Por: Danilo Arbilla - No resultaría extraño que Cristina Kirchner también resuelva declarar persona no grata al embajador de los EEUU y se sume a sus colegas y amigos Hugo Chávez y Evo Miorales. No es difícil tampoco que lo mismo haga Daniel Ortega. Parece que la solución viene por ese lado. El problema no es la falta de transparencia, el autoritarismo, las trampas electorales, los ataques a la prensa, la creciente corrupción, los privilegios y protección a familiares y amigos, la falta de garantías judiciales, el deterioro del estado de derecho y el derroche irresponsable de las riquezas nacionales. La salida es cargar todo a la cuenta del embajador ''yanqui'' de turno. Pero vamos por partes. A la luz de la experiencia, pasada y presente, se hace difícil confiar en los EEUU y sus políticas en América Latina, a la que llaman el ``patio trasero''. Sin ir más lejos hace unos días el secretario de Estado adjunto, Thomas Shannon, dijo que ''el caso de la valija'' de Antonini Wilson no involucra a Argentina y que las relaciones entre este país y los EEUU ''están en un buen momento'' y auguró más éxitos en conjunto para el futuro. Esta visión debe ser la que alienta las acusaciones que Cristina Kirchner hace al gobierno de Bush por las revelaciones comprometedoras para su persona que surgen en el juicio por ''la valija''. La presidenta tiene pocas alternativas y la única salida es vociferar que todo se trata de una maniobra política de los ''gringos''. Lo mismo que hace Chávez. Pero ¿quién cree que el dinero no era para financiar la campaña electoral de los Kirchner --lo que es ilegal en Argentina-- y que Chávez y su gente no estuvieran directamente metidos en esa misión, lo que es cosa de todos los días en Venezuela? Otro caso, de los cientos y miles que se podrían citar de la pésima diplomacia de EEUU, es el del propio Chávez, cuyo mayor mentor allá por fines de los 90 era el embajador estadounidense en Caracas, John Maisto. Habría que recordar los entusiastas elogios que se prodigaban mutuamente. Hoy mismo, mientras Chávez se divierte insultando a Bush y al ''imperio'', no deja de venderles petróleo ni EEUU deja de comprárselo, y en la práctica existe entre ambos países uno de los acuerdos de libre comercio mayores del continente. Es muy difícil poner las manos en el fuego por los EEUU. Tambión lo es hacerlo por los Kirchner, Chávez, Morales y Ortega. Se sabe que los EEUU se han metido mucho y mal en los asuntos del hemisferio, pero se han valido de socios como los militares, guardias nacionales, grupos oligárquicos y de poder --político, económico o mediático--, pero no se sabía de que lograran movilizar a la gente de a pie, dispuesta incluso a morir, como ha ocurrido en su momento en Caracas y ocurre en estos días en Bolivia. La gente por estos lares no se hace matar por los EEUU. Como que se hace la noche para algunos populistas neoprogresistas del continente. Los ciudadanos se cansan y se rebelan. La fórmula de buscar un enemigo externo común, de declararle la guerra a alguien es una alternativa, pero no siempre da resultado. Parecería , de todas maneras, que eso es lo que buscan y EEUU no es una mala elección, y más con Bush al frente, pero es posible que ni aun con esa ayuda, puedan conseguir algo. La gente ya no les cree.
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