lunes, 3 de febrero de 2014

¿No es esta la Venezuela maltratada por los que yo califico como "ISTAS"?

La Venezuela que detesto 

Por: Carolina Lopez Branger





Hace unos días almorzaba en un restaurante. En la mesa de al lado, un grupo de jóvenes de alrededor de treinta años celebraba el cumpleaños de uno de ellos. En la conversación proliferaron las groserías, en un alarde de escasez de vocabulario–quizás peor en las muchachas que en los mismos varones- y como hablaban a gritos, tanto que era difícil escuchar a nuestros compañeros de mesa, nos enteramos a la fuerza de sus opiniones:

“Marico, esta vaina solo se acaba matando a esa chusma”, dijo uno. Me pregunté qué significaría la palabra “chusma” para ellos, porque ateniéndonos estrictamente a la definición del DRAE, chusma es “un conjunto de gente soez”. Exactamente la definición que mejor les cuadraba.
“Eón (sic) eso es lo que yo siempre he pensado”, respondió una joven batiendo la melena. Y por ahí se lanzaron a denostar de cuanto ser humano no les gustaba y a “des-arreglar” el mundo a su manera.
Así como hay cosas que me atan –y por las que no me he ido- hay una Venezuela que detesto. Que detesto porque me arrastra al pesimismo, cuando he sido una eterna optimista y me sume en la desesperanza, cuando siempre he buscado razones para mantenerme esperanzada. Es la Venezuela que vi en esos muchachos. Y no podía achacarse a la falta de educación, porque no era difícil deducir que eran profesionales, ni a la falta de recursos económicos, pues las botellas de güisqui de 18 años se vaciaban en un santiamén. Ni siquiera a la falta de familia, pues en varias ocasiones se refirieron al “viejo” o a “mi amá”. No sé si serían religiosos, porque nada en la tertulia reveló que lo fueran.
Claro, ir a la universidad no significa necesariamente ser educado en amplio sentido de la palabra. Ni tener dinero hace a alguien ser humano. Como se ha dicho tantas veces, el rancho está en la cabeza, no en el bolsillo. Tener “viejo” y “amá” no significa tener valores de familia, como ser religiosos tampoco garantiza nada, pues las personas más hipócritas que conozco son las que sacan a Dios para todo, menos para ser generosos, humildes y bondadosos, como mandan las más importantes religiones.
Esa Venezuela que detesto está en la falta de sentido de la existencia del otro, de los derechos del otro, de las necesidades del otro. En la soberbia de creerse más que los demás y con el derecho de ejercer esa superioridad. En la estupidez de quienes se quejan de que el gobierno no abre espacios, discrimina, insulta, agrede, lo mismo que hacen ellos. Hasta peor, porque en el gobierno hay una cantidad de personas que no tuvieron las oportunidades que éstos sí tuvieron. ¿De qué se quejaban de Chávez, cuando decía que había que exterminar a los adecos, echarle ácido muriático al Congreso y extirpar a los copeyanos como si fueran tumores? ¿No es la misma idea, pero en sentido contrario?
En la Venezuela que detesto las personas creen que sus opiniones son las únicas válidas, que sus ideas son verdaderas y que los demás son caca de perro. Que sus problemas son los únicos problemas, que sus necesidades las únicas que tienen que ser satisfechas, que su tiempo es el único que cuenta y que su espacio es el espacio de todos.
La Venezuela que detesto es esa Venezuela hipócrita. La de “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. La de fariseos y falsos moralistas que se rasgan las vestiduras ante las acciones de los demás, pero que son incapaces de verse en el espejo. La de quienes destruyen con palabras, pero no aportan ni su pensamiento ni sus acciones para construir nada.
En la Venezuela que detesto nadie tolera, mucho menos coexiste. ¿No fueron actitudes similares las que llevaron a exterminar 6 millones de judíos, entre ellos 1.5 millones de niños? “Esta vaina solo se acaba matando a esa chusma”… ¿no es equivalente a lo que pensaban Hitler y los nazis de los judíos y de todos los no judíos que por una razón u otra consideraban sub-humanos?
La Venezuela que detesto es la Venezuela fea. Es la Venezuela sucia. Es la Venezuela estéril.
@cjaimesb

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