martes, 4 de febrero de 2014

Juego trancado


VENECONOMÍA







Tanto fue el cántaro al agua que se rompió. El gobierno lleva tres quinquenios completos estrangulando al sector productivo del país, acabando con la industria nacional (privada y pública) y llevando al país a una economía de puertos, donde hasta el 80% de la demanda de bienes y productos penden de las ingentes importaciones.



A esto se le une, un corrupto e ineficiente manejo de la industria petrolera estatal, financista del mamotreto intercontinental del castrocomunismo y de cuanto espejismo misionero de reparto de la renta se le ocurrió al zar petrolero Rafael Ramírez y a su mentor Hugo Chávez. 

Una mermada industria que dejó al gobierno con la botija vacía, pues hoy PDVSA está produciendo escasamente unos 2.500.000 barriles diarios de los cuales se exportan tan sólo unos 1.100.000 b/d contra pago en efectivo contante y sonante. El resto no es retributivo para los venezolanos ya que unos 1.400.000 barriles diarios están destinados al consumo local, a pagar la deuda con China y a dádivas para el régimen de los Castro y demás gobiernos de PetroCaribe, Alba y CELAC, etc.


Con el precio del petróleo a $100 por barril y sumando $3,0 millardos de exportaciones no petroleras, esto daría unos $43 millardos de exportaciones en un país que en 2013 importó $51 millardos de bienes y servicios.
 
Completa este explosivo coctel, que la sequía de divisas la está pagando todo el sector productivo privado que apostó a Venezuela confiando en las reglas de juego que impuso el gobierno, y al que ahora el Ejecutivo Nacional le niega el pago de una deuda legítima y legalmente contraída, que asciende a unos $15 millardos. 

Una deuda que tiene ahorcados, entre otros a los sectores de: Alimentos ($2,4 millardos); automotor ($1,8 millardos); sector salud, incluyendo al farmacéutico y equipos médicos ($4 millardos); Aerolíneas nacionales e internacionales ($3,5 millardos); Telecomunicaciones ($600 millones); TV por suscripción ($500 millones); Químico ($500 millones); Industria Gráfica ($198 millones); Electrodomésticos ($160 millones); Maquinarias ($150 millones); Papelero ($ 80 millones) y Envases y empaques ($50 millones).

Ahora el gobierno está poniendo a los empresarios entre la espada y la pared. Y si se lee entre líneas la oferta del gobierno es que para salir del atolladero en el que ha metido a Venezuela se aflojarán los dólares para las nuevas importaciones, pero las deudas se quedarán en el limbo.

Mientras, no hay una sola muestra de Maduro ni de su séquito económico que indique que se dejará de enviar sus dádivas a Cuba y al ejército de gobiernos chupadólares.

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