1. Vías biliares:
2. Conducto biliar intrahepático
3. Conductos hepáticos derecho e izquierdo
4. Conducto hepático común
5. Conducto cístico
6. Colédoco o Conducto biliar común
7. Ampolla de Vater o hepatopancreática
8. Carúncula mayor o Papila de Vater
9. Vesícula biliar
10-11. Lóbulos derecho e izquierdo del hígado.
12. Bazo
13. Esófago.
14. Estómago. Intestino delgado:
15. Duodeno
16. Yeyuno
17. Páncreas:
18: Conducto de Santorini o pancreático accesorio
19: Conducto de Wirsung o pancreático.
20-21: Riñones derecho e izquierda (siluetas).
El borde anterior del hígado está levantado hacia arriba (flecha en
marrón). Sección longitudinal de la vesícula biliar, y frontal del
duodeno y páncreas. Estómago y conductos intrahepáticos en
transparencia.
Alimentos prohibidos en la litiasis vesicular
La
vesícula biliar es un órgano que puede ser extraído y, a pesar de esto,
el ser humano puede llevar una vida sin complicaciones. Eso sí, siempre
y cuando tome ciertos recaudos, sobre todo con la alimentación.
La vesícula biliar es un pequeño órgano digestivo que se encarga, justamente, de segregar la bilis. Dada su función, muy relacionada con el hígado,
va sufriendo determinados problemas con el correr del tiempo y de
acuerdo a las conductas de cada persona. Así es como van apareciendo
determinadas complicaciones, tales como cálculos, cólicos, barro biliar y más.
Si bien estos inconvenientes se pueden prevenir, operar y hasta tratar sin tener que llegar a la instancia de una cirugía de extracción, el hecho de que una persona ya no tenga su vesícula, no quiere decir que vaya a morir o que su vida se complicará notablemente. Obviamente, no es lo mismo tenerla que no tenerla. Pero hay mucha vida por delante sin vesícula, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias.
Aquella persona que ha sufrido la extracción de la vesícula, ante todo, tiene que tener un firme compromismo con sí mismo para llevar a cabo una serie de hábitos saludables que son innegociables y que deben ser cumplidos a rajatabla. Todos ellos relacionados con la alimentación.
En primer lugar, es sumamente importante saber qué es lo que no se debe comer. Y esto es todo lo que tenga grasa en exceso. Frituras, carnes rojas, azúcares, productos procesados y/o industrializados, harinas blancas, alcohol,
Al estar la digestión disminuida, ya que el hígado no segrega tanta bilis por sí solo, quien no tenga vesícula debe apuntar a consumir muchas verduras, frutas, carne de pollo y pescado (a la plancha, horno o asada), beber un mínimo de dos litros de agua por día, beber zumos de frutas naturales tomar legumbres en reemplazo de las carnes y, en líneas generales, apuntar a todo aquello que sea de fácil absorción.
Además, también es muy importante saber que hay que tranquilizarse más y que el mal humor esté lo más lejos posible. Mantener la calma y dejar de lado la ansiedad, que son muy malos para el estómago y el hígado. Por otra parte, la actividad física nunca ha de faltar, ya que también sirve de apoyo.
Desde ya, los especialistas médicos se encargarán de toda la información necesaria para hacerle dar cuenta a esa persona que ha sufrido al extracción de vesícula, que puede vivir normalmente. Eso sí, con una serie de cuidados que son esenciales y que le harán bien a todo el organismo en general.
Si bien estos inconvenientes se pueden prevenir, operar y hasta tratar sin tener que llegar a la instancia de una cirugía de extracción, el hecho de que una persona ya no tenga su vesícula, no quiere decir que vaya a morir o que su vida se complicará notablemente. Obviamente, no es lo mismo tenerla que no tenerla. Pero hay mucha vida por delante sin vesícula, siempre y cuando se tomen las precauciones necesarias.
Aquella persona que ha sufrido la extracción de la vesícula, ante todo, tiene que tener un firme compromismo con sí mismo para llevar a cabo una serie de hábitos saludables que son innegociables y que deben ser cumplidos a rajatabla. Todos ellos relacionados con la alimentación.
En primer lugar, es sumamente importante saber qué es lo que no se debe comer. Y esto es todo lo que tenga grasa en exceso. Frituras, carnes rojas, azúcares, productos procesados y/o industrializados, harinas blancas, alcohol,
Al estar la digestión disminuida, ya que el hígado no segrega tanta bilis por sí solo, quien no tenga vesícula debe apuntar a consumir muchas verduras, frutas, carne de pollo y pescado (a la plancha, horno o asada), beber un mínimo de dos litros de agua por día, beber zumos de frutas naturales tomar legumbres en reemplazo de las carnes y, en líneas generales, apuntar a todo aquello que sea de fácil absorción.
Además, también es muy importante saber que hay que tranquilizarse más y que el mal humor esté lo más lejos posible. Mantener la calma y dejar de lado la ansiedad, que son muy malos para el estómago y el hígado. Por otra parte, la actividad física nunca ha de faltar, ya que también sirve de apoyo.
Desde ya, los especialistas médicos se encargarán de toda la información necesaria para hacerle dar cuenta a esa persona que ha sufrido al extracción de vesícula, que puede vivir normalmente. Eso sí, con una serie de cuidados que son esenciales y que le harán bien a todo el organismo en general.
Tomado de: http://www.innatia.com
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