del 19 de abril o la "vaca" para comprar la caña del fin de semana… perdónenme si les aburro con estas “vainas” en lugar de contarles algún nuevo chisme de la farándula o un avance del último reporte médico súper confidencial del presidente.
En realidad, no me acostumbro y espero no acostumbrarme a manejar un ritmo de vida que oscile por voluntad de terceros, a vivir entre lo sublime y lo ridículo.
Tomado de: http://gladiadorurbano.blogspot.com
Esta “Percepción” o tal vez ese “Modo de percibir” es lo que alimenta y propicia la rumorología, la prensa rosa, el amarillismo, el sensacionalismo, o simplemente como le llamamos algunos gracias a este régimen, los trapos rojos.
Es más que llamativa o digna de estudio, verdaderamente triste y patética, la facilidad con la cual el común de los habitantes del país (y una vez más aclaro, gran parte del continente, de México para abajo) cae en los llamados trapos rojos, la “noticia de moda”, el chisme o comentario de turno, el “tubazo del momento”…en fin, llámelo como quiera.
El asunto grave es que perdemos el norte de lo importante, por atender el grito desgarrado de lo urgente. Incluso cuando eso tan urgente, no deja de ser más que una simple cortina de humo, para ocultar viles acciones o siniestras intenciones.
En estas últimas semanas han pasado, como es usual, millones de cosas… de las cuales algunas llaman poderosamente la atención de muchos. Tal es el caso del afán de robar cámara y atención del fósil parlante de Cuba y su aprendiz (Dícese Castro y Chávez respectivamente); el nivel de avance de la enfermedad del nieto de maisanta; el fracaso de la cumbre de las Américas (según la obtusa visión oficialista, claro está); el absurdo escándalo de los miembros del cuerpo de seguridad de Obama, por “irse de putas” en Cartagena; las críticas a Shakira por pronunciar ublime en lugar de sublime al entonar el himno nacional de Colombia; el alboroto que ha causado el Safari del Rey Juan Carlos de España por el bendito elefante; y por supuesto, las declaraciones de Oswaldo Guillen con respecto a Fidel Castro; y la “Bomba del momento”, la llegada de Aponte Aponte a USA y sus declaraciones y confesiones ante funcionarios de la DEA.
En medio de toda esta ola “informativa” que nos aplasta por igual ya sea que se vea La Hojilla por la parte oficialista o Alo ciudadano por la parte opositora, ya sea que lea los runrunes de Bocaranda o los tururunes de Berenice, la bicha; lo importante sigue en un lamentable stand-by. La jueza Maria Afiuni, sigue presa sin motivo ni razón, y ahora la humillan, aún más, exigiéndole que se reporte cada tres horas a su perro guardián. El comisario Iván Simonovis, sigue preso por cumplir con su trabajo y proteger a los ciudadanos de los atropellos de quienes hoy lo privan de su libertad y derechos a la oportuna y necesaria atención médica.
Sabemos que nuestro país lo han convertido en un estado narcotraficante de forma evidente y casi confesa, ya eso de narco estado no alcanza para describir nuestra situación nacional e internacional… este es un régimen TOTAL Y ABSOLUTAMENTE delincuencial, criminal y narcotraficante, que además apoya causas terroristas.
Aponte, no es más que el Makled de turno, mucho ruido y al final pocas nueces… y si no, preguntémonos: ya se sabe qué pasó con Danilo Anderson? Qué pasó con el caso de los niños armados en el 23 de enero? Que ha pasado con Valentin Santana y sus muchachos de la piedrita? A donde fue a parar el caso de la muerte de Franklyn Brito? Que ha pasado con los involucrados en la elaboración de la lista Tascón? Qué pasó con el caso de los contenedores podridos de PDVAL? Donde carajo están finalmente nuestras reservas en oro? Que pasó con los casos de las alcabalas fantasmas de funcionarios corruptos y viciados? Que pasa con las mafias instaladas desde el alto gobierno para desarrollar atentados, sicariato, robos y secuestros a diestra y siniestra?
Hay miles de interrogantes que TIENEN RESPUESTA, pero no hay quien responda.
Hay miles de acciones a tomar como ciudadanos para mejorar esta absurda y trastornada situación que vivimos. De nosotros depende…
Mientras tanto, seguimos como bien dijo José Vicente Rangel, “excesivamente normal”, aquí no pasa nada y nos hemos venido acostumbrando de forma sistemática y patética a vivir así… alegrándonos por encontrar leche en polvo, azúcar o harina pan en un anaquel de cualquier supermercado o bodega… dando gracias a Dios por volver a casa con vida y con las propiedades con las que salimos (celular, laptop, carro, ropa, zapatos, etc.)
Es increíble lo mal que estamos y sin embargo, no lo percibimos. En caso de percibirlo, no hacemos absolutamente nada para cambiarlo y esa pasividad nos ha llevado como corderos al matadero.
Pero bueno, estas son reflexiones y apreciaciones muy personales, discúlpenme si les interrumpí la hora de la novela, el plan de irse a la playa durante el puente del 19 de abril o la "vaca" para comprar la caña del fin de semana… perdónenme si les aburro con estas “vainas” en lugar de contarles algún nuevo chisme de la farándula o un avance del último reporte médico súper confidencial del presidente.
En realidad, no me acostumbro y espero no acostumbrarme a manejar un ritmo de vida que oscile por voluntad de terceros, a vivir entre lo sublime y lo ridículo.
Tomado de: http://gladiadorurbano.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su Comentario