El fenómeno del Movimiento Estudiantil Venezolano surgió en mayo de 2007, a raíz del cierre arbitrario de Radio Caracas TV. La bandera inicial de su protesta fue la defensa de la libertad de expresión y la reconciliación nacional. La enérgica movilización de los estudiantes contribuyó a proyectar la flagrante violaci ón a la libertad de expresión del Gobierno de Hugo Chávez, no sólo ante los venezolanos sino ante la opinión pública internacional.Inmediatamente, a este objetivo se le sumó el rechazo contundente a la propuesta presidencial de reformar la Constitución de la República, en diciembre de 2007, lo que contribuyó a que Chávez recibiera su primera derrota comicial desde que asumiera la Presidencia. A partir de entonces, ha sido determinante el rol del Movimiento Estudiantil en diferentes momentos que marcan la historia del país, entre ellos, la protesta contra la reforma a la Ley de Educación. Más recientemente, el Movimiento se ha sumado a las voces que rechazan la violación de los derechos humanos, así como a la causa que defiende a los más de 40 venezolanos que hoy son presos políticos y a las decenas que están siendo perseguidos por sus ideales de libertad y democracia. La vigencia y el ímpetu de este Movimiento Estudiantil Venezolano se debe a cuatro grandes características: Un mensaje de no violencia, que no se engancha al lenguaje de guerra y segregación del Presidente y sus acólitos. Un gran don de la creatividad, que acoplan perfectamente con el elemento sorpresa, que ha llevado a que en cada rincón del país, y cuando menos se espera, salten con formas originales de protesta pacífica, que pone en jaque al régimen. El poder de renovación constante, que impide que se oxide o mediatice, o que lo corrompan con dádivas o lo amedrenten las fauces persecutorias del Gobierno. Y, el dinámico manejo de la tecnología de internet, con sus mensajes de textos, facebook y twitter que permite una coordinación y sincronía de movimientos a nivel nacional e internacional. Hoy este Movimiento Estudiantil tiene dos ases en sus manos que le dan una partida de ganar-ganar. La primera la aceptación de la OEA para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) venga al país a comprobar la violación de los derechos humanos. Si el Gobierno autoriza a la comisión de la OEA a venir a Venezuela, a ésta no le quedará más que corroborar la existencia de los presos políticos y la violación de los derechos humanos. Si el Gobierno de Chávez no lo autoriza se corroboraría la existencia de esas violaciones. La segunda, es la solicitud que este lunes le hicieran al Gobierno de Brasil para que interceda en favor de una visita de la CIDH a Venezuela. Si el Gobierno de Lula Da Silva se hace los oídos sordos ante este clamor, quedará en evidencia el doble lenguaje que éste tiene, y la doble vara con que mide al caso de Honduras, que no tiene riquezas que repartir, y al caso de Venezuela que las tiene en abundancia y a disposición de los afectos al proyecto de Chávez. Disponible en inglés en: www.veneconomy. com a partir de las 4:00 p.m.
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