viernes, 25 de septiembre de 2009

Ser vulnerable


Por: Merlina Meiler - Hombres y mujeres tenemos áreas en las que somos vulnerables. En las que nos han sucedido hechos que nos dañaron, o que aún hoy nos hacen trastabillar o nos sacan de nuestro eje. No somos perfectos y todos tenemos nuestros momentos de incertidumbre. Manifestar nuestra vulnerabilidad, en estos casos, es la mejor manera de compartir el peso que nos agobia y de obtener el apoyo que tanto necesitamos para sobrellevar la situación y salir adelante. Mostrarnos tal cual somos es la mejor manera de estar rodeados por gente afín a nosotros. De nada sirve tapar nuestra verdadera esencia o intentar vender una imagen distinta de nosotros mismos, todo esto cae con el tiempo y da lugar a resultados que no buscamos. Mostrarnos tal cual somos también implica abrirnos a las personas de nuestra confianza y compartir con algunas de ellas lo que nos afecta. Ser inexpugnables, aparentar que todo lo podemos o simular que lo que nos sucede no tiene mayor relevancia solo añadirá un peso extra a nuestro malestar. Asimismo, dará lugar a que quienes nos rodean no tomen las actitudes que desearíamos, ya que ignorarán lo que efectivamente sucede en nuestro interior. Claro que tenemos nuestras fortalezas y nuestras debilidades, pero esconder nuestra vulnerabilidad impide que las demás personas se acerquen de la manera que precisamos o anhelamos. En lo personal, no temo mostrarme vulnerable. Me conecta con mis seres queridos de una manera muy especial cuando más los necesito. Y no creo que sea una característica femenina abrir nuestro corazón o nuestra mente y dejar salir nuestras dudas y nuestras inseguridades ante quienes sabemos que nos tenderán una mano o nos darán un consejo que, probablemente, nos aporte más de lo imaginado. Me parece un acto sano y maduro buscar ayuda cuando la necesitamos.

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