VENECONOMÍA - Este 27 de julio, el Cardenal Jorge Urosa Savino Arzobispo de Caracas habló ante la Asamblea Nacional. Atendió a una imperiosa "invitación" que le hicieran los rojos parlamentarios para que "aclarara" sus declaraciones referentes a las violaciones constitucionales en la que incurriría el Gobierno de Hugo Chávez si instaura un régimen marxista comunista en Venezuela. Llama la atención el hecho que un ciudadano sea citado para que "explique" sus opiniones públicas al Parlamento. La crítica y el disenso, expresados con objetividad y respeto, como lo fueron las declaraciones del Cardenal, son formas democráticas de ejercer ese derecho a la libertad de expresión y de pensamiento. Esta citación al Cardenal Urosa se hace menos entendible si se parte de que sus opiniones se basaron en hechos públicos y notorios, expresados en leyes promulgadas o en discusión en el Parlamento, y confirmados en las declaraciones públicas del propio mandatario nacional. A esto se agrega lo revelador de que los rojos parlamentarios no permitieran la presencia de medios de comunicación privados ni transmitieran la intervención del Cardenal en vivo y directo por el canal oficial de la Asamblea Nacional, ANTV como lo habían anunciado, ni por ningún otro medio: la comparecencia fue a puertas cerradas, mientras que los reiterados insultos y acusaciones al Cardenal Urosa Savino, que antecedieron su comparecencia, fueron públicos y televisados en cadena nacional. Es más, los voceros de la Asamblea y los medios oficiales hicieron una labor propagandística extraordinaria donde la "noticia" fue la comparecencia civilizada y respetuosa del Cardenal, omitiendo toda mención de su mensaje y, también, de la conducta poco respetuosa de algunos diputados que aprovecharon la presencia del Cardenal para insultarlo. ¿A qué le tuvieron miedo? ¿Al ejemplo de coraje, de respeto y contundencia democrática del cardenal Urosa? ¿A la ratificación del Cardenal de sus ideas de Libertad y Democracia?, o a ¿su convicción de que las instituciones deben ser autónomas e independientes de la hegemonía de un poder centralizado en una sola persona? El cardenal Urosa no quitó ni un punto ni una coma a sus declaraciones originales sobre la inconstitucionalidad de imponerle a los venezolanos un Estado marxista comunista, como lo ha pregonado Hugo Chávez y como se plantea en leyes como las del Consejo Federal de Gobierno, Transferencia de Competencias del Poder Público, Educación, Fuerza Armada Nacional, Distrito Capital, Indepabis y el proyecto de Ley de Comunas. Está dicho: "Llevarnos por ese camino implicaría dejar de lado principios consagrados en la Constitución. El Estado socialista marxista es totalitario, pues copa todos los espacios".
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