jueves, 19 de noviembre de 2009

Alimentos para el futuro


Por: Jacques Diouf - Jacques Diouf es director general de la Organización de las NacionesUnidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) - En las próximas cuatro décadas la población mundial crecerá en 2 300millones de personas y se hará más rica. Satisfacer la demanda de los 9.100millones de habitantes del planeta en 2050 exigirá producir un 70 por cientomás de alimentos que hoy en día. Por tanto, a no ser que tomemos ahora lasdecisiones adecuadas, nos arriesgamos a que el día de mañana la despensamundial esté peligrosamente vacía. Sobre todo porque en los próximos años el sistema alimentario mundial debehacer frente al creciente desafío del cambio climático -que puede reducir laproducción agrícola potencial hasta en un 30 por ciento en África y hasta enun 21 por ciento en el conjunto de los países en desarrollo-, y tambiénafrontar plagas y enfermedades transfronterizas más graves que afecten aanimales y plantas. Al mismo tiempo, el sector tendrá que hacer frente a unareducción de la mano de obra agrícola -ya que unos 600 millones de personasse desplazarán del campo a las ciudades- y a una mayor competencia por latierra y los recursos naturales, incluyendo la procedente del sector de labioenergía. Nuestra respuesta a estos desafíos determinará cómo podremos alimentar alplaneta el día de mañana. Pero igual de importante es ocuparnos de que lagente esté alimentada hoy en día. Esto supone acabar con la difícilsituación de 1.020 millones de personas que actualmente sufren malnutrición,actuando de forma decidida para erradicar el hambre completa y rápidamente. Con la Revolución Verde del pasado siglo, el mundo consiguió evitar unahambruna masiva en Asia y América Latina en la década de 1970, dedicando el17 por ciento de la ayuda al desarrollo a proyectos de irrigación, sistemasde producción de semillas, fertilizantes y forraje, carreteras rurales einstalaciones de almacenamiento. Al afrontar un desafío similar hoy en día, el camino a seguir debe sernecesariamente diferente. Además de impulsar la inversión en agricultura,necesitamos usar de una forma más eficiente la energía, los insumos químicosy los recursos naturales, y centrarnos más en las necesidades de lospequeños campesinos y las familias rurales que viven de la agricultura. En este sentido, un reto importante será el del agua, ya que necesitaremosde forma simultánea ampliar la superficie de regadío usandoproporcionalmente menos agua. La clave para cuadrar este círculo reside enla captación y almacenamiento de aguas y en técnicas que mejoren laeficiencia en el uso del agua y la humedad del suelo. A medida que disminuya la población rural y agraria, la agricultura serácada vez más intensiva en capital -y conocimientos- para producir másalimentos y de mayor calidad para una población urbana más rica y numerosa.Por tanto, se necesitarán inversiones importantes porque los futurosaumentos de la producción deben proceder casi en su totalidad de incrementossostenibles de los rendimientos y de una mejor intensidad de cultivo, másque de un incremento de la superficie cultivada. De allí también laimportancia de invertir en investigación y desarrollo. Los campesinos necesitarán también capacitarse para aprender nuevos métodosy tecnologías, y ello requerirá invertir en educación y extensión agraria.Muchas de estas inversiones procederán del sector privado y de los propioscampesinos. Sin embargo, para que las inversiones privadas en agricultura seanatractivas, también se deben dedicar importantes cantidades de dineropúblico a infraestructuras, educación, tecnología y sistemas de extensión.Se necesitan inversiones en instalaciones y equipamientos. Aparte de lasimple agricultura de subsistencia, no tiene sentido producir alimentos a noser que haya carreteras y vehículos que permitan llevarlos a los mercados,que efectivamente exista un mercado, y que el producto pueda ser almacenadoy conservado. Pero ni la financiación ni las cosechas récord serán capaces por sí solas deasegurar que todas las personas tengan acceso a los alimentos que necesitan.Si la gente pasa hambre hoy en día no es porque el mundo no esté produciendosuficientes alimentos para todos, si no porque éstos no son producidos porel 70 por ciento de las personas pobres cuyo principal medio de vida es laagricultura y paradójicamente no tienen lo suficiente para satisfacer susnecesidades básicas de alimentación. Por tanto, alimentar a todo el mundo en 2050 requerirá también estrategiasde reducción de la pobreza, redes de protección social para productores yconsumidores y programas de desarrollo rural. Se necesitará una mejorgobernanza y el establecimiento del modelo de condiciones socioeconómicasque mejore el acceso de la gente a los alimentos. También es importante unareforma del sistema de comercio agrícola de forma que no sólo sea libre,sino también equitativo. Estos temas estarán presentes en los debates de la Cumbre Mundial sobreSeguridad Alimentaria que se celebrará en Roma del 16 al 18 de noviembre, yen la que los Jefes de Estado y de Gobierno de los 192 Estados Miembros dela FAO tomarán decisiones importantes sobre las políticas y estrategias queaseguren que todo el mundo tenga comida suficiente hoy y el día de mañana. En 2050 qué comer dejará de ser un problema para muchos de los que yatenemos una cierta edad. Pero considero que es mi deber, como seguramentetambién es el nuestro como comunidad global, hacer todo lo que esté ennuestras manos para desterrar el fantasma del hambre para siempre y asegurarque nuestros hijos y nietos puedan comer dignamente y disfrutar de una vidasaludable.

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