Su origen se remonta a las fiestas que en esta fecha celebraba la ciudad de Santiago de León de Caracas en conmemoración de Santiago Apóstol, Santiago el Mayor o Santiago Matamoros, patrono de la ciudad. En visperas de ese día de conmemoración litúrgica el Cabildo disponía que el Alférez Mayor que era el personaje que representaba a la corona y al rey sacara el pendón real, a caballo y con gran pompa se llevara a la Iglesia Mayor y se pusiera en capilla ardiente en el altar mayor, rodeado de grandes velones que mas parecían columnas, ricamente labrados, algunos pesando hasta 20 kilogramos y en los que los mas talentosos artistas de la cera habían puesto todo su arte. La fiesta al dia siguiente era muy alegre, popular. En la plaza mayor actualmente la Plaza Bolívar, se disponian cuadrillas a caballo que enfrentadas jugaban "a las cañas", en medio de una coreografía bien dispuesta, a semejanza de los antiguos duelos de caballería, con "cañas" que rememoraban las lanzas de lid. Se disponia una misa solemne a las diez de la mañana, con toda la curia, los altos representantes de los monasterios de San Jacinto, San Francisco y La Merced, y el cuerppo de regidores y alcaldes del Cabildo, con asistencia del obispo y el gobernador. Escudo de Santiago de León de Caracas otorgado por Felipe II en 1591. Se hacía honor a Santiago y en él y en su nombre a la ciudad, Santiago de León de Caracas. Esa costumbre perduró hasta inicios del período republicano, y fue causa de que se creyera ser ese 25 de julio el día de fundación de la ciudad, hasta fechas recientes. Caracas nace al parecer no un 25 de julio de 1567, sino el 1 de marzo del año siguiente, día de San León. La ciudad creció lentamente hasta el último tercio del siglo XVIII, en que adquiere cierta fisonomía de capital de gobernación, con tímidos intentos de adornar su plaza mayor con arcadas y pilas de agua, y mejorar las fachadas de las casas reales y capitulares, actual Casa Amarilla y el frontis de la catedral. Los terremotos de 1641 y 1812 la dejan en estado ruinoso, que obligan cada vez a recomenzar de nuevo, en cuanto a su urbanismo. Mantuvo sin embargo su aire de ciudad provincial, sus casas bajas de rafas y tapias, de no mas de dos pisos y sus célebres techos rojos de teja hasta la era de Guzmán Blanco, de 1870 a 1883, en que emprende grandes trabajos civiles y urbanos que cambian totalmente -y no siempre para mejor-, la arquitectura hispana tradicional de muchas áreas y edificios de la ciudad. La ciudad finalmente despegó como metrópoli moderna a partir de la muerte de Gómez, en 1936, iniciándose entonces grandes obras de vialidad, urbanismo, de edificios públicos y viviendas sociales. Se construyen El Silencio y posteriormente la nueva Universidad Central. Se urbaniza todo el este y el oeste de la ciudad en lo que resta del siglo XX. Caracas, ciudad de clima celestial e historia afortunada, amada por sus habitantes y cuna de El Libertador, celebra hoy su onomástico. Y aunque estemos viviendo lo que estamos viviendo, ¡Veremos JUSTICIA MUY PRONTO!
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