martes, 10 de julio de 2012

Los desafíos del Salón Michelena


Por: Fernando Facchin B. -ffacchinb@gmail.com - La legal y legítima Junta Directiva del Ateneo de Valencia ha anunciado recientemente la puesta en escena de la 66° edición de la Bienal Salón Michelena para el próximo mes de Noviembre, en medio de limitaciones materiales, políticas, ilegales y financieras por las que atraviesa actualmente, a muchos llama la atención cómo es posible mantener la vitalidad del Salón Michelena y su importante bienal en atención a las exigencias del mundo cultural que ha seguido año tras año la más importante confrontación artística nacional, pilar fundamental de nuestra cultura.

Es notable que tras estos años difíciles, producto del delincuencial atraco y asalto  a la institución, existen dirigentes culturales ad-honorem, promotores creativos con una férrea e indoblegable voluntad de apoyo a la institución, logrando verdaderos milagros en la tendencia al incremento y la estabilidad de la bienal, potenciando el talento artístico en su máxima expresión, con racionalidad y eficiencia institucional. De tal manera que queda demostrado que el éxito de una institución está fundado sobre las bases de un grupo humano promotor y un equipo que dirija. Los procesos de reversión del deterioro moral, social, material y cultural causado a la institución será posible por la entrega del grupo promotor a su noble misión, como hasta ahora lo ha hecho la Junta Directiva del Ateneo de Valencia, con conciencia clara que las políticas culturales no deben ejercerse bajo intereses políticos coyunturales que le hacen grave daño al desarrollo cultural.


Hoy el legítimo Ateneo de Valencia y su equipo directivo, cuenta con nuevas fórmulas de promoción cultural que surgen como respuesta a las carencias que se sufren, así se ha logrado la participación activa de instituciones públicas y privadas y promotores voluntarios que harán posible la exitosa puesta en escena de la Bienal No. 66° del Salón Michelena.


Finalmente no puedo pasar por alto que en los últimos años, período negro para la cultura carabobeña, ha impactado profunda y negativamente al desarrollo cultural el insólito y delictual asalto sufrido por la sede oficial del ateneo, edificación de valor patrimonial para la nación, cuyo rescate, reparación o restauración, incluidas sus obras de arte, equipos y demás enseres propios de la institución, hoy en lamentable situación física, tendrá un elevado costo económico producto de la inconsciencia, el resentimiento, la venganza y el odio insertado por el mal llamado socialismo del SXXI, hoy en vías de transición hacia el rescate de los valores democráticos y ciudadanos, los legítimos promotores de la bienal, con coraje, civismo y dignidad, no abandonan su noble tarea de
 adelante la promoción de valores espirituales, estéticos y éticos pilares de nuestra sociedad. Allí donde hay dirigentes institucionales y promotores creativos y consagrados, donde hay una voluntad real de apoyar la cultura, se logran verdaderos milagros.

Sin duda alguna vivimos tiempos difíciles, tiempos de anticultura, la bienal es víctima del virus político que afecta al país imponiéndonos sus imperativos y condicionándonos, los invasores del ateneo, resentidos muñecos de ventrílocuo, actúan como meros operarios ejecutores de las órdenes que se les imparten. La comprensión en nuestro tiempo se hace difícil, por no decir imposible, teniendo en cuenta que sólo es desde la impostura política y su ataque a la institución desde donde podemos comprender la realidad de lo sucedido. La cultura en el país ya no es independiente del poder político, se le pretende como sirva al régimen y que actué bajo sus directrices oscurantistas, pero el ideal emancipador no muere y cultiva la cultura por cuenta propia. Los tiempos de la anticultura van desapareciendo y por esa razón las plañideras viudas invasoras del ateneo, ante su dramático fracaso, hoy sólo balbucean un lloroso “Bu”, con voz de “gallo” afónico, nadie les oye.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario