Este jueves 8 de octubre, dos ministros de la economía y el Presidente del Banco Central ofrecieron una rueda de prensa. Se esperaba que al fin, se develarían al menos algunas de las 54 medidas económicas que se vienen anunciando desde hace semanas y semanas.Pero, una vez más, los venezolanos se quedaron con los crespos hechos. Los titulares de Planificación y Desarrollo, Jorge Giordani; de Finanzas, Alí Rodríguez Araque; y del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, prometieron entre otras cosas frenar la inflación, generar nuevos empleos y en general, reactivar la economía. Pero no anunciaron ninguna de las medidas con las cuales esperaban alcanzar alguna de estas metas.Esta rueda de prensa tri-ministerial se podría dividir en tres actos: Lo descartado, lo fatuo y lo utópico. En el acto de lo descartado, se informó que no se tomarían dos medidas: la devaluación, es decir, la fijación de una tasa de cambio competitiva y el aumento del precio de la gasolina, a pesar de que, según los expertos, son las más urgentes y fundamentales para reactivar la economía y derrotar la inflación.En el acto de lo fatuo, se presentaron los supuestos logros de esta revolución de Chávez. Entre otros se enorgullecieron de los resultados del Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) donde se afirma que el Índice de Desarrollo Humano de Venezuela subió cuatro puestos a nivel mundial, afirmando que el Gobierno de Chávez impulsa "la economía al servicio del ser humano y ahí están los resultados".Aunque VenEconomía no quiere aguar la fiesta de los ministros, el pretendido pase de "mediocre" a "menos mediocre" en ese Índice, difícilmente se puede calificar de "éxito", sobre todo si se toma en cuenta que la medición del PNUD está basada en la información y las estadísticas nada confiables que le suministra el Ministerio de Salud. Ese supuesto "éxito" en materia de desarrollo humano, no se ha traducido en mejoras en los programas de salud, tal como lo reconoció el propio presidente Chávez el pasado 19 de septiembre, cuando declaró al área de la salud en emergencia y admitió que existen en el país 2.000 módulos abandonados de Barrio Adentro. por un "descuido". Tampoco se hace tangible ese avance en el área de educación, cuando se observa el grave deterioro de la infraestructura de los planteles públicos.También es fatuo calificar de "éxito" la venta de bonos soberanos internacionales. Allí no hay nada de que ufanarse, ya que se ofrecieron los bonos a un precio sustancialmente por debajo de lo hubiese sido un precio de mercado equilibrado. Más fatuo aún es anunciar nuevos endeudamientos como un objetivo a cumplir, a sabiendas que el endeudamiento excesivo es pan para hoy y hambre para mañana.El último acto es el utópico, donde enunciaron una seguidilla de buenas intenciones, entre las cuales se cuentan: Frenar la inflación; hacer crecer el PIB; aumentar el empleo; y resolver dos requerimientos estratégicos: el problema alimentario para lograr el autoabastecimiento en lo fundamental, y el problema de la vivienda.El detalle fue que no indicaron cómo lo lograrían. Tal parece que los encargados de la economía venezolana piensan que cumplir con estas metas es soplar y hacer botellas.En definitiva o no saben lo que hacen, o piensan que la ilusión de prosperidad basada en un ingente gasto fiscal se puede mantener en tiempos de una PDVSA cada vez más ineficiente y corrupta.. Disponible en inglés en: www.veneconomy.com a partir de las 4:00 p.m.
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