Por: Eugenio Montoro - montoroe@yahoo.es - Aunque las ideas de organización de los ejércitos ya existían, fueron los antiguos romanos quienes las mejoraron y las llevaron a un nivel de maquinaria guerrera imbatible. Tenían miles de detalles pero quizás uno de los principales era la organización en grupos de diez comandados por un “decurión” y diez de estos formando un grupo de cien comandados por un “centurión”. Así seguía hasta formar las legiones. Era una estructura tipo pirámide, que hoy persiste en la mayoría de los ejércitos, en donde el general comanda varios coroneles, estos comandan a muchos oficiales y estos a una numerosa tropa. La estructura de organización tipo pirámide la copiaron casi todos los esquemas sociales, el ejército, la Iglesia, las empresas de manufactura, los partidos políticos, los gobiernos, entre muchos otros. De tal forma que es parte de la civilización actual y seguramente lo será por mucho tiempo. El mayor intento de darle vuelta a la pirámide se produce con las ideas marxistas sobre la empresa privada. Según sus creencias no podía ser que unos pocos dominaran a muchos trabajadores y, por el contrario, la empresa debía ser controlada por los propios trabajadores de manera de no ser explotados por el dueño. Después de muchos años los países comunistas que pusieron la pirámide de su economía con la punta hacia abajo han tenido que girarla para colocarla con la punta hacia arriba. Rusia, China, Vietnam lo hicieron y lentamente lo va haciendo ahora Cuba. En el caso venezolano hay marcados intentos para poner la pirámide económica con la punta hacia abajo. Las expropiaciones de empresas se muestran como pasando al control de los trabajadores que salen contentísimos en alguna propaganda oficial. Las tomas de fincas que se reparten entre campesinos son clarísimas vueltas de pirámide. También el impulsar las comunas como elemento de poder reduciéndoselo a las Alcaldías y Gobernaciones son giros de pirámide punta abajo. La pregunta válida sería porque solo girar la pirámide en algunos sectores de la sociedad y no en todos. Como dice el refrán:”Bueno para el pavo, bueno para la pava”. Podríamos salir de los ministros y dejar que los trabajadores de los Ministerios se encarguen, podríamos salir de los generales y dejar que la tropa maneje las fuerzas armadas, podríamos salir de toda la dirigencia del PSUV y dejar que su militancia dirija el partido. Si vamos a voltear la pirámide habría que hacerlo en todas partes. ¿Ridículo?, si que lo es, pero al menos no tendríamos el doble discurso de que las empresas privadas deben ser manejadas por los trabajadores (pirámide invertida) pero el ejército o el PSUV ni de vaina (pirámide derecha). Afortunadamente las pirámides con la punta hacia abajo son inestables y se caen solitas. Eso es lo que va a pasar con este régimen de absoluta fragilidad conceptual y de logros mayormente verbales.
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