jueves, 25 de octubre de 2012

La humildad

 
 
 
 
Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

"Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?"

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí:

"Estoy escuchando el ruido de una carreta..."

"Eso es" -dijo mi padre- "es una carreta vacía".

Pregunté a mi padre: "¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?".

Entonces mi padre respondió: "Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".

Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace".

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.

Nadie está más vacío, que aquel que esta lleno del "Yo mismo".

Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio, nutriendo.

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