Por: Antonio A. Herrera-Vaillant - En el 2010 se inicia el Bicentenario de la independencia latinoamericana. Algunos proclaman que la espada de Bolívar camina de nuevo por America. Desgraciadamente es todo lo contrario. Lo que hoy cabalga sobre lomos de lumpen ignorante es un demoníaco espíritu de José Tomás Boves, atizando destructivas luchas de clases y razas. Los próceres de la Independencia tuvieron constante cuidado por evitar el patético ejemplo de Haití, que hasta el sol de hoy cumple con su propio bicentenario de aniquilación económica y social. Bolívar y los libertadores sabían demasiado bien que el desbordamiento anárquico de odios sociales conduce a la tiranía y al fracaso. Boves y Piar pagaron con sus vidas el intento de "haitianizar" a la naciente Gran Colombia. El Libertador fue profético en carta - que sus hagiógrafos aún tratan de disimular - dirigida al general Flores un mes antes de morir: "Yo he mandado por casi veinte años, de los cuales he sacado solo unos cuantos resultados definidos: América, para nosotros, es ingobernable. El que se dedica a servir a una revolución, ara en el mar. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. Este país caerá inevitablemente en las manos de las masas desenfrenadas y poco a poco se convertirá en la presa de tiranos mezquinos de todas las razas y colores. Consumidos como estaremos por todos los crímenes posibles y arruinados por nuestra ferocidad, los europeos no estimarán conveniente el conquistarnos. "Hoy campean en la región gobernantes primitivos que son hazmerreir del mundo civilizado. Lejos de encaminar a sus pueblos a la superación por esfuerzo propio profundizan dependencias, y buscan culpables ajenos de la propia marginalidad: Un macabro juego suma-cero que los ahoga en mayores niveles de atraso y degradación. Su materia prima es una mendicante sobrecarga demográfica, saldo de generación sobre generación de trece añeras parturientas que arrojan niños sin padres a las calles, buscando amo que les regale pan y circos. Por eso se recibe el Bicentenario parloteando sobre Bolívar, pero en la práctica conjurando el espíritu de Boves. Con una enorme diferencia: aquel Boves tuvo los pantalones bien puestos; éstos no. ¿El futuro? Toda sociedad profundamente dividida y desarticulada por el desgobierno y la desinformació n lamentablemente atraviesa cruentas curvas de aprendizaje antes de emprender su camino hacia la superación. Alemania, Japón, España, y Chile son claros ejemplos. Y como nadie escarmienta en cabeza ajena, que el Bicentenario 2010 nos sea leve.
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