Le hago esta nota pública con el más profundo
desagrado y rechazo que me produce su intervención del
25 del presente en el homenaje al Negro Primero en el
Panteón Nacional, donde usted con su usual soberbia y
desprecio por los ciudadanos aprovechó para amenazar a
los que como yo aspiramos –y viviremos– en libertad. Y
que somos definitivamente la mayoría.
Usted dijo: “Soldados y soldadas: El único proyecto viable y posible que asegura la independencia y la patria es el Proyecto Bolivariano de Hugo Chávez, a cuyo frente está nuestro Comandante en Jefe, Nicolás Maduro”
Estamos entonces más que avisados. Usted es el número uno de la fuerza armada, por lo que sus palabras no pueden pasar desapercibidas ni para nosotros ni para los que de otros países están inquietos por nuestro desgraciado acontecer político, humanitario, social y económico. Y como vemos, gracias a usted también, militar.
Veamos porqué:
En treinta palabras usted ha dicho claramente:
olvídense de elecciones para cambiar el rumbo porque
aquí lo único posible y viable es la continuación del
régimen chavista apoyado por una fuerza armada
clasista, popular y chavista. Niega con toda claridad
la alternabilidad del ejercicio del poder por la vía
del voto, como aspiramos por lo menos tres cuartas
partes del país.
Semejante aberración debería obligarnos a preguntarnos y a contestar: primero, si así están las cosas tendremos alguna posibilidad de salir de esta tragedia castrocomunista electoralmente; y segundo, si los representantes de la oposición oficial, que vienen tolerando estas serias desviaciones institucionales, están o no dispuestos a enfrentar con firmeza esta realidad. No con armas sino denunciándolos con absoluta claridad ante el país y la comunidad internacional, que exige diálogo y elecciones.
Palabras igualmente aberrantes las pronunció cinco años atrás otro ministro de la Defensa, el general Henry Rangel Silva: “La FAN no tiene lealtades a medias sino completas hacia un pueblo, un proyecto de vida y un Comandante en Jefe. Nos casamos con este proyecto de país. Un hipotético gobierno de la oposición a partir de 2012 sería vender el país, eso no lo va a aceptar la FAN”. Y así mismo fue. No la aceptaron.
Es evidente que la continuidad antiinstitucional de la cúpula militar no solo no ha cambiado, sino que se ha consolidado con gente que como usted son responsables de la infame realidad de ver una fuerza, que fue nacional, secuestrada por oficiales que ejercen funciones similares a las de los ejércitos de ocupación bajo el control cubano.
Creo muy importante destacar que el hecho de
encontrarnos ante una deplorable cúpula militar como
la que usted encabeza ha llevado a la mayoría de
nuestra gente a desconocer el rol esencial para
recuperar y estabilizar al país que podría jugar una
verdadera fuerza armada venezolana no chavista como
pretende usted y sus contralores cubanos. Claro, eso
solo será posible cuando procedamos en libertad a su
reinstitucionalización.
A pesar de ver su comportamiento golpista me siento obligado a aspirar que la fuerza armada no está toda ella representada en la cúpula actual. Y que la metástasis de la corrupción y degradación ética y profesional no haya invadido toda la institución, porque si así fuese, Venezuela estaría atrapada por una organización absolutamente aborrecible, porque reducirla a una condición subalterna y arrastrada es condenar a todos los oficiales, suboficiales, clases y soldados –y a sus familias– al repudio de los venezolanos que les hemos confiado nada menos que la seguridad nacional.
Usted agregó algo realmente repulsivo: La unidad cívico-militar alcanzada y en especial el carácter profundamente popular de la fuerza armada. “Y cuando los integrantes de la FANB nos vemos los unos a los otros no vemos elites”.
¿Y cómo son las elites para el general Padrino?
¿Será que hay elites en el país con ojos azules y más
blancos que los suecos? ¿Será que en la fuerza armada
se favorece un apartheid entre venezolanos.
En otros países servir en la fuerza armada los
convierte en una elite por lo que su empeño significa
para la paz de un país y por lo admirado que son en
general por sus pueblos. Para usted las elites no se
miden por la calidad profesional del soldado u oficial
sino por el color de su piel. Toda una declaración
racista que le debería dar vergüenza.
Al final con toda frescura usted resaltó: “Los soldados no vinimos a la carrera de las armas a buscar privilegios o a hacernos ricos con el producto del capitalismo salvaje. La carrera militar es un apostolado de valores y principios y de servicio a la patria”.
Sin dudas esos son principios y valores de toda fuerza armada digna y profesional en cualquier país del mundo. Pero en el nuestro, donde una cúpula militar arrastrada ha permitido que se rinda nuestra soberanía a la tiranía cubana, no se puede hablar de principios y valores. Tampoco de no abusar de privilegios o de no hacerse ricos. Nunca en nuestra historia hemos visto a tantos oficiales superiores procesados o perseguidos internacionalmente por tráfico de drogas, de armas y limpieza de dinero. (Rangel Silva, uno de los siete oficiales indiciados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos).
Nunca se han visto tantos oficiales enriquecidos groseramente a costa del patrimonio nacional. Pues si no vinieron a la carrera militar para estos fines, como usted declara, muy pronto muchos se convirtieron para asociarse y compartir el Tesoro y el Poder con una pandilla civil que le debería dar vergüenza a cualquier oficial más o menos decente. Solo puedo imaginarme cuánta le dará a sus familiares y amigos que observan como viven y que medios tienen. Y usted al no hacerlos procesar es su cómplice.
Finalmente a usted –y a todo el régimen– les tiene sin cuidado el hecho de que Venezuela forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU hasta final del 2016, lo que le obligaría a dar ejemplo institucional –que siempre lo dimos– porque representa a la región de las Américas, no solo al régimen chavista.
He aprendido por los golpes recibidos que no es fácil luchar contra los que desde la oposición viven en negación, como si con ello pudiesen cambiar la realidad, y peor aún que no han podido, ni están en capacidad de responder por las graves consecuencias de tal proceder que viene teniendo para todos.
Pero ustedes, general, medran en el terreno de la negación de la monumental responsabilidad que cargan por la asociación de tantos militares no solo en la actividad criminal del narcotráfico sino también por el rol principal que vienen jugando en la destrucción de los sectores productivos del país. Del colapso de la economía. Y por su cooperación con la justicia para perseguir a disidentes. Y de los cuerpos de inteligencia para torturar a estudiantes. Y ustedes creen que podrán abusar de un país con tanta gente buena enfrentada por el odio y la violencia que surge del régimen con el apoyo de su fuerza militar de ocupación.
Para los venezolanos comprometidos con el rescate de la libertad y de nuestros derechos la tragedia que venimos sufriendo se acelera con sus amenazas. Por eso mi nota esta dirigida a un “general golpista y racista”.
Ex embajador de Venezuela ante la ONU.
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article28896130.html
Usted dijo: “Soldados y soldadas: El único proyecto viable y posible que asegura la independencia y la patria es el Proyecto Bolivariano de Hugo Chávez, a cuyo frente está nuestro Comandante en Jefe, Nicolás Maduro”
Estamos entonces más que avisados. Usted es el número uno de la fuerza armada, por lo que sus palabras no pueden pasar desapercibidas ni para nosotros ni para los que de otros países están inquietos por nuestro desgraciado acontecer político, humanitario, social y económico. Y como vemos, gracias a usted también, militar.
Veamos porqué:
Semejante aberración debería obligarnos a preguntarnos y a contestar: primero, si así están las cosas tendremos alguna posibilidad de salir de esta tragedia castrocomunista electoralmente; y segundo, si los representantes de la oposición oficial, que vienen tolerando estas serias desviaciones institucionales, están o no dispuestos a enfrentar con firmeza esta realidad. No con armas sino denunciándolos con absoluta claridad ante el país y la comunidad internacional, que exige diálogo y elecciones.
Palabras igualmente aberrantes las pronunció cinco años atrás otro ministro de la Defensa, el general Henry Rangel Silva: “La FAN no tiene lealtades a medias sino completas hacia un pueblo, un proyecto de vida y un Comandante en Jefe. Nos casamos con este proyecto de país. Un hipotético gobierno de la oposición a partir de 2012 sería vender el país, eso no lo va a aceptar la FAN”. Y así mismo fue. No la aceptaron.
Es evidente que la continuidad antiinstitucional de la cúpula militar no solo no ha cambiado, sino que se ha consolidado con gente que como usted son responsables de la infame realidad de ver una fuerza, que fue nacional, secuestrada por oficiales que ejercen funciones similares a las de los ejércitos de ocupación bajo el control cubano.
A pesar de ver su comportamiento golpista me siento obligado a aspirar que la fuerza armada no está toda ella representada en la cúpula actual. Y que la metástasis de la corrupción y degradación ética y profesional no haya invadido toda la institución, porque si así fuese, Venezuela estaría atrapada por una organización absolutamente aborrecible, porque reducirla a una condición subalterna y arrastrada es condenar a todos los oficiales, suboficiales, clases y soldados –y a sus familias– al repudio de los venezolanos que les hemos confiado nada menos que la seguridad nacional.
Usted agregó algo realmente repulsivo: La unidad cívico-militar alcanzada y en especial el carácter profundamente popular de la fuerza armada. “Y cuando los integrantes de la FANB nos vemos los unos a los otros no vemos elites”.
¿Y cómo son las elites para el general Padrino?
Al final con toda frescura usted resaltó: “Los soldados no vinimos a la carrera de las armas a buscar privilegios o a hacernos ricos con el producto del capitalismo salvaje. La carrera militar es un apostolado de valores y principios y de servicio a la patria”.
Sin dudas esos son principios y valores de toda fuerza armada digna y profesional en cualquier país del mundo. Pero en el nuestro, donde una cúpula militar arrastrada ha permitido que se rinda nuestra soberanía a la tiranía cubana, no se puede hablar de principios y valores. Tampoco de no abusar de privilegios o de no hacerse ricos. Nunca en nuestra historia hemos visto a tantos oficiales superiores procesados o perseguidos internacionalmente por tráfico de drogas, de armas y limpieza de dinero. (Rangel Silva, uno de los siete oficiales indiciados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos).
Nunca se han visto tantos oficiales enriquecidos groseramente a costa del patrimonio nacional. Pues si no vinieron a la carrera militar para estos fines, como usted declara, muy pronto muchos se convirtieron para asociarse y compartir el Tesoro y el Poder con una pandilla civil que le debería dar vergüenza a cualquier oficial más o menos decente. Solo puedo imaginarme cuánta le dará a sus familiares y amigos que observan como viven y que medios tienen. Y usted al no hacerlos procesar es su cómplice.
Finalmente a usted –y a todo el régimen– les tiene sin cuidado el hecho de que Venezuela forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU hasta final del 2016, lo que le obligaría a dar ejemplo institucional –que siempre lo dimos– porque representa a la región de las Américas, no solo al régimen chavista.
He aprendido por los golpes recibidos que no es fácil luchar contra los que desde la oposición viven en negación, como si con ello pudiesen cambiar la realidad, y peor aún que no han podido, ni están en capacidad de responder por las graves consecuencias de tal proceder que viene teniendo para todos.
Pero ustedes, general, medran en el terreno de la negación de la monumental responsabilidad que cargan por la asociación de tantos militares no solo en la actividad criminal del narcotráfico sino también por el rol principal que vienen jugando en la destrucción de los sectores productivos del país. Del colapso de la economía. Y por su cooperación con la justicia para perseguir a disidentes. Y de los cuerpos de inteligencia para torturar a estudiantes. Y ustedes creen que podrán abusar de un país con tanta gente buena enfrentada por el odio y la violencia que surge del régimen con el apoyo de su fuerza militar de ocupación.
Para los venezolanos comprometidos con el rescate de la libertad y de nuestros derechos la tragedia que venimos sufriendo se acelera con sus amenazas. Por eso mi nota esta dirigida a un “general golpista y racista”.
Ex embajador de Venezuela ante la ONU.
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article28896130.html