jueves, 12 de marzo de 2015

Chaderton

Por: Joaquin F. Chaffardet R.

Eterno amargado y resentido, reptante y chupamedias. No solamente es un insigne jalabolas sino que ha creado la categoría del “acariciabolas”. Homosexual que no tiene el valor de salir del closet como hacen los homosexuales que se respetan y se hacen respetar, sino que se asoma cobardemente por una rendijita. Que se desinhibe  en la media luz de los antros de ambiente de M Street y Wisconsin Avenue en la metrópoli imperial o en los locales de “ambiente” de Amsterdam, Lóndres o Paris y hasta de Bogotá, donde ha podido dar rienda suelta a sus particulares apetencias. Todo ese disfrute en un permanente derrape internacional, siempre en la penumbra y con el rostro semi-oculto,  ha sido posible gracias a haber tenido la habilidad y la falta de vergüenza de mantenerse siempre pegado a la teta de todos y cada uno de los gobiernos. Por supuesto, Roy nunca ha disfrutado de la delicadeza de  una teta diferente. La única teta que le gusta y que ha disfrutado a placer es la teta gubernamental.
Quienes tuvimos, desde los años de estudiantes, la desdicha de conocer a este sinuoso personaje, sabemos de su extraordinaria cobardía. A lo mejor no era por miedo que evitaba los combates que ocurrían en la UCV de los sesenta sino por temor a que le fueran a decir que era “muy macho” o “muy hombre”, lo que seguramente le afectaría lo más íntimo de su ser.
Roy Antonio María Chaderton Matos, es lo que se llama en criollo un “marico viejo” [no es gay, es marico que es otra cosa], de 72 años. Sus múltiples complejos y resentimientos se ven cada día más exacerbados por las inevitables huellas que en el cuerpo humano deja el indetenible paso de los años. En buena parte su conducta la determina su permanente frustración por el hecho de vivir dentro de un viejo carapacho de apariencia casi masculina atenuada por su gestualidad.  Es un amargado infeliz.
Sus posibilidades de conseguir un parejo de sus mismas características, por razones de edad, se reducen a chulos oportunistas, no solamente de baja ralea sino hasta peligrosos. Se dice que lo único que le ha aliviado sus penas existenciales recientemente es la cercanía de su colega embajador en las Naciones Unidas con quien, según se rumora insistentemente, siempre ha tenido estrechas y6 cálidas relaciones.[i] ver nota
Roy encontró el sitio ideal para él: el chavismo, donde descubrió que, aparte de poder mantenerse pegado a la teta gubernamental, podría compartir los mismos gustos y hablar el  mismo idioma de Rafael Ramírez, Jorge Rodríguez,  Tareck William Saab, Isaías Rodríguez, Jesse Chacón, Papi Papi Rangel, Juan Barreto, Diosdado Cabello y los fallecidos William Lara,  Robert Serra y por supuesto Hugo Chávez quien era y será por siempre el comandante eterno del Batallón Galleta de Soda.
Ahora, nuevamente, Chaderton hace esfuerzos por mantener los favores de la mafia chavistas trata de aparecer como más chavista que María Cristina Iglesias o la Primera Combatiente y adopta actitudes destempladas.  Es así como con la loca que lleva por dentro agitada, en uno de tantos programas del oficialismo se soltó el moño, y con cara de marico triste, pretendiendo en vano ser gracioso o ingenioso, rumiando como siempre sus frustraciones y su cobardía, habló de bombas, de franco tiradores y sus certeros disparos a la cabeza de los escuálidos.  Dijo Chaderton lo siguiente:
“Las bombas son generosas en el sentido de que se reparten por igual entre todos los que se encuentran por delante. Las armas cumplen la misma función. Los francotiradores apuntan a la cabeza, pero llega un momento en que una cabeza  escuálida no se diferencia de una cabeza chavista, salvo en el contenido. El sonido que produce una cabeza escuálida es mucho menor, es como un chasquido,  porque la bóveda craneana  es hueca y entonces pasa más rápido, pero eso se sabe después de que pasa el proyectil…”  https://www.youtube.com/watch?v=7R1YBfS9QL4
De esa manera Chaderton reconoce la política represiva y criminal del régimen contra la disidencia. Hace apología del delito y la violencia con el consentimiento del régimen y desde un canal del Estado. Para él no hay sanción ni ley Resorte. En el fondo, Chaderton expresa lo que quisiera hacer pero sabe que no tiene agallas para hacerlo, porque padece de insuficiencia congénita de testosterona.
Su rostro hinchado y su mirada opaca y perdida en el espacio, seguramente efecto la loca “vida de ambiente”, reflejan la enorme tristeza que lo acompaña. Le deseo una larga vida con su bóveda craneana llena de tristeza, de complejos y de fantasmas. Y llegada la hora se encontrará con que en su lecho de muerte no tendrá a su lado la reconfortante compañía de una pareja, estará solitario: sin hijos y sin nietos. Se irá al infierno sin dejar un recuerdo vivo.  Su funeral estará lleno de penumbras y soledad, vacío de respeto y amor, olvidado y repudiado por quienes tuvieron la desgracia de conocerlo alguna vez.
JOAQUIN F. CHAFFARDET R.
@jchaffardet

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