El
pasado 20 de diciembre el ilegítimo dirigió a su abuelo Fidel (Chávez
se declaró hijo de Fidel. El ilegítimo se considera hijo de Chávez.
Resultado: es nieto de Fidel. ¿Cierto?) una carta cuyo texto produce
pena ajena a cualquiera que la lea y como para humillarlo el facsímil de
la carta fue reproducido a media página en la primera plana del diario Granma el 25 de diciembre (http://www.granma.cu/mundo/2014-12-25/cartas-de-maduro-a-fidel-y-raul).
Nunca
he reconocido al ilegítimo como jefe del Estado. Aun así, considero que
el lenguaje de esa misiva es indigno de un gobernante que debería
tratar de preservar la majestad de su investidura. Ya sabemos que al
ilegítimo le queda grande la silla de Miraflores, pero en esta carta
pone en evidencia su ignorancia de las más elementales reglas de
comportamiento que debería observar quien –aun por usurpación– se
desempeña como primer mandatario de un país.
La carta, seguramente escrita por un ghost writer (un
escribidor a sueldo), tiene todas las características de haber sido
redactada con el evidente propósito de lisonjear al anciano desvencijado
ex dictador cubano en momentos en que las autoridades de ese país
comienzan a aflojar sus vínculos con el nuestro y a abrirse nuevos
horizontes más confiables.
Esto
se confirma con la lectura del primer párrafo en el cual se exalta como
un logro espectacularmente exitoso de Fidel la puesta en libertad de
cinco espías cubanos que estaban presos en Estados Unidos:
“Mi
alegría inmensa de revolucionario y hermano de todas las horas,
Comandante, es el sentimiento incontenible que me mueve a escribirle en
esta hora victoriosa para la justicia en el mundo por la liberación de
los Cinco Héroes de Cuba, los Cinco Héroes de la dignidad”.
El tono rastreramente lisonjero, y por demás ridículo, queda todavía más evidenciado en el siguiente párrafo:
“Más
allá de mi propia alegría y satisfacción por esta gran victoria, Padre y
Maestro nuestro, en mi corazón se impone como un deber inaplazable
transmitirle el mensaje que desde el viento, desde la lluvia torrencial
que ahora cae sobre Caracas y desde las profundidades del Pueblo
venezolano, hubiera querido darle nuestro Gigante (¿?) a
usted para celebrar la liberación de los Cinco Héroes para exaltar el
imborrable ejemplo de estos cinco Apóstoles de la dignidad cubana y
nuestroamericana (¿?)”.
Aparte
del tono indigno y rastrero de la carta, en ella se tergiversan
obscenamente los hechos. En primer lugar, no fueron cinco sino tres los
espías puestos en libertad y ello no fue obra de Fidel sino que fue
parte de la toma y daca que se llevó a cabo dentro de las negociaciones
para descongelar las relaciones bilaterales Estados Unidos-Cuba en la
cual jugaron un papel determinante el papa Francisco y el gobierno de
Canadá.
Dos de los cinco
integrantes de la “red Avispa” habían quedado en libertad mucho tiempo
antes por hacer cumplido casi la totalidad de sus condenas. Raúl
González, condenado a 15 años, fue puesto en libertad en febrero de
2014. Fernando González, condenado a 18 años, fue puesto en libertad en
octubre de 2011.
Los tres
restantes, Antonio Guerrero, condenado a 22 años; Ramón Lababiño,
condenado a 30 años, y Gerardo Hernández, condenado a 2 cadenas
perpetuas, fueron canjeados por el agente de inteligencia de Estados
Unidos de origen cubano que había permanecido 20 años preso en la isla. A
pesar de que las autoridades norteamericanas mantienen bajo estricta
reserva la identidad de este personaje, ha trascendido que se trata de
Rolando Sarraf Trujillo y se desconoce su paradero desde que salió de
Cuba. Según palabras del director de Inteligencia Nacional
norteamericana, “se trata de uno de los agentes de inteligencia más
importantes que Estados Unidos ha tenido jamás” y su liberación
constituye “el cierre de este capítulo de la Guerra Fría en las
relaciones de Estados Unidos y Cuba”.
Otro
ciudadano norteamericano liberado por razones humanitarias es el
contratista cooperante Alan Gross, quien había sido condenado a 15 años
de prisión y tenía cumplidos 3 años de esa condena.
Como parte de la negociación, Cuba se comprometió también a poner en libertad a medio centenar de presos políticos.
Resulta
evidente entonces que la liberación de los espías cubanos no fue obra
de Fidel como pretende el ilegítimo en su execrable carta. Fue el
resultado de una componenda en la cual las partes convinieron en acceder
a las exigencias de la otra, como es lógico que suceda en toda
negociación seria y de buena fe.
El
tono y el contenido de la misiva son una muestra patente de la relación
de sumisión, pupilaje y avasallamiento del ilegítimo con su abuelo
putativo, relación que es rechazada rotundamente, usando la expresión
empleada en la carta, “desde la profundidad del pueblo venezolano”.
Carta Maduro: http://www.telesurtv.net/news/Presidente-Maduro-en-carta-a-Fidel-y-Raul-La-Patria-Grande-cambio-para-siempre-20141226-0036.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su Comentario