miércoles, 13 de enero de 2010

La luz militar


EL NACIONAL - La luz militar sin duda, la agencias internacionales de noticias se han dado verdaderos banquetes con los despachos que, desde Caracas y de otras ciudades de Venezuela, han enviado al exterior en estos días, siempre dentro del espíritu de objetividad y profesionalidad que es característico de los corresponsales extranjeros. De manera que seguir la rigurosidad de sus despachos es una buena guía para conocer hasta qué punto la prensa venezolana está haciendo su trabajo en buena ley. Un repaso de los disparatados acontecimientos de las últimas semanas, nos dice al respecto que Venezuela está viviendo, a destiempo, lo que décadas atrás los críticos literarios se atrevieron a calificar como realismo mágico. Claro que hoy, en nuestro caso, ese realismo se ha convertido en socialismo mágico. Pero con una magia al revés: desde Estados Unidos llegan cargamentos de millones de dólares y aquí se transforman en fortunas individuales, se militarizan en bancos y empresas de oficiales amigos del socialismo del siglo XXI, se convierten en palancas para que negociantes vinculados al poder se apropien de lo que le corresponde a la sociedad venezolana. Se trata de una nueva categoría social y económica, a la cual se le podría denominar como los "socialistas corruptos del siglo XXI". Los nombres individuales no vienen al caso, no sólo porque la prensa los ha ventilado a diestra y siniestra, sino porque la metástasis de la corrupción en el gobierno bolivariano hace imposible abarcar las redes que parten desde Miraflores y terminan en una alcaldía de Apure. No es un fenómeno propio de nuestra sociedad militarizada: en la dictadura del general Pérez Jiménez, los oficiales de alta graduación se agenciaban negocios en la compra de armas y repuestos para la fuerzas armadas, en el contrabando y en la adquisición de haciendas a través de la coerción y el miedo ejercido por gente uniformada. Hoy no estamos lejos de eso y todo el mundo sabe en el interior del país lo que significa tratar con un homb revestido de uniforme. Hoy los militares en general y, en particular, quienes han pertenecido a las fuerzas armadas y coincidido en sus estudios con el actual jefe del Estadogozan de un estatuto social privilegiado. Pueden hacer negocios y el Seniat no los vigila o persigue, pueden acceder a la adquisición de dólares sin que se les pongan trabas y se les humille. Pueden ser atendidos en clínicas y hospitales sin que se les deje interminablemente en la sala de emergencia. Son pues, los nuevos privilegiados del socialismo mágico del siglo XXI. Basta con comprobar que las instalaciones de la Escuela Militar, los círculos militares y los casinos de los cuarteles no han mostrado ninguna voluntad, al menos en este diciembre pasado, de reducir su gastos de electricidad. Fiestas costosas, derroches de luz hasta las seis de la mañana en los círculos militares, grandes saraos que en nada responden a la política de austeridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su Comentario