Por: Francísco Javier González R. - LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y LA DEMOCRACIA - El tema anterior se concluyó en la disyuntiva sobre donde comienzan y donde termina nuestros derechos como individuos, tema harto conocido por todos y definido con aquella frase sobre los limites de los derechos comienzan donde terminan los de los demás, aunque la realidad de la aplicación nos demuestra siempre priva con mayor peso nuestro interés particular a los del colectivo.La afirmación anterior puede parecer cínica a muchos lectores, pero bien vale la pena preguntarnos cuantas veces:- Nos colamos en cualquier taquilla.- Mentimos al teléfono sobre información que otro necesita.- Usamos verdades parciales o mejor dicho mentiras blancas, sobre alguna tipo de información y pare ud de contar.Todo lo anterior es tan cotidiano que escapa de nuestras mentes ver como afectan los derechos de otras personas, de todas formas lo importante es que esos derechos pueden ser agrupados en cuatro (4) categorías principales:1. Económicos 2. Sociales3. Civiles4. Políticos Esto a su vez tiene que ver con la pirámide de necesidades de Maslow, según la cual a medida que se solventan necesidades básicas, aparecen las filiatorias y las de orden superior, de forma tal que la forma en la cual ordene estos se corresponde con esa escala referida. Es acá donde se establecen diferencias, el caso de los ideólogos de izquierda tienden a creer se deben privilegiar los derechos económicos y sociales aún en detrimento, de los civiles y políticos, el mejor ejemplo es la realidad venezolana, donde se hace creer se están privilegiando los derechos económicos y sociales, pero a costa de los derechos civiles y políticos.Es para muchos complicado entender que no existe plenos derechos económicos y sociales, sin que los derechos civiles y políticos no estén en plena vigencia, los primeros sin los segundos carecen de autonomía, los cuatro en conjunto, garantizan la superación de la pobreza y ponen al hombre en la vía del desarrollo, de allí la fijación del régimen en aplacar los ánimos libertarios, buscar una reelección indefinida y sobre todo coartar los derechos a través de un estado de indefensión aprendido.