Eterno
amargado y resentido, reptante y chupamedias. No solamente es un insigne
jalabolas sino que ha creado la categoría del “acariciabolas”. Homosexual que
no tiene el valor de salir del closet como hacen los homosexuales que se
respetan y se hacen respetar, sino que se asoma cobardemente por una rendijita.
Que se desinhibe en la media luz de los
antros de ambiente de M Street y Wisconsin Avenue en la metrópoli imperial o en
los locales de “ambiente” de Amsterdam, Lóndres o Paris y hasta de Bogotá,
donde ha podido dar rienda suelta a sus particulares apetencias. Todo ese
disfrute en un permanente derrape internacional, siempre en la penumbra y con
el rostro semi-oculto, ha sido posible
gracias a haber tenido la habilidad y la falta de vergüenza de mantenerse
siempre pegado a la teta de todos y cada uno de los gobiernos. Por supuesto, Roy
nunca ha disfrutado de la delicadeza de una teta diferente. La única teta que le gusta
y que ha disfrutado a placer es la teta gubernamental.
Quienes
tuvimos, desde los años de estudiantes, la desdicha de conocer a este sinuoso
personaje, sabemos de su extraordinaria cobardía. A lo mejor no era por miedo que
evitaba los combates que ocurrían en la UCV de los sesenta sino por temor a que
le fueran a decir que era “muy macho” o “muy hombre”, lo que seguramente le afectaría
lo más íntimo de su ser.
Roy Antonio
María Chaderton Matos, es lo que se llama en criollo un “marico viejo” [no es gay,
es marico que es otra cosa], de 72 años. Sus múltiples complejos y
resentimientos se ven cada día más exacerbados por las inevitables huellas que
en el cuerpo humano deja el indetenible paso de los años. En buena parte su
conducta la determina su permanente frustración por el hecho de vivir dentro de un
viejo carapacho de apariencia casi masculina atenuada por su gestualidad. Es un amargado infeliz.
Sus
posibilidades de conseguir un parejo de sus mismas características, por razones
de edad, se reducen a chulos oportunistas, no solamente de baja ralea sino
hasta peligrosos. Se dice que lo único que le ha aliviado sus penas
existenciales recientemente es la cercanía de su colega embajador en las
Naciones Unidas con quien, según se rumora insistentemente, siempre ha tenido
estrechas y6 cálidas relaciones.[i]
ver nota
Roy encontró
el sitio ideal para él: el chavismo, donde descubrió que, aparte de poder mantenerse
pegado a la teta gubernamental, podría compartir los mismos gustos y hablar el mismo idioma de Rafael Ramírez, Jorge
Rodríguez, Tareck William Saab, Isaías
Rodríguez, Jesse Chacón, Papi Papi Rangel, Juan Barreto, Diosdado Cabello y los
fallecidos William Lara, Robert Serra y
por supuesto Hugo Chávez quien era y será por siempre el comandante eterno del Batallón
Galleta de Soda.
Ahora,
nuevamente, Chaderton hace esfuerzos por mantener los favores de la mafia
chavistas trata de aparecer como más chavista que María Cristina Iglesias o la
Primera Combatiente y adopta actitudes destempladas. Es así como con la loca que lleva por dentro
agitada, en uno de tantos programas del oficialismo se soltó el moño, y con
cara de marico triste, pretendiendo en vano ser gracioso o ingenioso, rumiando como
siempre sus frustraciones y su cobardía, habló de bombas, de franco tiradores y
sus certeros disparos a la cabeza de los escuálidos. Dijo Chaderton lo siguiente:
“Las bombas son generosas en el
sentido de que se reparten por igual entre todos los que se encuentran por
delante. Las armas cumplen la misma función. Los francotiradores apuntan a la
cabeza, pero llega un momento en que una cabeza escuálida no se diferencia de una cabeza
chavista, salvo en el contenido. El sonido que produce una cabeza escuálida es
mucho menor, es como un chasquido, porque
la bóveda craneana es hueca y entonces
pasa más rápido, pero eso se sabe después de que pasa el proyectil…” https://www.youtube.com/watch?v=7R1YBfS9QL4
De esa manera
Chaderton reconoce la política represiva y criminal del régimen contra la
disidencia. Hace apología del delito y la violencia con el consentimiento del
régimen y desde un canal del Estado. Para él no hay sanción ni ley Resorte. En
el fondo, Chaderton expresa lo que quisiera hacer pero sabe que no tiene agallas
para hacerlo, porque padece de insuficiencia congénita de testosterona.
Su rostro
hinchado y su mirada opaca y perdida en el espacio, seguramente efecto la loca “vida
de ambiente”, reflejan la enorme tristeza que lo acompaña. Le deseo una larga
vida con su bóveda craneana llena de tristeza, de complejos y de fantasmas. Y
llegada la hora se encontrará con que en su lecho de muerte no tendrá a su lado
la reconfortante compañía de una pareja, estará solitario: sin hijos y sin
nietos. Se irá al infierno sin dejar un recuerdo vivo. Su funeral estará lleno de penumbras y soledad,
vacío de respeto y amor, olvidado y repudiado por quienes tuvieron la desgracia
de conocerlo alguna vez.
JOAQUIN F. CHAFFARDET R.
@jchaffardet
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