Por: Antonio Ecarri - La muerte, esta semana, se ha dado banquete en las cárceles venezolanas. El caso de El Rodeo es una muestra concentrada de la violencia, la descomposición social y la corrupción. Violencia con saldos rojos insólitos. Descomposición social en la realidad interna de las cárceles que el gobierno ha optado por no mirar ni corregir. Y corrupción al ver arsenales de guerra en manos de presos enfrentados a sangre y fuego con muchos de esos funcionarios que permitieron el ingreso de las armas.Ha sido una matazón dentro y fuera de El Rodeo. La consecuencia indudable de una educación colapsada. Las balas, las lacrimógenas y los partes de guerra son la evidencia más contundente del fracaso educativo en el país, donde más de 4 millones de niños están fuera de las escuelas, expuestos al ocio, a la seducción de la delincuencia, a la droga. Mientras el gobierno aplaca la violencia con más violencia, y el sistema carcelario sigue marcado por los retardos procesales, unos tribunales ineficientes, la corrupción y el tráfico de drogas, armas e influencias, nosotros insistimos en nuestro mensaje: Educación es Solución. Si tuviéramos buenas escuelas no tendríamos una fábrica de malandros ni las cárceles llenas. Tenemos que parar la creación de delincuentes reforzando con educación de calidad y sin exclusión. El único instrumento capaz de derrotar al revolver es el lápiz de la educación, como herramienta para la vida, para el logro de las aspiraciones y para el mejoramiento completo de la sociedad. Sin educación no hay futuro. Para parar la fábrica de malandros, Educación es Solución. Negocios macabros - Hace 5 años, el gobierno anunció el cierre del Cementerio General del Sur porque estaba colapsado y no había más espacio para enterrar a los fallecidos. Después la Alcaldía de Libertador, anunció la construcción de tres terrazas nuevas para 35 mil parcelas, un crematorio para 2009 y una capilla para este año. No cumplió. Nunca cumple. No se construyeron las terrazas ni las parcelas nuevas pero hay nuevos entierros. ¿Cómo? Profanan unas tumbas, y venden de nuevo las fosas. Usuarios de este campo santo nos comentan que es un negocio redondo, corrupto y de irrespeto. Por 5 mil Bolívares se consigue lugar para enterrar a una persona, a dos por 8 mil. Ya no sólo profanan tumbas para brujer! ía y prácticas macabras, sino para hacer negocios macabros. Además, la Policía de Caracas se queda en la puerta mientras adentro los delincuentes se aprovechan del dolor de los familiares para atacarlos, en un cementerio lleno de escombros, basura, aguas negras y putrefacción. Así está la Caracas de la violencia, donde no hay paz ni para los muertos.
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