Por: Francísco Alarcón - O este país vuelve a ser de todos o pronto será de nadie. No es posible que el odio enfermizo de un sólo hombre lo esté llevando al despeñadero. Una nación sin rumbos ni previsiones, atolondradamente dirigida a una debacle económica y social, como si no estuviera ocurriendo nada anormal. Los venezolanos debemos estar unidos para salvar a Venezuela y a su industria básica Pdvsa. El problema no solamente es la baja en los precios del petróleo, es también la sostenida dependencia de las importaciones, que nos conducen a la tierra de nadie, donde se plantean traer conuqueros cubanos para cultivar los campos. Es un proyecto anormal e inmoral, cuando aquí se acabó a ex profeso con la agroindustria nacional, tratando de sustituirla por cooperativas que hasta el momento, no le hemos visto ninguna utilidad. Mientras en el resto del mundo se toman medidas de emergencias para defender a sus nacionales y preservar sus industrias, aquí el régimen acaba despiadadamente con ellas. Actualmente, somos más dependientes de los capitales foráneos, y somos sirvientes de cualquier aventurero que exprese una devoción seudo revolucionaria. Por la vía que van las cosas es probable que al mediano plazo, se recuperen en algo los precios del petróleo en detrimento notable de nuestra cuota en la OPEP, y con la industria en condiciones casi inoperantes. Llegará más rápido el final de ese hidrocarburo, que nos mantuvo por casi un siglo, será otro combustible fosilizado, sepultado en sus cuencas porque el mundo habrá avanzado con tecnologías alternas cuando pase esta crisis. El engaño “revolucionario” está en que desperdiciaron una década de oro y se intenta continuar con el despilfarro de lo poco que queda, sin hacer nada por el país. O nos unimos o todos pereceremos. Nos han violado múltiples flancos, una cáfila de aventureros adiestrados en Cuba, desde allí vienen las órdenes del arcaico Fidel, quien siempre se mantuvo de lo ajeno y pidiendo. Mientras hundía a Cuba hasta convertirla en la tierra miserable que es hoy. Ése es el ejemplo, de nuestro “guía y preceptor” a quien Chávez le sigue sus órdenes íntegramente. La coyuntura económica mundial quizá, trace el regreso de muchos venezolanos que se vieron obligados a huir perseguidos, o sin posibilidades de trabajo. Básicamente jóvenes que no hallaron ningún futuro en este dominio de bandoleros, y de insegura existencia. En esta “democracia” donde se impone la voluntad de un único hombre y de su aquelarre bien posesionado, dueños de todos los poderes públicos. Donde existe un ente electoral pícaro para conducir los procesos electorales. Dejando en cada acto electivo la insatisfacció n generalizada de no concluir en la verdad, sin derecho a reclamos, sin derecho a nada, sino a transigirnos con los resultados que nos “ofrecen”. Venezuela tierra de nadie, derrotada y depauperada, hoy necesita de todos - Hambre, escasez se entrevé en el panorama para quienes no pertenecemos a la “nomenklatura” del oficialismo. Pues, debemos hacer algo y de inmediato. La disidencia no se puede conformar más, únicamente votando resignados y después discurrir por largo tiempo sobre esos resultados. La organización es imperativa para que los grupos de acción puedan actuar en todos los momentos. Las elecciones no deben ser la sola articulación que nos motive, hay que llegar a ellas coordinados con respuestas inmediatas; ésta, será la posibilidad con la que se podrá retar el ventajismo y desproporciones del régimen, con “repuestas inmediatas y permanentes” en cada rincón de Venezuela. El movimiento estudiantil jugará un papel cardinal como organización. Interviniendo para vencer el fracaso de una década, para no permitir más a mercenarios de la quinta o de otra “repúO este país vuelve a ser de todos o pronto será de nadie. No es posible que el odio enfermizo de un sólo hombre lo esté llevando al despeñadero. Una nación sin rumbos ni previsiones, atolondradamente dirigida a una debacle económica y social, como si no estuviera ocurriendo nada anormal. Los venezolanos debemos estar unidos para salvar a Venezuela y a su industria básica Pdvsa. El problema no solamente es la baja en los precios del petróleo, es también la sostenida dependencia de las importaciones, que nos conducen a la tierra de nadie, donde se plantean traer conuqueros cubanos para cultivar los campos. Es un proyecto anormal e inmoral, cuando aquí se acabó a ex profeso con la agroindustria nacional, tratando de sustituirla por cooperativas que hasta el momento, no le hemos visto ninguna utilidad. Mientras en el resto del mundo se toman medidas de emergencias para defender a sus nacionales y preservar sus industrias, aquí el régimen acaba despiadadamente con ellas.blica”, el robo de nuestras riquezas dando nuestros lucros en el exterior, o depositándolos en cuentas particulares como se ha hecho costumbre para los “revolucionarios”. “Vuelta a la Patria” para rescatar lo nuestro, las épocas difíciles son proclives para unir las voluntades consagradas. Adelante…
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