Por: Julio César Arreaza B. - @JulioCArreaza
Trucutú es una tira cómica
dominical difundida en varios países, que trata sobre las aventuras de un
cavernícola con ese nombre.
Entrando al
siglo XXI los venezolanos decidimos erróneamente contratarlo para que hundiera
el país en los siguientes 16 años. Lamentablemente marchamos a contrapelo de
los tiempos que presagiaban una modernidad con justicia social y calidad de
vida. Y decidimos desbarrancarnos hacia el siglo XIX, y entregarle la
conducción del país a una montonera atrasada impregnada de una altísima dosis
de corrupción no conocida en nuestra historia republicana de 204 años.
El dato que
nos ofrece el estudioso Dr. Carlos Canache Mata resulta espeluznante: de las
700 toneladas de cocaína que cada año se producen en el mundo, 300 pasan por
Venezuela para diversos destinos. Esta penetración desaforada vino con los
rojos. En los gobiernos democráticos hubo conciencia del daño irreversible que
causa a la juventud la droga, y por ello se tejieron legislaciones, programas e
instituciones para combatir este flagelo enemigo de la juventud que atenta
contra el futuro del país.
El régimen
obedeciendo al imperio Cubano situación que menoscaba la dignidad nacional,
sacó a la DEA del país que cumplió bajo la tutela de nuestros organismos de
seguridad, un rol efectivo para el combate del mal de la civilización.
Trucutú
entregó nuestra soberanía política y económica a Cuba y hace de todo para
arruinar la relación geopolítica estratégica que hemos sostenido con los
Estados Unidos, nuestro principal socio comercial y con el cual hemos
compartido especialmente desde los
tiempos de los grandes presidentes Betancourt y Kennedy un mutuo compromiso por
la libertad, la democracia y la autodeterminación de los pueblos.
Rechazamos
el lenguaje patibulario de Maduro para insultar a un alcalde de clase mundial, reconocido
y apreciado por su comunidad, como es Carlos Ocariz, increíble que lo llame
bobolongo por cadena, pareciera que el que deriva su mandato del dedo del difunto
no se mira al espejo cuando se afeita, rechazamos idéntico apelativo, por
abusivo, para el primogénito que piensa imponer como candidato a diputado en un
circuito de la Gran Caracas, sin mérito alguno.
La fiscal
Harrington había pedido al aviador y mártir Rodolfo Gónzalez que acusara al
Alcalde Meropolitano Antonio Ledezma. Aquí se comete otra arbitrariedad, pues
no hay delito que pueda imputársele. Las acusaciones se basan en hechos falsos,
pruebas manipuladas y en calificaciones jurídicas deleznables.
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