El descorazonador caso de 'Baby RB' ha conmocionado a Inglaterra y ha devuelto a la palestra el debate sobre la eutanasia con una intensidad sólo explicable por su carga emocional. Las siglas RB designan a un bebé nacido con síntomas del terrible síndrome miasténico congénito (SMC), una afección neuromuscular. El cerebro y los sentidos de RB son perfectamente funcionales, pero se encuentra paralizado hasta el punto de no poder respirar, toser o tragar por su cuenta. RB ha sobrevivido hasta ahora enchufado a un respirador que le suministra unas veinte bocanadas de aire al minuto e hincha sus pulmones de gas cada tres segundos. Además, sus conductos respiratorios deben ser limpiados regularmente de secreciones que él no puede eliminar, lo que le provoca en palabras de los médicos "un considerable estrés" que sólo pueden intuir, ya que el pequeño no tiene modo de expresarse. Su posición yacente le ha causado llagas y problemas de crecimiento como escoliosis, y uno de sus pulmones da señales de atrofia. Los especialistas médicos del hospital NHS que han tratado a Baby RB concluyeron que se trataba de un caso extremo de dependencia. No sólo el niño debería pasar toda su vida en cuidados intensivos con una máquina respirando por él, también debería sufrir varias operaciones dolorosas derivadas de su parálisis. En cualquier caso los doctores no esperaban que sobreviviera más allá de los tres años. El hecho de que Baby RB fuera a estar consciente durante todo el tiempo, sintiendo dolor y la angustia de estar encerrado en un cuerpo que no responde, convertirían su vida en una tortura. La decisión del NHS fue de desconectar a Baby RB. La identidad de los padres también se ha mantenido confidencial. Sabemos que son una pareja de veinteañeros que se separó amistosamente antes del parto. También que la madre aceptó que pusieran fin al tormento de su hijo. Pero el padre se opuso, aduciendo que RB respondía a estímulos, que le reconocía, que intentaba jugar con él. El caso fue elevado al Tribunal Supremo británico y recayó en el juez Andrew McFarlane la nada envidiable diatriba salomónica de decidir si RB debía ser mantenido con vida. Hubiera podido ser el primer caso en el que un juez decidiera la muerte de un hijo sin la conformidad de uno de los progenitores, sentando un inquietante precedente. Afortunadamente no tendrá que darse el caso. Tras siete sesiones de desgarrador proceso 'AB', el padre, ha retirado su oposición al dictamen médico. De común acuerdo de sus padres, Baby RB no vivirá. En el juicio la defensa del padre presentó un vídeo en el que Baby RB presuntamente intentaba coger una pelota que se le ofrecía. Según un pediatra identificado como 'Dr. F', era imposible determinar si cualquier reflejo de RB era voluntario. La solución de una traqueotomía que permitiera a RB vivir en silla de ruedas también se rechazó. Su condición es tan precaria que en caso de tener que retirar los tubos de sus pulmones por una emergencia, sus costillas se romperían. A la hora de pronunciar la sentencia, el juez McFarlane ha alabado la conducta "ejemplar" de los padres al estar junto a su hijo durante todo este tiempo y la serenidad con la que han alcanzado el acuerdo. Según relatan los testigos, ambos le escucharon con lágrimas en los ojos. Ha sido probado que se ha hecho todo lo que se podía hacer por su hijo y que todas las posibilidades han sido exploradas hasta el final. El padre se declara convencido de que una asistencia médica adicional no será beneficiosa para RB. Esta ha sido una decisión agónicamente difícil. Sospecho que, para aquellos de nosotros a los que nunca ha sucedido algo semejante, es imposible otra cosa que imaginar el impacto de esta decisión en estos dos padres tan jóvenes. -concluye el juez. Los padres de RB desean ahora pasar el poco tiempo que les queda junto a su amado hijo.
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