Un grupo de investigadores españoles ha constatado que los telómeros cortos son la principal fuente del daño causante del envejecimiento del organismo humano y ha descrito por primera vez las alteraciones genéticas por las que tiene lugar este fenómeno. A medida que las células se dividen para dar lugar a nuevas células, transmiten una cantidad de material genético (ADN) más reducida debido a la pérdida progresiva de unas estructuras protectoras del ADN denominadas telómeros. Cuando los telómeros se acortan por debajo de una longitud mínima, las células interrumpen su ciclo celular y dejan de regenerar los tejidos, produciéndose así el envejecimiento de todo el organismo. La investigadora María Blasco y sus colegas del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han dado un paso más en la comprensión de este mecanismo al identificar una serie de cambios genéticos generados por los telómeros cortos. Estos provocan una disminución de la capacidad de división de las células, así como de su capacidad para reparar el daño en el ADN. Los detalles se publican hoy en la revista PNAS.El equipo de Blasco demostró el año pasado que la relación entre telómeros y envejecimiento también aparecía en mamíferos. Ratones tratados con telomerasa, la enzima que controla la integridad de las porciones extremas de los cromosomas, envejecen más tarde y viven hasta un 40 por ciento más. Cuanto más largos son los telómeros, situados en la parte final de los cromosomas, más veces puede multiplicarse una célula, incluidas las células madre que regeneran los tejidos, y por lo tanto el organismo se mantiene más joven durante más tiempo.
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miércoles, 28 de octubre de 2009
¿Por qué envejecemos?
Mascioli Garcia
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