Magda Mascioli G. - Ayer venia en una camioneta de transporte público. Muy temprano en la mañana, cuando la movilización de escolares es alta. Algunos con sus mamás, otros con sus papás, algunos solos. Diferentes edades, diferentes colores de franelas. A mitad de camino se suben dos niñas a la camioneta. Les calculo 6 y 8 años, respectivamente. Infiero que hermanas por su gran parecido. La mayor ocupa un asiento a mi lado, pasillo por medio. Procede luego a decirle a la más pequeña que se siente en sus piernas. La Sra. que estaba a su lado, en la ventanilla, le dice a la mayor que más atras había otro puesto, que siente a su hermana alli. La pequeña le dice: gracias, pero no podemos, tenemos un solo pasaje. La Sra. le dice que no importa que el chofer no les dirá nada, a lo que la niña mayor le responde: no gracias Sra. es que tenemos un solo pasaje. No podemos ocupar dos puestos y pagar uno solo. La Sra. insiste pero el silencio de las niñas es aplastante. Al ver que no cala el mensaje la Sra. me mira. Ante su requerimiento de apoyo le pregunto: Sra. ¿Aprendió la lección que las niñas le acaban de dar? Espero que si. Me bajé al llegar a mi parada no sin antes hacer reconocimiento a las niñas ante la sonrisa de todos quienes escuchamos el intercambio. Asi que NADIE me diga que los Venezolanos no tenemos oportunidad de rescatar nuestro país. HAGA SU PARTE y enséñele valores a sus hijos tal como es evidente han hecho los padres de las niñas en cuestión. Deje la quejadera y ¡ASUMA la RESPONSABILIDAD que LE CORRESPONDE!
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