La vigencia de Sung Tzu

Por: G.D. Oswaldo Sujú Raffo - En tiempos de entregas y traiciones, donde la dignidad nacional se atropella y deja mal parado al hoy cuestionado gentilicio de un pueblo, que en otrora se cubrió de gloria en campos de batallas, por libertar cinco naciones, viene a mi memoria esa sentencia del recordado bardo cumanés Andrés Eloy Blanco cuando, ante un claudicante Tratado de Límites en 1941 dijo: “Conocemos muy bien la leyenda que se nos atribuyó. Colombia era una universidad, Venezuela era un cuartel, Ecuador era un convento. Pero lo cierto es, ciudadanos diputados, que esta tierra levantisca, esta tierra de hombres retrecheros, esta tierra que nació en los cuarteles y se crió en los vivaques, durante una centuria ha perdido la quinta parte de su territorio, sin disparar un tiro...” Esta posición del diputado poeta oriental, motivó a los venezolanos de entonces, civiles y militares, a preocuparse más por defender la soberanía patria que se encogía como una piel de zapa...Hasta el año de 1998 el esfuerzo y voluntad del pueblo, representado por el ente militar y sectores del ente político del país, coadyuvaron en la salvaguarda de nuestra soberanía territorial y marítima, asimismo en recuperar lo esquilmado por la sevicia y la ambición, de Estados poderosos...Hoy vemos compatriotas, ¡ que paradoja !, como se pierde nuestra soberanía nacional, en un régimen militarista y supuestamente “nacionalista” , violando la propia Constitución de la República, ante la complicidad de los poderes rectores del Estado, de la alcahuetería de los diputados, de la indiferencia de los partidos políticos, de la traición de quienes gobiernan y lo peor, con la complicidad y cobardía de quienes dirigieron y hoy dirigen a las FF.AA.NN., por incumplir sus deberes constitucionales, por no ser el gendarme del propio Estado. ¡Qué contradicción y que vergüenza siento por esta situación actual! ¿Es que todavía existen venezolanos que ignoran la actual tragedia que vive el país? Todo esta debacle es secuela de la imposición de un sistema de gobierno, rechazado por el pueblo, de inspiración tiránica y de una cuestionada filosofía socialista, más cercana a un “arroz con mango, servido en totuma de aguacate...”. El célebre estratega chino, Sung Tzu, en sus máximas escritas hace más de 2.000 años, mantiene su vigencia y orientación en la toma de decisiones ayer, hoy y en el futuro... Cuando el Emperador Qui le ordenó al Gral. Sung Tzu que organizara y entrenara un batallón con puras mujeres, para defender el reino, Sung Tzu obedeció y escogió 180 mujeres, las dividió en dos bloques de 90 y les puso al frente a las dos concubinas más queridas del Emperador. Después de varias semanas de arduo entrenamiento y ante los deseos imperiales de ver los resultados, Sung Tzu formó al batallón con sus aprestos de combate y personalmente comenzó a darles órdenes de ataque y defensa...Pero las mujeres, ante la hilaridad de las concubinas, se contagiaron de risa y por tres veces se repitieron las órdenes. Ante esa indisciplina, Sung Tzu ordenó a un capitán que decapitara a las dos concubinas reales. En vano el Emperador trató de evitarlo, y escuchó:” Su Majestad, cuando el General es investido como Jefe, no necesariamente debe obedecer al Soberano...” Luego Sung Tzu se volvió hacia el batallón de mujeres e impartió las órdenes que fueron cumplidas, con la precisión de un reloj y la rapidez del rayo... Para Sung Tzu la seguridad de la Patria esta por encima de cualquier otra cosa terrenal...Que aprendan los que tienen que aprender en esta Venezuela tuya, mía y nuestra. ¡Amarren a sus locos y a los traidores! La Patria es primero. ¡Hasta luego!