martes, 2 de diciembre de 2008

Lamento mucho que lo que aquí expreso...


Por Elba Power de Diamante - Lamento mucho que lo que aquí expreso pueda ser considerado como derrota. Es sólo la realidad y me canse de esconderla. Cuando menciono algunos sectores, esto no indica que todos los integrantes se sumaron al bochornoso evento. Anita no se ha dado cuenta, pero ella ahora será Portuguesa, pues sus hijos no ven futuro en Venezuela y seguramente se acogerán a esa ciudadanía que les abrió las puertas; tal como muchos extranjeros consiguieron cobijo en este país VENEZUELA, ella acudirá al lugar donde sus hijos puedan acariciar un futuro y puedan planificar en agenda, año a año, sus nuevos proyectos sin que el infortunio los aborte. Lo lamento mucho amiga, una nueva separación, a lo cual no pienso acostúmbrame, ni siquiera quiero olvidar por que lo que nos sucede, alguien lo tiene que pagar. Pocas veces en mi vida estuve en la función de un Circo. Las razones no las conozco; pero creo que nunca fue de mi agrado, quizás por curiosidad o tal vez por ver algo diferente; con el perdón de los circenses esos espectáculos no eran para mi. Sea como sea, de pronto he notado algo que me asquea; tanto que se dice que este gobierno es un Circo manejado por Chávez y que los payasos son sus acólitos; que ¡O gran equivocación y no es realmente cierto! Porque si bien tenemos el Circo de los hermanos Chávez, incluso los hermanados desde el golpe de Estado, no es menos cierto, que al igual que muchos circos como el de los hermanos Gasca, quienes por dedicarse a la preparación de un grandioso espectáculo caen en un desmedido maltrato a los animales, esos seres que por su llamativa presencia, pero por su limitada inteligencia, son domesticados y enseñados a obedecer; ¡si señores, a obedecer!, fielmente ejecutado por el domador, siempre habrá un uniformado que te obligue el camino a seguir. A eso nos tiene acostumbrados el régimen. Alimenta a sus criaturas y luego las golpea. Los payasos, quienes nos hacen reír según un guión aprendido (tantas veces que expresamos lo ingenioso del humor Venezolano), para hacer mas atractivo el acto, tienen al títere o fantoche. Si esta realidad no fuese tan cruel, yo también me reiría. Pero sepan ustedes que esos payasos y esos títeres son aquellos que nos traicionan colocando nuestra bandera libertaria en manos del tirano y usándola para su provecho con el emblema de partidos o de lideres de oposición. No es cierto que los payasos vengan de las filas del oficialismo, de esas filas se preparan para la función los trapecistas y la orquesta que con su música adormecen nuestros sentidos, mientras el GRAN ILUSIONISTA Hugo dirige un triste espectáculo; donde todos concurrimos como publico de galería a presenciar un gran acto que pareciese muy democrático y plural, cuando en realidad se debate la Democracia y La Justicia contra la tiranía; donde esos títeres desoyendo al publico, ignorando su verdadera responsabilidad, se unieron al circo, con equilibristas que caminan en la cuerda floja para evitar que les cierren medios, muchos de ellos ya dominados, sin tan siquiera darse cuenta que obedecen a conductas aprendidas y no a las necesidades del pueblo. De no ser así, porqué tantas veces hemos tenido que ceñirnos a la pauta que la prensa dicte. Mayor semejanza con un proceso electoral, no puede haber; los domadores uniformados de verde, que vejan y maltratan al elector, quienes deberían estar allí para expresar su voluntad soberana y no para ser atropellado; los trapecistas del CNE meciéndose en sus trapecios, alertan al ya sumido elector para que su voto sea de una marcada tendencia; junto a sus prestidigitadores, que hacen desaparecer inscritos y cambiar un voto por otro. Pero nada iba a quedar tan bien hecho sin aquellos payasos y títeres que se prestaron a ultranza, lanzando candidatos y candidaturas a raja tabla, ignorando a los que si cumplieron el pacto del 23 de Enero, para saciar inexplicables conductas. Nuevamente el Cielo será testigo, tratemos de aprender de tantos errores sin tener que entregarle en bandeja de plata el futuro de nuestro país a quienes menos les importa. Es hora que el publico tome responsabilidades individuales y salga a trabajar por una Venezuela mejor. No dejemos que la sigan destruyendo. Basta de espectáculos, para así evitar que mañana, la atracción, seas tu mismo.

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