lunes, 24 de octubre de 2011

En busca de la sensatez perdida


Por: @gladiadorurbano - A continuación transcribo una respuesta vía email, a mi post anterior: “Paralelismos esperanzadores”, la transcripción es literal, exceptuando datos que comprometan la identidad real de quien lo escribe, por obvias razones.

“Hola lindo, me corta la inspiración los 140 caracteres para comentar tu artículo, y como te conozco algo, quieres saber mi opinión, debido a que actúo en el sector oficialista. Tengo 42 años, y por causalidades de la vida, adquirí conocimientos en el tema político a partir de los 18. Me formé políticamente con la generación del 27 y los llamados La República del Este. Tu artículo me ha tocado una fibra muy débil en mi vida personal, que logró deprimirme un poco. Me hiciste recordar un articulo que firmaron “Los Notables e intelectuales” en el diario de Caracas y fue cerrado por Carlos Andrés Pérez, lastima que no conservo ese articulo, lo busque por Internet y no lo encontré, es exacto a lo que estás planteando. Venezuela, ahora es cuando, cambiará su historia para bien, pero no debe tener como base el odio de hechos ajenos ni propios, con los odios, que lamentablemente se han acrecentado… gracias a este proceso, tenemos suficiente. No dudo, que muchas personas se alegraron con la muerte de Gadaffi; pero no estoy de acuerdo con tanta violencia, para eso, existen las leyes, tanto la divina como la terrenal. Glad, los triunfos y los éxitos de nuestro país no sólo se han obtenido con nuestra Vinotinto, donde estoy feliz de que escalemos cada día más para lograr la meta de participar en el MUNDIAL DE FUTBOL 2014, tenemos, otras categorías en el deporte, cultura, salud entre otras áreas. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a ser independientes y no reconocer los logros en equipo. Viví en carne propia lo que sufría Richard Páez por no tener recursos para la Vinotinto, trabajaba en una institución del estado que era el extinto Fondo de Inversiones de Venezuela y daba aportes a la selección, porque era una manera para nosotros de evadir impuesto. ¿Sabias eso? Ahora, aunque a muchos no les guste contamos con un Ministerio que si apoya el talento deportivo de este país (aunque no se vea amigo porque pertenece al gobierno actual). Últimamente, me he convertido en una lectora de twitter, ya no me animo a escribir mucho, porque cualquier cosa que opines es usado en tu contra, y como fui diagnosticada de una fibromialgia, opté por no estresarme mucho… y me llama la atención que aunque somos “venezolanos todos” los triunfos que hemos obtenido en los juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 han pasado debajo de la mesa por la oposición venezolana, simplemente, por que son apoyados por el gobierno. No me parece justo, porque una prima que detesta las directrices de este gobierno es una atleta que se siente orgullosa de su pueblo y de sus instituciones, por el respaldo que le brindan, por eso difiero de que todo lo que toca el gobierno lo destruye. Trabajo en una institución del estado, porque tengo IDENTIDAD PROPIA, no me visto de rojo para expresar lo que siento o sentirme identificada con mi corporación, estoy orgullosa de ser personal activo de la empresa XXX, y acá lo saben, por supuesto, algunos no creen en mi y otros me respetan como soy, pero bueno, así es la sociedad que hemos construido en estos últimos años. El titulo del articulo es perfecto y su contenido es mágico, aunque, difiera en un solo punto, tenemos que ser un solo equipo y trabajar en conjunto, pero ya basta de populismo político, el pueblo venezolano está agotado de tanto exceso, abuso y mal uso del poder, en todos los ámbitos. Te quiero mucho y sobretodo te respeto por lo que eres, opina y actúas, sin dualidades ni caretas. No se si eres activista político, pero me encantaría que lucharas por lograr estar en una institución u organización, donde tu voz sea escuchada y tus escritos sean leídos y ejecutados”.

Notas:
Si bien es una respuesta muy personal, por tratarse de una amiga, quise compartirlo con todos, ya que muestra la amplia escala de grises que existen entre el Blanco y el Negro. Esa escala cromática de opciones que esta prácticamente “vetada” por la descarnada polarización que padecemos. Estoy de acuerdo en que no todo debe colocarse en los extremos de una balanza: ni todo es 100% bueno, ni tampoco es 100% malo. Cabe recordar la figura simbólica oriental del Ying y el Yang. Venezuela esta por encima de los mezquinos intereses de cualquier individuo. De la misma forma el éxito, proyección y logro de cualquier venezolano, TIENE QUE engrandecernos como país. Lamentablemente, el oficialismo ha cometido y comete errores y atropellos por cantidades industriales, en comparación a los posibles aportes o aciertos. La generación de odios y resentimientos, recuerda el viejo refrán: “el que siembra vientos, cosecha tempestades”. Han sido trece años (13), casi tres períodos de los de antes… en los cuales el mantel tiene muchas mas manchas de suciedad, que partes con su color original… por ello nunca se logrará tapar el sol con un dedo. Cuando se recupere el equilibrio desde la Presidencia de la República, se respete la autonomía de las instituciones del estado y se restablezca la justicia, con toda seguridad se generará un clima de concordia y armonía, para que cada venezolano se ocupe de lo que le corresponde para hacer crecer a este país. Es muy difícil predicar un mensaje de paz entre ciudadanos, frente a un mensaje violento y agresivo desde la gigantesca estructura de medios del estado, pasando por cadenas que van de lo sublime a lo ridículo sin ningún tipo de pudor... La ignorancia, la carestía de servicios, el hambre y la pobreza extrema, han permitido la manipulación política de un gobierno tras otro. La UNICA forma en la que combatiremos los odios, rencores y resentimientos, será con educación, cultura, deporte, trabajo honesto, entre otras bases CIVILES, que nos ayudarán a mejorar nuestra base de estar todos bajo una sola bandera y luchando por el la superación personal y por ende, lograr el beneficio común. Eso será el nirvana de nuestra IDENTIDAD PROPIA. Ojalá no debamos esperar tanto para ello... y encontremos la sensatez perdida. Saludos

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