martes, 26 de mayo de 2015

...de la miseria y de la miserable...


Retrato de la miseria

     



Su cara es cuadrada, pero no cúbica: se prolonga en forma cónica hacia el pedúnculo cerebelar inferior: conecta el bulbo raquídeo y el cerebelo y lleva información a éste último relacionada con el balance y la postura corporales. El puño izquierdoamenazante y el alargado cuello de tortuga ajada, podrían hallar aquí su explicación. Pero no, la frase afloró de la mala conciencia.Sigue el retrato: Ojos oblicuos de gelatina viscosa, color tipo Hyeronimus Bosch en su obra Extracción de la piedra de la locura, realizada entre el 1475 y 1480, e incluida en un conjunto de grabados satíricos y burlescos que por entonces se realizaban en los Países Bajos. Sus cuadros están protagonizados por la Humanidad que incurre en el pecado y es condenada al infierno.

 Ella usa gafas negras, gruesas de marcos ovalados; la nariz es angular, de anchas narinas externas y alas de resoplo. La nariz no es uno de los órganos del rostro preferidos, más bien se ha utilizado con cierto aire despectivo en la comunicación entre los hombres y a diferencia de frases poéticas como "tus labios sensuales" o "tus ojos verdes como el mar" es frecuente escuchar "no metas tus narices en este asunto" o "te darás de narices si sigues así". Una injusticia con la pobre nariz, que requiere más respeto. Su boca entreabierta anuncia tempestades, labios delgados, manos a, tal vez artríticas. Su rara cabeza emerge, en el retrato, de un cuello blanco que sobresale de una chaqueta negra. De la solapa cuelga una credencial plastificada, que la identifica.

Pero hay algo que la identifica mejor. En una breve nota aparecida en El Nacional web, fechada el 15 de mayo pasado, se informa que “durante un acto donde se mostró cómo es el proceso de asignación de cupos universitarios, la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, aseguró que el gobierno revolucionario hizo transparente proceso y sugirió que antes los cupos eran distribuidos de forma irregular. “Antes las mujeres tenían que entregar parte de su cuerpo para obtener un cupo”, declaró en una breve intervención en el evento transmitido en cadena nacional. Las declaraciones de la fiscal general levantaron una ola de protestas comentadas en las redes sociales. El secretario de la Universidad Central de Venezuela, Amalio Belmonte, tildó de ‘ofensiva’ esa declaración”.

Digamos que Luisa Marvelia Ortega Díaz es una abogada venezolana que funge actualmente como fiscal general del Ministerio Público, cargo que ejerce por designación de la Asamblea Nacional, el 13 de diciembre de 2007, por el período 2008-2014, un lapso de siete años, siendo ratificada por el parlamento por un período igual el 22 de diciembre de 2014 (2014-2021). Nació en Valle de la Pascua, población del estado Guárico el 11 de enero de 1958. Tiene, pues, 57 años. Obtuvo su título de abogado en la Universidad de Carabobo, ubicada en el estado homónimo. Se especializó en Derecho Penal en la Universidad Santa María y Derecho Procesal en la Universidad Católica Andrés Bello, ambas ubicadas en Caracas. La doctora Luisa Ortega Díaz ha ejercido la docencia en el Instituto Universitario de Tecnología Antonio José de Sucre, de Maracay, y en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, núcleo Maracay, estado Aragua. De igual forma, ha impartido clases en la Universidad Santa María de Caracas, en la cátedra de Derecho Procesal Penal. ¡Vaya, pues! Ingresó a la Universidad de Carabobo a inicios de los años 80, es decir, durante ese “antes” al que se refiere en su infausta declaración.

Como la fiscal “aseguró” que “antes las mujeres tenían que entregar parte de su cuerpo para obtener un cupo”, cabe preguntarse, así, a las volandas: “¿También la fiscal, la doctora Ortega Díaz, tuvo que entregar “parte de su cuerpo” para ingresar en la Universidad de Carabobo?” Lo reiteramos, es una pregunta con lugar pues ella es mujer y obtuvo su cupo universitario en la cuarta república, es decir, en ese ominoso “antes” de sus tormentos. ¿Se cree usted una nueva Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, que entonó el famoso “No pasarán” (heredado del coronel Philippe Pétain, jefe de Estado del régimen de Vichy, en la Francia ocupada por el Nazismo? Este héroe de Verdún realizó una política colaboracionista con Alemania, lo que –al término de la guerra– le acarreó la degradación y la condena a muerte. Ésta fue conmutada por la cadena perpetua) durante el largo Asedio a Madrid en lo que ya era una victoria anunciada? A pesar de ser derrotada como republicana en la Guerra Civil española, “La Pasionaria” “nunca lo hizo como mujer” ni como comunista, y su férrea defensa de la igualdad de derechos la llevó a presidir el Partido Comunista de España en 1960.

Yo no sé si su engañoso caleidoscopio le permitió leer el recuadro publicado en El Nacional, edición física, del 20 de mayo de 2015, página 8 (última) primer cuerpo, donde la Asociación de Egresados y Amigos de la Universidad Central de Venezuela, dirigiéndose a usted, sin mencionar su nombre y apellido, pero sí su alto cargo, le da a conocer que “según el Censo General de Población y Vivienda (1950) 54,85% de las mujeres eran analfabetas. En 1981 esta cifra desciende a 13,7%. En 1985, del total de egresados de la educación superior, 52,5% eran mujeres. La población femenina en un breve período, menor a medio siglo, pasó a ser mayoría en las universidades, pedagógicos y colegios universitarios. Este salto cualitativo en la educación muestra la voluntad de superación y esfuerzo de la mujer venezolana, respaldada por el compromiso con el desarrollo del país de nuestras universidades autónomas, la responsabilidad de sus familias, profesores y autoridades educativas nacionales en propiciar este crecimiento cultural y educativo de la mujer venezolana”.

“La Asociación de Egresados y Amigos de la UCV considera que frente a esta trayectoria de las mujeres venezolanas y en particular de nuestras egresadas universitarias sólo cabe el respeto y la admiración”.

Al asegurar, señora fiscal, sin tener ni un solo indicio, ni una mínima evidencia, que “la mujer entregaba parte de su cuerpo para obtener un cupo universitario”, ¿está cumpliendo usted con lo pautado explícitamente en la Sección Tercera: Del Ministerio Público, de nuestra Carta Magna? El artículo 19 de la Constitución pauta: “El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e independiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre derechos humanos  suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los desarrollen”. ¿No debería usted releer el Título III, respecto a Los Derechos Humanos y Garantías, y de los Deberes?

Y, last but not least, más allá de la sombra que usted pretende  arrojar sobre el honor de nuestras universitarias, uno se ve obligado a preguntarse: ¿cuáles son los valores éticos que mueven la conducta de una mujer que ha recibido y se ha esforzado en lograr un alto nivel de educación como la doctora Luisa Marvelia Estela Díaz? Ella tiene el deber de decirlo.

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