El Gobierno bolivariano se caracteriza por "acabar con todo", como el barbarazo.Ha llevado a punto de aniquilamiento al sector productivo nacional, con la excusa de la seguridad y soberanía alimentaria, y con la fuerza de expropiaciones a granel, leyes bolivarianas, controles y guías de movilización que ponen una camisa de fuerza a las inversiones. En Venezuela se ha instaurado una economía de puertos, donde no existe rubro que no requiera ser importado, aún aquéllos donde existía autoabastecimiento, o incluso se exportaban.Ahora, pareciera que el Gobierno va por el sector importador. Ya el ministro Elías Jaua lo advirtió hace unos meses cuando exclamó: "los negocitos de importación se le irán acabando paulatinamente a quienes se acostumbraron a que con el maletín debajo del brazo, chantajeaban al Gobierno".Desde los primeros meses del año, el Gobierno puso en marcha toda una arremetida centralizadora en contra de aeropuertos, puertos y aduanas con el fin de tener el control absoluto y total de operaciones e instalaciones. En marzo crea Bolivariana de Puertos (BP), 100% capital venezolano. Y en junio se reactiva la binacional Puertos del Alba, con un 51% de capital venezolano y 49% cubano. Ambas empresas están adscritas al Ministerio de Obras Públicas y Vivienda, y aún no está claro cuándo es BP la que actúa y cuando es Puertos del Alba, ni que corresponde hacer a cada una. Es más, pareciera que ni el propio Ejecutivo lo tiene claro. Entretanto, todos los cargos de dirección de puertos han sido confiados a miembros de Fuerza Armada por lo que rige un punto de vista militar y no un enfoque comercial que corresponde a este tipo de negocio. Actualmente casi la totalidad de las almacenadoras de las zonas primarias de Puerto Cabello, Maracaibo y La Guaira están tomadas.Con la estatización y cubanización de la actividad portuaria se abrió la compuerta para que cualquier cargamento corriera el riesgo de ser confiscado a discrecionalidad del Ejecutivo, sin que nadie le responda al propietario por las pérdidas que le ocasionen. A esta inseguridad jurídica que acosa a las importadoras, se les suman las restricciones de Cadivi, el cual con toda arbitrariedad les raciona los dólares a los importadores.Hoy los resultados de esta acción del Gobierno están a la vista. Los puertos lucen vacíos de contenedores, pero no gracias a la eficiencia de las operaciones de descarga, almacenaje, desaduanaje, y distribución, sino a una caída importante del ritmo de las importaciones.Tal como lo denunciara el presidente de la Cámara de Transporte pesado de Vargas, Emiddio Palumbo, los operadores y transportistas del Puerto de La Guaria, observan con temor una merma en las actividades a pesar de estar en plena temporada pre navideña, cuando llegan tradicionalmente importantes volúmenes de mercancías. Según El Universal del sábado 21 de noviembre, Palumbo informó que "la merma de las actividades del Puerto de La Guaira ha provocado pérdidas a operadores y transportistas por encima de 70%" con relación a 2008, cuando se registraban unos 1.200 viajes diarios, en comparación con los 200 y 400 traslados que se realizan en la actualidad.Esta baja en la actividad portuaria hace presagiar vientos de escasez para principios del próximo año, cuando se hayan agotado los inventarios en una época de alto consumo como lo es diciembre. Como corolario, puede decirse que el Gobierno está logrando con éxito su objetivo de controlar toda actividad portuaria y, por ende, toda la actividad importadora. . Disponible en inglés en: www.veneconomy.com a partir de las 4:00 p.m.
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