Por: Luis Manuel Aguana - @laguana
La expresión “Pan y
Circo” proviene del latín (Panem et circenses) que describía la mala costumbre de
los emperadores romanos de regalar trigo y entradas a los juegos del circo
romano como una forma de mantener distraído al pueblo de la política (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Panem_et_circenses). Pero el pseudo gobierno usurpador de Nicolás
Maduro no regala pan, sino decodificadores de televisión digital. Vaya manera
de mantener el pueblo distraído de la política.
No es la primera vez
que este régimen le da tecnología en lugar de pan al pueblo venezolano.
¿Recuerdan el satélite chino? Los venezolanos todavía nos preguntamos como esa
inversión de 500 millones de dólares ha beneficiado en algo la calidad de vida
de este sufrido pueblo. Sin embargo, el gobierno aún sigue pensando que si le
da juguetes tecnológicos a la gente de menores recursos, como celulares chinos,
la gente olvidará que no consigue pollo, azúcar, harina pan, aceite…
Y ahora el nuevo
juguete para olvidarse de la política es la televisión digital. En efecto, el
día de hoy, con gran alharaca y con la visita de Julio de Vido, cuyo prontuario
en Argentina rebosa de denuncias de corrupción desde hace muchos años (ver http://edant.clarin.com/diario/2009/08/30/elpais/p-01988494.htm)
Venezuela inaugura la era de la
televisión digital.
Por supuesto, ninguno
de nosotros tendremos acceso a esa novedad inmediatamente. Solamente los
ungidos que salgan de las mesas técnicas de telecomunicaciones del chavismo.
Sin embargo, tenemos la promesa de que habrá decodificadores para todo el mundo
para ver los cinco canales de televisión iniciales, entre los cuales ya se
anotaron Venevisión, Televen y Meridiano TV, de acuerdo al flamante Ministro de
Ciencia y Tecnología y especialista en PhotoShop.
Pero lo que me llamó
la atención del evento anunciando la nueva era de la TV Digital fue la razón
aducida por De Vido, Maduro y Arreaza para el lanzamiento de este nuevo
“Proyecto de la Revolución”. Y es que los demás medios de transmisión de señal
de TV privada eran “burgueses” y que el pueblo venezolano no tenía acceso esa
televisión por exclusivos.
Después del atraco,
porque no se puede llamar de otra manera, cometido en contra de toda la
plataforma de telecomunicaciones de RCTV, por parte de este gobierno de
malandros, para la inauguración de otra distracción tecnológica y de circo que
fue TVES, este gobierno tiene en su poder la mayor plataforma telecomunicacional
de televisión abierta del país. De mucho mas cobertura que Venevisión y de cualquier
otro canal de señal abierta.
El problema no es de
ninguna manera el medio técnico de llegar con los mensajes, sino que ponerle
dentro en contenidos. Pregúntenle a alguien de los sectores populares si ven a TVES.
Lo primero que cualquiera ve al subir a cualquier barriada popular son antenas
del servicio de DirecTV; y que estos prefieren pagar que ver los bodrios
gobierneros de TVES. Imagino que el flamante Ministro del PhotoShop pensará que
la gente de los barrios desmontará esas antenas para poner los decodificadores
que empezarán a regalar en sustitución de los panes.
Debido a la importante
influencia de este ministro tecnológico, seguiremos viendo Tecnología y Circo.
Lo que pasa es que entre “Pan y Circo” y “Tecnología y Circo” hay una
diferencia fundamental. Y esa se mide en dólares y negociados. Claro, los
primeros decodificadores llegaran de los hermanos de Brasil y quizás de la
Argentina de De Vido acostumbrado a estas prácticas. ¡Qué negoción! Y los
dólares que deben salir para la compra de los insumos para fabricar el Pan del
Circo no van pa’l baile. Van a ir a la TV Digital.
Quizá el problema por
donde no se pasea el pseudo gobiernito de Maduro es que los romanos no
inventaron esa costumbre porque les faltara la tecnología en el año 140 AC. Era
porque para ir al circo había que tener al pueblo con la barriga llena y
contenta para que se olvidara de los problemas. De allí el trigo primero. Y
como los canales que se están anotando primero vibran en resonancia con el
gobierno, en un nuevo intento de narcotizar a la gente de los problemas, esto
no resuelve todavía el tema de la barriga vacía.
Imagino que en ese
acto de Catia, en la inauguración con bombos y platillos, le regalaron a la casa
de familia humilde inaugural un super televisor de plasma para que pudiera
disfrutar de la novísima tecnología de TV Digital con su correspondiente
decodificador, pero estoy seguro que no dejaron ningún mercadito para disfrutar
del circo, que al menos le durara un mes a esa gente.
Por supuesto que en el
medio del sainete inaugural no podía faltar la frase de que eso era lo que
había ordenado el Comandante enfermo y toda aquella monserga de que solo en
socialismo se podían hacer estas cosas. Por supuesto, se pueden hacer malbaratando
los reales de todos los venezolanos, cuyas necesidades están muy lejos de tener
100 canales de televisión más, cuando el que ya se robó el gobierno y que llega
a todos los rincones de la geografía nacional no sirve para nada.
Lo lamentable de este
show de Tecnología y Circo es que no queda ni la resaca, ni siquiera la barriga
llena con trigo después del circo. Queda la arrechera de otro intento más de
hacernos olvidar que devaluaron y lo seguirán haciendo, que la comida no se
consigue, que el salario se fue por el caño hace rato y que un muchacho técnico
que tiene ahora mucho poder está poniendo las prioridades de acuerdo al cristal
con el que mira al mundo, y que en este desastre en que se ha convertido el
país lo han dejado hacer, poniendo la carreta (lo técnico) delante de los
caballos (la política).
En una reciente
ponencia de Asdrúbal Aguiar, le escuche decir algo que creo que explica esto:
Venezuela no entró al Siglo XX sino hasta después de la muerte del dictador
Juan Vicente Gomez en 1935. Ciertamente, ya se había inventado y aplicado en el
mundo la electricidad para el alumbrado público, ya existía el automóvil como
medio de transporte, ya existía el ferrocarril en todo el mundo desarrollado de
aquel entonces. Sin embargo Venezuela era una gran hacienda llena de
enfermedades y analfabetismo, profundamente hundida en el Siglo XIX.
Solo fue hasta después
de la muerte del dictador, con las reformas políticas y el entendimiento de las
necesidades reales del venezolano, que la realidad técnica llego a formar parte
de la calidad de vida del pueblo, pudiendo decirse que en realidad el país
había por fin llegado a la modernidad que todos disfrutaban en el mundo.
Pues bien, de nuevo
repetimos la historia. Por más canales de TV Digital que inauguren, por más satélites
Simon Bolivar que pongan en órbita, por más páginas web que saquen de sus
ministerios, no hemos llegado aún al Siglo XXI. El detonador para la nueva modernidad
será otra vez el anuncio de la muerte del siguiente dictador. Pronto festejaremos
eso. No sean mal pensados, me refiero a la llegada real del Siglo XXI…
Caracas, 20 de Febrero
de 2013.
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