Dios se lo recompensará en salud para Ud. y los suyos.
Juan Carlos Fariñas Genovés es candidato
a un trasplante cardiaco
■ Un procedimiento paralizado desde hace dos décadas.
■ Los especialistas confían en reactivar las operaciones este año.
Juan Carlos Fariñas espera por un trasplante cardiaco hace más de 2 años. Su corazón es mucho más grande de lo que debería ser, producto de una miocardiopatía dilatada, que se le detectó en 2005. “Comencé a sentir asfixia y taquicardia. Me internaron en el Hospital Universitario de Caracas, y en ese momento la enfermedad estaba en fase 3 (el órgano trabajaba a 25% de su capacidad)”. La causa de la afección fue una hipertensión mal controlada durante casi 20 años.
Ese límite es de 70%; el suyo está en 7%.
Fariñas nació en Barcelona, estado Anzoátegui, en 1972.
Es ingeniero mecánico y hasta 2009 se desempeñó como asesor técnico en automotrices asiáticas y en Cantv. Después, el simple hecho de desplazarse se le hizo cuesta arriba y tuvo que renunciar. Pesaba 260 kilos, pero esa no era la causa de su fatiga: “Yo hacía bailoterapia, me encantaba moverme. Siempre fui muy activo”. Los médicos le dijeron que la cura estaba en un trasplante cardíaco. El detalle: en Venezuela no se hace esa cirugía desde principios de la década de los noventa, y un implante en Estados Unidos o en Colombia se calcula en más de 600.000 bolívares.
Desde entonces su vida es un peregrinaje para conseguir ayudas económicas. La afección requiere que tome costosos medicamentos mientras aguarda por el procedimiento quirúrgico. El personal del Servicio de Cardiología del HUC, liderado por el médico Mauricio Rondón, le implantó en 2010 un resincronizador desfibrilador, marcapasos de tecnología avanzada que potencia la capacidad de bombeo del órgano.
El aparato, de 120.000 bolívares, fue costeado por el hospital, pero las 44 pastillas diarias que debe tomar, entre sedantes, hipotensores, analgésicos y diuréticos implican un gasto mensual de 16.000 bolívares.
Aunque el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales lo incapacitó para trabajar desde 2009, los medicamentos no están incluidos en el programa de dotación.
Sin empleo, depende de la ayuda de su madre y de conocidos, que han colaborado con rifas y venta de comida.
También ha hecho solicitudes a diversos organismos: alcaldías, gobernaciones, Fundación Pueblo Soberano, fundaciones privadas. Ha tocado las puertas del presidente Chávez a través de Twitter, siempre sin obtener respuesta. “Quiero vivir. No pido dinero sino salud, que el Estado me ayude a viajar para operarme”, dice.
Los especialistas consideran que salir del país no es la mejor opción de Fariñas y tienen una buena noticia para él: los trasplantes cardíacos se reanudarán en Venezuela este año, y su nombre es uno de los primeros en la lista de espera que comienza a formarse en el HUC.
Esperanza:
Carmen Luisa Milanés, coordinadora del Programa Nacional de Donación y Trasplante de Órganos del Ministerio de Salud, informa que no hay fecha probable aún para reanudar las intervenciones. Lo que hay es esperanzas de que comiencen pronto. “Estamos seguros de que en 2012 haremos trasplantes de corazón en el Hospital Universitario”.
Milanés, fundadora del programa en la década de los ochenta, relata que los especialistas en trasplantes se retiraron del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Hospital Miguel Pérez Carreño, centro autorizado para la época. Los implantes del órgano se paralizaron a principios de los noventa. “Se requiere un equipo de expertos cohesionado. Sin infraestructura y sin recurso humano especializado no se puede hacer la cirugía”, dijo.
La situación es distinta hoy.
Mauricio Rondón, que formó parte de la vieja guardia de especialistas en trasplantes e integra el equipo que retomará las operaciones, explica que el grupo humano fue entrenado en el Hospital Juan Canalejo, de España, durante mes y medio.
“Todos los servicios deben tener habitaciones exclusivas para trasplantados. Eso existe y ya estamos por reanudar la consulta de insuficiencia cardiaca, primer paso del programa de trasplantes”, informó.
El médico asegura que el tratamiento y los cambios en los hábitos de vida ahora pesa 150 kilos permitirán a Fariñas resistir la espera para operarse en Venezuela. “Estamos a un paso”, dice Rondón.
Los resultados de los trasplantes de órganos se evalúan en el tiempo, afirman ambos médicos. La complejidad de los cuidados pre y posoperatorios requieren que el personal se especialice al máximo. Faltan meses para que la cirugía se realice en el HUC y pacientes como Fariñas puedan mejorar definitivamente su vida.
Por: LILIA MALAVÉ G.
lmalave@el-nacional.com
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EL NACIONAL
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