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vale tarde que nunca, pero mejor nunca tarde: el refrán popular bien
aplica a los resultados de una investigación científica sobre los
efectos de abandonar el hábito de fumar.
Pero esa buena noticia tiene sus matices: las chimeneas humanas -o sea, quienes han consumido un paquete de cigarrillos diario durante 32 años-, al cabo de 15 años de dejar el hábito todavía tienen un elevado riesgo de problemas cardiacos y muerte.
Ese hallazgo en particular sorprendió a los médicos.
"A pesar de que todas las personas que dejan de fumar se beneficiarán de una menor probabilidad de muerte, para lograr todos los beneficios para la salud que representa dejar de fumar [como los] de una persona que nunca ha fumado, se debe fumar menos y dejarlo temprano, y aquellos que no son fumadores nunca deben comenzar a fumar", apuntó el doctor Ali Ahmed, autor principal del estudio, en declaraciones a Reuters.
Para su investigación, que consistió en un seguimiento durante 13 años, Ahmed y los coautores del estudio examinaron a 2.556 personas que nunca habían fumado, 629 fumadores actuales y 1.297 exfumadores que habían dejado el hábito al menos 15 años antes. De estos últimos, 312 habían sido fumadores empedernidos, clasificados de ese modo por haber consumido al menos un paquete de cigarrillos diario durante 32 años.
La muestra poblacional de la investigación fue significativa, tal como reconocen otros expertos.
"Hasta la fecha, este es el primer estudio que investiga el papel de la cantidad y la duración del hábito de fumar previo sobre los beneficios de salud en exfumadores que han dejado de fumar por largo tiempo”, señaló el Dr. Gerasimos Siasos, del Hospital Brigham & Women en Boston, Massachusetts. Siassos no participó en el estudio. Los investigadores determinaron que cerca del 21 por ciento de los no fumadores y el 21 por ciento de los exfumadores sufrían insuficiencia cardíaca, pero esa cifra fue mayor, de casi el 30 por ciento, entre quienes fueron adictos empedernidos.
La brecha aumentaba cuando los investigadores tomaban en cuenta otros factores como la edad, el sexo, raza, educación, otras condiciones médicas y el consumo de medicamentos. Bajo ese análisis más exhaustivo, los fumadores actuales tenían un 50 por ciento más de probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca que los no fumadores o los exfumadores.
Además, durante un mismo período de tiempo, los fumadores actuales tenían el doble de probabilidades de morir por cualquier causa en comparación con los no fumadores, y los exfumadores empedernidos eran 26 por ciento más propensos que los no fumadores a morir.
"Cuando uno fuma, induce la arteriosclerosis, o la acumulación de placa en las arterias", la cual las estrecha y aumenta el riesgo de coágulos de sangre o un ataque al corazón, indicó Ahmed. "Sin embargo, cuando uno deja de fumar, la acumulación de placa y el riesgo de coágulos de sangre disminuye, permitiendo que el riesgo cardiovascular vuelva a la normalidad con el tiempo", agregó.
Los médicos coinciden con Ahmed en que mientras más rápido se deje el tabaquismo, con más celeridad se verán los resultados.
"Nuestro cuerpo puede curarse a sí mismo," aseguró a Reuters Health Bich Tran, investigador público en la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney, Australia. "Dentro de las 12 horas o a los pocos días después de que se deja el tabaquismo, el nivel de monóxido de carbono en la sangre se reducirá y el sistema circulatorio iniciará la reparación de los daños".
Tomado de: https://es.noticias.yahoo.com
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