Por: Paciano Padrón - pacianopadron@gmail.com - La irresponsabilidad del Presidente parece no tener límites; el país se nos viene abajo, y él no se da por aludido, dedica el 100 % del tiempo -que la República le paga a precio de oro para servirnos a todos- a recorrer la geografía nacional y levantar el brazo a los candidatos del PSUV, insultando a sus adversarios a niveles imperdonables, dividiendo cada vez más al país y encadenando diariamente los medios para hacer su campaña electoral. El Presidente comete "peculado de uso" cuando pone al servicio de actividades electorales los bienes y recursos del Estado, cuando hace giras faraónicas con costos multimillonarios, que el CNE no ve, que la Fiscal Luisa Estela desconoce y que el sordo Clodosbaldo no escucha. Es irresponsable el Presidente cuando afirma -de manera reiterada y lo repiten sus acólitos- que Venezuela escapa de la crisis mundial, que no nos afectará en nada la caída del crudo, de $ 120 a 60 el barril, como "tampoco nos dañaría si llegase a $ 7". No preparar al País para la crisis, para acuerparnos y enfrentarla, no tiene perdón de Dios. Los países del mundo reúnen a sus fuerzas vivas, para atisbar entre todos una salida. Me indigna escucharle decir que la crisis "no nos tocará ni un pelo"; o nos cree imbéciles y nos miente como a niños, o él se lo cree de verdad y, en consecuencia, el imbécil es él, si bien las víctimas somos todos. Ahora, en reciente cantinflada, contrariando lo mil veces repetido, afirma que ante la crisis mundial "no estamos inmunes", y que "ya se han tomado medidas". Venezuela ha sido un país de pérdida de oportunidades, particularmente hemos botado la bola cuando nos han llegado rachas de inmensos ingresos adicionales por el aumento de los hidrocarburos; siempre, impepinablemente siempre, viene luego la caída de los precios, y con ella el llanto de los más pobres. Por padecer hoy la más grade caída, las lágrimas se verán por doquier. En la década perdida de Chávez se ha despilfarrado la cantidad de dólares más grande de nuestra historia, 800 mil millones de dólares, y no ha quedado nada, salvo el impensable y contradictorio crecimiento de la deuda pública, la interna y la externa. La riqueza sobrevenida, mezclada con ineficiencia y corrupción, da como resultado el desmejoramiento de la calidad de vida; tal vez no puedan decir lo mismo nuestros hermanos de Cuba, Bolivia y Nicaragua, entre otros beneficiarios de la bondad de Don Regalón. Importamos más del 70 % de lo que comemos y consumimos, ¿cómo es que no nos afecta el precio del petróleo?; las mentiras abundan en la información del régimen, mientras el Ministro de Vivienda habla de construir 160 mil casas en 2009, en el Proyecto de Presupuesto para el próximo año, introducido a la Asamblea, sólo hay recursos para 12.500 viviendas, luego, ¿cómo harán las otras 147.500?. Simultáneamente el Presidente continúa su campaña basada en amenazas e insultos: "activaré el 'Plan Chávez' en los Estados y Municipios en los que resulte derrotado el PSUV"; "Que nadie olvide que esta es una revolución pacífica, pero es una revolución armada"; "Si fuera por mí, tendría a Manuel Rosales en prisión a pan y agua", confesión esta última suficiente para describir al personaje; si fuera por él -así lo confiesa- estaría violando los Derechos Humanos de Rosales; en Venezuela nadie debe ser sometido a régimen de "pan y agua", es atentatorio a su dignidad. El país se cae a pedazos, la crisis toca a la puerta, y Chávez en campaña. Lo importante es él: "Yo sé que mi vida es la vida del pueblo, y mi muerte es la muerte del pueblo". ¿Quién le dijo esta pistolada?. Que el domingo 23-N nadie se quede en casa. La respuesta debemos darla en el camino electoral, que es el que la democracia pone en nuestras manos.
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