Por: Gustavo Coronel - El 53% de los venezolanos rehusó venderse por una nevera el pasado Domingo 23/11. Fueron a votar contra un régimen grosero y abusivo. Hugo Chávez había basado toda su estrategia política futura en una victoria contudente en estas elecciones, una victoria que pudiera constituir la base de un segundo intento de reformar la constitución, para así optar a la presidencia vitalicia, el sueño de todos los déspotas. No sucedió así. Chávez perdió en Miranda, es decir, en su misma cueva. Perdió en Carabobo, cuando sus dos patanes, Silva y Acosta, se descuartizaron entre sí, para dar paso al pollo. Perdió en el Zulia por paliza. Perdió en Nueva Esparta y en Táchira. Perdió el control de la ciudad capital, cuando sus matones Chacón y Aristóbulo cayeron estrepitosamente frente a Ledezma y Ocariz. Como puede ahora Chávez alegar que el pueblo le ha dado un mandato para ser presidente vitalicio? Sería demasiado caradurismo, suficiente como para sacarlo de la presidencia como corcho de limonada. El referendo revocatorio de 2010 es el próximo paso lógico para salir de este presidente indigno. Y si Proyecto Venezuela (léase Henrique Salas Romer) hubiese tenido un poquito de amor por Carabobo, no hubieran entregado la alcaldia de Valencia en manos del chavismo. Felicitaciones a Henrique Fernando y mi rechazo al padre. Desde Virginia, lejos de mi patria pero muy cerca de ella en espíritu, destapo una botella de champaña Louis Bouillot, blanc de noirs, de $11,99 y me siento ante un inmenso plato de dulce de lechoza. Paladeo lentamente estos dos maravillosos manjares, pero lo más delicioso es el triunfo de la democracia venezolana que tuvo lugar el día de ayer. Salud!!
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