Algunas veces, al prescindir de los servicios de un profesional, éste se reprocha "debí haber visto venir mi salida". Existen señales de advertencia, las cuales evidencian que una empresa podría concluir la relación con su colaborador. Para estar atento a esos indicadores y prevenir escenarios, habría que empezar por decir que hay dos tipos de empleados: el primero es quien tiene identificado por qué es valioso para la empresa y cómo puede lograr adaptarse si se presentara un cambio repentino (como una crisis que pusiera en riesgo su puesto). El segundo es el que pasa la mayor parte del tiempo en el chat, en el teléfono, o cuando hay un problema financiero en la organización dice "eso es algo ajeno a mí", es el dinero de la compañía. "Con esa actitud se demuestra que lo último que haría es ver venir la señal del despido", se indica en el libro Dealing with Problem Employees, cuya autora es Lisa Guerin. "Aunque hay indicadores sutiles -y no tanto- de que la persona está a punto de ser despedida, no hay que dar nada por hecho. Lo primero es saber si no se trata de una estrategia para hacer notar al empleado que su desempeño está decayendo, o que la situación en el negocio va mal por cuestiones económicas. Es importante reunir esa información y para ello hay que hablar del tema con el jefe o buscar contactos que den la mayor información posible", indica la psicóloga del trabajo Patricia González. Fusiones, ajustes de plantilla o una mala relación con los jefes, son causas por las que es posible perder el trabajo. Además, si aparecen problemas financieros en el grupo -como disminución de ventas o llegada de otros competidores- seguramente algunos puestos se verán amenazados, dice Charles-Henri Dumon, autor del libro Los siete secretos de los que nunca están en paro. Para el autor, también hay circunstancias que entran en el ámbito de relaciones personales y no tienen vínculo con la calidad del profesional. "Simplemente a veces no hay química con el jefe o con la gente del equipo. Eso podría hacer que baje la 'popularidad' de la persona y -en cualquier momento- se buscará reemplazarla", detalla González. Aunque en el país se habla de generar entre 450,000 y 500,000 puestos formales en el primer semestre de 2011, según datos de la consultora de recursos humanos Manpower, situaciones como una reorganización de la empresa pueden poner en riesgo el trabajo. ¿Es posible detectar si puedes ser despedido? De acuerdo con Patricia González, estos son algunos de los patrones que podrían 'vaticinar' la salida de un colaborador: 1. Cambio de actitud. Uno de los síntomas notorios es que el jefe comienza a comportarse en forma distinta, y ese indicador se hace más evidente cuando el colaborador lleva una relación muy estrecha y de pronto, en cuestión de poco tiempo, el superior se aísla. El director podría actuar de una manera que no te hace sentir seguro, por ejemplo: se aparece varias veces por el cubículo; habla sobre aquello que la compañía busca de ese puesto y por qué no se han cumplido ciertos objetivos; tiene un repentino interés en 'fiscalizar' los horarios de la persona; evita al colaborador en situaciones como salir a comer (si esto era un patrón común); y tiene -en general- una comunicación más reservada. 2. Siempre ocupado. Otra conducta de 'alerta' es que el jefe cancele una y otra vez las juntas con el colaborador; o bien, que empiece a involucrar en esos encuentros a otra persona que (normalmente) no tendría por qué atender esas reuniones, y le pida a ella o él que aparezca copiada en todos los avances relacionados con un proyecto. "Integrar a un colaborador distinto no siempre es una amenaza total, sin embargo, si el director parece tener más entendimiento con ese tercero, y de repente le pide a él más sugerencias, entonces sí es una gran alerta", indica González. 3. Sin planes inmediatos. El hecho de no hablar en tiempo futuro sobre las responsabilidades y el trabajo del profesionista, es un 'síntoma' de que las cosas no van por buen camino. Si un año atrás, por citar un caso, la persona estuvo trabajando en la entrega de cierto informe, y actualmente no le han solicitado esa información, o pareciera que al jefe le interesa poco no haberse reunido para ver esos pendientes, quizá es que no estén considerando ya a ese colaborador para sacar adelante el trabajo. 4. 'Ley del hielo'. Cada equipo laboral tiene a un (o unos) representante, es decir, aquella persona que tiene 'información privilegiada': va y viene con ella, se encarga de irla comentando entre los conocidos, al estilo del radio pasillo. Si esos datos dejan de llegarte o, incluso, estás siendo excluido de algunas actividades, como invitaciones a cumpleaños, a la fiesta de la oficina o a ver las nuevas instalaciones, quizá no es "que te despedirán de inmediato, pero sí hay una separación clara del resto del equipo, lo cual podría restarte puntos y convertirse en una destitución. 5. El síndrome del 'avión'. Si como profesionista cometiste un error importante y el jefe no hace mención de ello, o cuando te acercas para querer comentarlo te dice "no te preocupes", "no prestes mucha atención", "tú tenías la razón", entonces ¡cuidado! Este signo podría ser la señal de que tu trabajo ya no interesa. "Antes de entrar en pánico y cometer errores que podrían costar el puesto de inmediato, es importante ver estos síntomas como advertencia, y hacer un plan para ver cómo se puede cambiar la actitud para conservar el empleo. Si no hay buena relación con el jefe, hay que buscar empatía en ciertos puntos, y que ese factor no se convierta en un conflicto más grande", menciona Patricia González. Por otra parte, agrega, es fundamental cuidar ciertas reacciones. Si hay un problema que molesta en el trabajo, es inadmisible 'ventilarlo' en las redes sociales: eso puede acelerar un despido. Un ejemplo de esa situación le ocurrió a Dawnmarie Souza, empleada de la American Medical Response de Connecticut, en Estados Unidos, quien tras hacer unos comentarios sobre sus empleadores en Facebook perdió su trabajo. El tema llegó a la asociación National Labor Relations Board, luego de que Souza se quejara del despido. La empresa argumentó que la conducta de ella equivale a "hablar mal" de la compañía, lo que constituye una violación del código que llevan sus trabajadores. Aunque el caso se fue a juicio y ella llegó a un acuerdo con la firma, "es una realidad que las empresas pueden acceder a esos sitios y, aunque legalmente no pudiera despedir, deja un mal precedente en el empleado", explica González.
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