Por: Vinicio Guerrero Méndez
Es hermoso cuando recordamos nuestros bellos años de
estudiante y con ello, agradecemos a ese querido Maestro todo el caudal de
riquezas que incondicionalmente nos impartió. Fueron generosos tiempos donde
nos preciábamos de esa suerte de Maestros dedicados enteramente a tan noble y
sacrificada labor. Por años y con suma habilidad dominaban la cultura y nuestros
más preciados valores llevándolos incluso a su más brillante expresión. La
mayor parte del día la compartimos con él. Era nuestro héroe todo lo sabía y
todo lo explicaba con singular devoción.
Las comparaciones me parecen muy chocantes, más
cuando nos referimos a los pro y los contra que nos ofrecen las generaciones.
Todos decimos que la nuestra fue mejor,
pero no es ni ha sido así, más
parece que poco a poco la fuimos degradando con pequeños detalles que se
hicieron grandes al ofrecerles indiferencia. De hecho, causa más que evidente
la precaria situación de nuestras escuelas y educadores para la formación de
nuestros hijos. ¿Aman en verdad nuestro país o solo se sirven de él?
Va el presente artículo a los constantes
desafueros y mala educación en la que han venido incurriendo muchos de nuestros
educadores. Esta vez solo hare alusión a lo que he visto y vivido en una pequeña población perteneciente a la
linda Barinas,
caracterizada por la amabilidad de su gente; pero, como de todo hay en la villa
del Señor quiero hacer valer que afortunadamente no son mayoría, más bien
minoría los educadores o ¿educador? a los que me veo en la necesidad de recusar
, ya que me precio de conocer muchos bien preparados, educados, prudentes y con
mucha devoción por tan sacra profesión, en pocas palabras, se les nota el tipo de educación que imparten.
Me quiero referir léase bien a esos
pequeños grupos, que derrochan vulgaridad, que ofenden y desprestigian por
demás a su gremio, con apelativos indecentes que por su mal hablar hasta
chabacano se jactan de ser representantes del Sistema Educativo Venezolano pero
más doloroso es cuando estas personas son parte integral de una dirección de un
preescolar y primaria y no precisamente por méritos.
La condición triste de hoy nos enseña esta
gran desventura que nos ha causado mucho daño pues, no tienen
pedagogía la cual no necesitan porque el fin no es usarlo para educar, es
solo para ubicarse en cualquier cargo dispuesto a los afectos y a sus propios
intereses.
Estos apegos son producto de la conciencia de la pobreza, se olvidan que el principio de la cuestión es la
Educación de nuestros niños, no de la política. Así, bien
está escrito en la biblia “Es un error muy común entre los gobernantes. Le dan
cargos importantes a gente incapaz, mientras que los sabios ocupan posiciones
sin importancia." (Ecles. 10:6-7).
Es por ello, que los
que gobiernan tienen esa tasa de culpa en este negocio, toda vez
que por amiguismo, camaradería o política, dejan en cargos por largo
tiempo indefinido a directores o ¿sub-directores? que no están capacitados o
carecen de méritos para tan alta responsabilidad; debido a
esto, llegan incluso a sentirse dueños eternos de alguna institución al
extremo que someten, amenazan y crean miedo con actas autocalificadas por el de
“FALTA GRAVE” para fortalecer aún más su autoridad y crear el temor ante sus
propios colegas que los hace parecer ciudadanos sin derecho; incluso imparten
ordenes arbitrarias y contrarias a las actas tratadas previamente
con sus jefes.
Es increíble como este
personaje que profesa tan sagrado precepto como el título de Maestro
que se arroga sin merecerlo, hoy convierta la luz de nuestros hijos en
tinieblas. Si pudiéramos arrancar a estos indoctos de tan sagrada profesión y
asentar en ella a los que verdaderamente tienen en su corazón, el deseo y el
entendimiento para enseñar, haríamos gran bien a la semilla.
Como para que no quede duda, este
personaje no puede asistir a una fiesta de disfraces de la institución a la
cual pertenece, que no sea con su indumentaria preferida dando con ello
evidencia a una conocida frase célebre: “Algunos
hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza
de aquello que es por dentro. En
verdad, este rural y singular personaje que se hace nombrar DIRECTOR es tan
pequeño y tan dañoso que el cargo le queda grande. Su gestión es algo
así como lo que acontece a la tierra cuando no produce, da espinas.
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