Por Santi Lucas - Mientras Bush le dice adiós a la vieja Europa , reforzando lazos y alianzas con los pueblos más libres y prósperos, el gobierno español está a lo que mejor hace: al flirteo con Venezuela - El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, acaba de finalizar un extenso periplo por Europa para despedirse de sus aliados y amigos que, naturalmente, no ha incluido a España, gracias a la política exterior de Rodríguez Zapatero, que ha hecho con éxito hasta lo imposible para situarnos en el corazón del ostracismo internacional. Mientras Bush le dice adiós a la vieja Europa , reforzando lazos y alianzas con los pueblos más libres y prósperos, el gobierno español está a lo que mejor hace: al flirteo con Venezuela. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, ha viajado a Caracas para "conciliar las agendas" con el fin de que Hugo Chávez venga a España muy pronto. Esta es una mala noticia. Se invoca oficialmente la "regularizació n plena de las relaciones bilaterales" como excusa para organizar una visita de Chávez como si este fuera el máximo objetivo al que puede aspirar nuestro país en el mundo, o como si este fuera un fin estratégico que nos importara algo, más allá de la cortesía diplomática que se puede exigir a una nación educada como la nuestra. Restablecer algún maridaje entre España y Venezuela no puede situarse en el frontispicio de nuestras prioridades internacionales. Si la capacidad de interlocución e influencia española en el exterior está limitada ahora a los regímenes menos ejemplares y a los gobiernos más dudosos del orbe, es preferible no tener política exterior, es mejor renunciar a ese protagonismo indeseable. El incidente de S.M el Rey D. Juan Carlos con Hugo Chávez en el famoso "¿por qué no te callas?" es la expresión más gráfica de lo que conviene hacer con un gobernante bocazas y bravucón. Por eso, el anuncio de una próxima visita del dictador venezolano a España sólo puede interpretarse como una amenaza.
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