miércoles, 29 de julio de 2009

Menos rumores y más acción


Por: Roberto Olivares - robertocarlo14@hotmail.com - Que sí lo tumban, que no lo tumban… Que sí dan un golpe, que no dan un golpe… Que le hicieron un atentado, que no le hicieron un atentado… Que está en Cuba, que no está en Cuba… Que nacionalizan la banca, que no la nacionalizan… Que se enfermó, que no se enfermó… Que los babalaos cubanos lo bañan en sangre, que no lo bañan en sangre… Que se murió Fidel, que no se murió Fidel… Que sí hay malestar militar, que no hay malestar militar… Que habrá un estallido social, que no habrá un estallido social… Que un amigo militar me dijo, que ningún amigo militar te dijo… Que sí vuelve Zelaya, que no vuelve Zelaya… Que ordenaron la invasión de Honduras, que no ordenaron la invasión de Honduras… Que hay panfletos en los cuarteles, que no hay panfletos en los cuarteles…etc…etc…etc… En esa constante zozobra antinatura vivimos todos los venezolanos; los chavistas, y los no chavistas. ¿Qué sociedad medianamente normal puede convivir y subsistir con semejante angustia perpetua? Por lo visto nosotros, y uno que otro país africano. Mientras le sigamos haciendo el juego de desinformación y anhelos perdidos al dictador y su combo, aquí no hay para nadie. El que vive de ilusiones, muere de desengaños. No concibo posible que después de casi 11 años en el poder, todavía el usurpador de Miraflores marque la pauta y dirija la orquesta cómo único amo y señor de la verdad inmutable del pueblo venezolano. ¿Hasta cuándo los pocos medios de comunicación masiva de oposición van a seguir haciéndole el macabro juego al desgobierno? ¿Hasta cuándo permitiremos que un enajenado mental nos controle la vida y nuestro destino? ¿Hasta cuándo nuestra propia existencia seguirá dependiendo de un déspota cobarde y amoral? ¡Pensemos, meditemos, razonemos! Muchísima gente siempre me pregunta en persona, o a través del correo electrónico: ¿Y cómo podemos hacer entonces para derrocar a Chávez si controla todas las instituciones, y sobre todo a los militares? Siempre respondo lo mismo: Primero no controla todas las instituciones, ni tampoco controla a todos los militares; controla las cúpulas de las instituciones, y controla la cúpula militar. Eso ha ocurrido también en todos los gobiernos venezolanos anteriores, la diferencia es que en ésta dictadura castro chavista rebosante de petrodólares y de sabandijas malintencionadas, el control de la sociedad en general es mucho más férreo e inclemente. Pero la mayoría de los militares y la mayoría de los trabajadores de las instituciones del estado, no apoyan a Chávez ya que pasan las mismas necesidades y calamidades que el gran grueso de la población. De hecho, en su caso el odio hacia el ahijado de Fidel es mucho mayor comparado con los demás integrantes de la sociedad, ya que ellos son obligados a marchar vestidos de rojo en contra de su voluntad y conciencia. Ahora, tomando en cuenta que en definitiva los militares poseen el monopolio de las armas, y a lo largo de la historia han sido los que de manera directa o indirecta han tumbado, o puesto gobiernos, así cómo ocurrió aquí en Venezuela el 11 y 13 de abril: ¿De qué manera podemos obligarlos a tomar cartas en el asunto si no se pueden rebelar en contra de la dictadura debido al miedo y al constante “sapeo” retribuido que existe en la institución castrense? Pues sencillamente cohesionándonos cómo sociedad, dejándonos de hablar tantas pamplinadas, y sobre todo evitando la proliferación de rumores falsos e innecesarios. Lo que precisamos es una organización social de índole multiclasista, multirracial y multicolor que de manera generalizada salga valientemente a la calle a exigir la inmediata renuncia o remoción forzosa del dictador. Los militares no le van a disparar a la gente, no en pleno siglo XXI, y mucho menos en la Venezuela de hoy en día. Sino salimos a la calle de manera indefinida y decidida, los militares no podrán actuar y el dictador seguirá allí hasta que el cuerpo aguante; el petróleo y los billetes verdes no se acabarán por ahora. Se agotó el tiempo de los rumores, es la hora de aplicar el binomio cívico-militar a través de la activación del Artículo 350 de nuestra Carta Magna. Utilicemos las armas que nos proporciona nuestra propia Constitución, el mundo democrático y civilizado espera por nosotros. Artículo 350 de la Constitución Bolivariana de Venezuela - “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz, y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”. ¡Patria, Democracia y Libertad!

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