MAGDA MASCIOLI GARCÍA
Una verdad como un templo. Se me ocurre, entre miles de ejemplos, que si fueramos honestos, no harían falta multas ni puntos... Simplemente, no pondríamos en peligro la vida de los demás, conduciendo ebrios. Saludos.
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Una verdad como un templo. Se me ocurre, entre miles de ejemplos, que si fueramos honestos, no harían falta multas ni puntos... Simplemente, no pondríamos en peligro la vida de los demás, conduciendo ebrios. Saludos.
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