Por: Victor Rodríguez - vitoco68@hotmail.com - El 2010 será un año de retos. El régimen insistirá en doblegar la voluntad popular y afianzarse en el poder para implantar definitivamente el proyecto comunista que los venezolanos rechazamos de plano. El régimen se debilita. La corrupción corroe su estructura. Dirigentes y allegados a Chávez han sido y seguirán siendo señalados responsables de graves actos de corrupción. La cuestión que se plantea es si Chávez ordenará su "sacrificio" , aunque sean del entorno familiar, es decir, si la "revolución" prevalecerá a cualquier costo. Por su parte, el contralor radicalizará su única tarea, la de sancionar a la dirigencia opositora, para inhabilitarlos, limitando el derecho de elegir y de ser elegido, y aterrorizar a la oposición, para muchos disidencia y hasta resistencia. La fiscal, siguiendo instrucciones del Ejecutivo, y la defensora del pueblo, pecando por omisión. Ante ello, una oposición dividida y un grupo ni-ni que representa más de la mitad del electorado. Si bien está claro que la mayoría es, según todas las encuestas, oposición, todos sabemos que Chávez no permitirá tan fácilmente una derrota electoral, lo que justifica que haya un temor serio y fundado de que el sistema electoral, absolutamente sometido por el Ejecutivo, considerado parcial por la mayoría, favorecerá a la minoría chavista que se convertiría, como por arte de magia, en la mayoría parlamentaria. El reto principal no esta simplemente en hacer una propuesta, plantear una alternativa seria o en que surja una dirigencia verdaderamente capaz de guiar al pueblo democrático, sino en la transparencia y honestidad de las elecciones, elemento esencial de la democracia. En el país y afuera sabemos perfectamente que el régimen bolivariano abandonó el espacio democrático hace tiempo. No solamente aniquiló la separación de poderes, la descentralización y la voluntad popular, al ahogar a los elegidos de oposición, sino porque tiene en su poder la llave del sistema electoral para torcer, de nuevo, la voluntad del pueblo. La oposición, para enfrentar esta desventajosa situación deberá, ante todo, unirse y dejar a un lado las ambiciones personales estúpidas y la ilusión de ganar espacios para, desde allí, según ellos, poco a poco, desplazar al régimen en los próximos años. El pasar del tiempo, con un pluralismo limitado y escogido, solamente favorecerá al proyecto totalitario chavista. La oposición debe exigir y lograr que se abra el sistema electoral, que se permita el acceso a todas las instancias internas, al manejo de los datos y de los escrutinios, sin limitaciones, en forma transparente y con observación internacional. Ya se inició un proceso de acomodo de jurisdicciones electorales para favorecer a la minoría chavista. En Venezuela no hay más democracia y eso debe mostrase al mundo. Es cierto que algunos países, aunque cada vez menos, son hoy solidarios con el régimen y que otros simplemente coexisten, porque esas son las reglas del juego. En la medida en que se muestre que el derecho a la democracia se ha vulnerado, se compromete a la comunidad internacional a actuar y a corregir las perversidades electorales y otras tácticas del chavismo para eternizarse en el poder. Es el momento de actuar con firmeza e inteligencia, pero, sobre todo, de abandonar la retórica barata y enterrar las ambiciones estúpidas de algunos ilusos e ingenuos colaboracionistas.
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