Aunque suene a disco rayado y caiga en saco roto, hay que volver a insistir en que las políticas del "socialismo-del-siglo-veintiuno" sólo traen la destrucción de la economía y la miseria a la población. Para ilustrar lo nefasto del rumbo hacia el comunismo que Hugo Chávez ha impuesto a los venezolanos, bastarían estos dos ejemplos: El primero, es la triste historia de la fábrica de Tubos de Acero de Venezuela S.A. (TAVSA), quien es víctima del colapso de PDVSA, en una suerte de reacción en cadena. Hasta este año, cuando Hugo Chávez anunció la estatización de TAVSA, la fábrica llevaba 40 años produciendo, casi en exclusividad, tubos sin costura para la industria petrolera venezolana. Primero, como filial de la estatal SIDOR y luego, como propiedad de Tenaris del Grupo Techint, independiente de SIDOR.Lamentablemente, este año como a cientos de otras empresas privadas, a TAVSA le cayó la langosta roja estatizadora, y se le aplicó una trampa-jaula para cercarla (ya usual en estos tiempos revolucionarios): Primero, PDVSA, su casi exclusivo cliente, dejó largos meses sin pagarle a TAVSA por los tubos que ésta le suministraba, llegando la deuda a unos $53 millones para febrero de 2009. Esto trajo como secuela, que TAVSA a su vez cayera en mora con SIDOR, su casi único suplidor de materia prima, al cual le debía unos $10 millardos. En consecuencia, el 17 de febrero, la ya estatal SIDOR le suspendió unilateralmente a TAVSA el suministro de los "tochos" de acero, la materia prima vital para la fabricación de tubos. Luego el Gobierno le dio a TAVSA un tiro de gracia: El 22 de mayo, el presidente Hugo Chávez anunció que la fábrica (que había paralizado su producción) pasaba a manos del Estado. Primero, bajo la adscripción de PDV Industrial, ubicada en Maracaibo, y posteriormente, decretando que la fábrica operaría en los perímetros de SIDOR, utilizando los mismos servicios de electricidad, gas y agua de la estatal Antes de esta crisis, TAVSA estaba suministrando a PDVSA unas 65 mil toneladas anuales de tubos de diversas especificaciones. Hoy, la estatal TAVSA está paralizada. SIDOR sigue sin suministrarle la materia prima. La deuda de PDVSA a TAVSA y la de TAVSA a SIDOR todavía no han sido canceladas. A lo que se le une un agravante, que PDVSA ahora debe importar esos tubos que bien podrían seguir produciéndose en el país. Además, se presenta una ironía, que el principal fabricante de estos tubos en el Continente es una filial de Tenaris-Techint, a la cual, según informa Tal Cual en su edición de este miércoles 25 de noviembre, PDVSA le compra los tubos a través de un tercero. El segundo ejemplo, quizá no tan evidente, de destrucción en cadena de la economía a causa de las erradas políticas del Gobierno, es la toma de tierras y propiedades agroindustriales. Las secuelas de esta política confiscatoria de la propiedad privada, van más allá de la destrucción de la producción nacional y de espantar a la inversión privada del país, para afectar a los nuevos adjudicatarios y a todo el sistema bancario. El caso es que las tierras expropiadas, confiscadas o "rescatadas" pasan a ser propiedad del Estado, sobre las que el Gobierno no otorga títulos de propiedad a los agricultores que trabajan las tierras, sino títulos de adjudicación. Así estos agricultores no pueden acceder a préstamos bancarios para financiar sus cosechas, pues al no tener derechos de propiedad sobre las tierras y los activos, no puede constituir con ellas hipotecas o gravámenes de ninguna naturaleza, pues no las pueden dar como garantía. Esto a su vez, pone a los bancos contra la espada y la pared. Si no dan préstamos a la agricultura, incumplen con las obligatorias gavetas agrícolas y por ende, quedan sujetos a multas o incluso corren el riesgo de ser estatizados. Si prestan sin garantías de retorno del capital, corren el riesgo de aumentar la morosidad de las entidades y de ser sancionados por irresponsables. Así se teje una cadena de destrucción, que aleja la producción de un país donde ya cunde el desempleo y el hambre.. Disponible en inglés en: www.veneconomy.com a partir de las 4:00 p.m.
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