15-01-2008
Es un hecho que el proyecto de país que Chávez quiso imponer a los venezolanos se viene a pique, por su incapacidad para el manejo de la economía. Es claro que el crecimiento económico artificial que ha mostrado Venezuela en la era de Chávez está llegando a su fin.Desde mediados del año pasado el Gobierno viene dando señales de tener serios problemas de caja. Una de ellas se observa con el incremento inusitado de las vías de recaudación fiscal, a pesar de los altos precios petroleros.En octubre, duplicó los impuestos a las bebidas alcohólicas, cerveza y cigarrillos y estableció un Impuesto a las Transacciones Financieras que grava con 1,5% cada etapa de la cadena de producción y representa una mina de oro fiscal para el Gobierno, generando Bs.2,5 billones de ingresos adicionales para el fisco en los primeros dos meses de su vigencia.Esta estrechez fiscal está siendo corroborada por las cifras preliminares del BCV, según las cuales el gasto del Gobierno Central aumentó tan sólo Bs.7,3 billones (8,0%) en los primeros diez meses de 2007 contra Bs.33,5 billones (59,0%) en el mismo período de 2006.Esto sugiere que la vía del gasto público no era suficiente para soportar el crecimiento económico registrado en 2007. ¿Cómo se explica, entonces, el crecimiento que tuvo la demanda? Si no fue del gasto fiscal, ¿de dónde vino el impulso?Las mismas cifras del BCV parecen traer la explicación, al poner de manifiesto que los préstamos bancarios aumentaron en Bs.43,2 billones (69,5% vs. Bs. 24,8 billones en 2006) o sea, casi seis veces el gasto del Gobierno central en los primeros diez meses del año, o el doble de los Bs.20,7 billones de aumento proyectados por Onapre en septiembre.De allí se pudiera suponer que en 2007 el crecimiento de la economía se sustentó inauditamente en los créditos bancarios. De ser así, la situación es más grave de lo que se suponía y la economía de Venezuela está sentada en un barril de pólvora.No hay forma de que el crédito bancario pueda incrementarse de manera importante. Hoy día, se están restringiendo los préstamos por falta de liquidez, por cuanto los mismos están en el máximo permitido por la ley.Lamentablemente esta maquinita también llegó a su límite y no podrá seguir siendo soporte del crecimiento económico.Así las cosas, el Gobierno sin posibilidades reales de aumentar el gasto público y los bancos en su límite crediticio, hacen prever que la situación económica se le ponga "color de hormiga".La delicada situación de PDVSA agrava aún más esta situación. La producción petrolera se encuentra en caída libre desde 2003 y estaría en su nivel más bajo durante los últimos 20 años, según estimaciones independientes.En las últimas semanas se ha hecho más notoria la desesperación de PDVSA para buscar caja. Desde el 1° de enero está exigiendo a sus clientes la cancelación de sus envíos dentro de los ocho días calendario a partir de la fecha de despacho, contra los 30 días a partir del día de recepción del crudo que es la norma de la industria.Por otro lado, se informa que PDVSA obligó a Citgo adelantar $2,0 millardos a cuenta de los dividendos de 2008 y que, además, Citgo le habría hecho un préstamo de $1,0 millardos a PDVSA, pagadero con futuros embarques de petróleo.Es difícil predecir el alcance real de lo que se avecina para la economía. Todo apunta a que Venezuela se enfrentará a una terrible crisis económica, a pesar de que el precio mundial del crudo supere la barrera de los $100 por barril.
Es un hecho que el proyecto de país que Chávez quiso imponer a los venezolanos se viene a pique, por su incapacidad para el manejo de la economía. Es claro que el crecimiento económico artificial que ha mostrado Venezuela en la era de Chávez está llegando a su fin.Desde mediados del año pasado el Gobierno viene dando señales de tener serios problemas de caja. Una de ellas se observa con el incremento inusitado de las vías de recaudación fiscal, a pesar de los altos precios petroleros.En octubre, duplicó los impuestos a las bebidas alcohólicas, cerveza y cigarrillos y estableció un Impuesto a las Transacciones Financieras que grava con 1,5% cada etapa de la cadena de producción y representa una mina de oro fiscal para el Gobierno, generando Bs.2,5 billones de ingresos adicionales para el fisco en los primeros dos meses de su vigencia.Esta estrechez fiscal está siendo corroborada por las cifras preliminares del BCV, según las cuales el gasto del Gobierno Central aumentó tan sólo Bs.7,3 billones (8,0%) en los primeros diez meses de 2007 contra Bs.33,5 billones (59,0%) en el mismo período de 2006.Esto sugiere que la vía del gasto público no era suficiente para soportar el crecimiento económico registrado en 2007. ¿Cómo se explica, entonces, el crecimiento que tuvo la demanda? Si no fue del gasto fiscal, ¿de dónde vino el impulso?Las mismas cifras del BCV parecen traer la explicación, al poner de manifiesto que los préstamos bancarios aumentaron en Bs.43,2 billones (69,5% vs. Bs. 24,8 billones en 2006) o sea, casi seis veces el gasto del Gobierno central en los primeros diez meses del año, o el doble de los Bs.20,7 billones de aumento proyectados por Onapre en septiembre.De allí se pudiera suponer que en 2007 el crecimiento de la economía se sustentó inauditamente en los créditos bancarios. De ser así, la situación es más grave de lo que se suponía y la economía de Venezuela está sentada en un barril de pólvora.No hay forma de que el crédito bancario pueda incrementarse de manera importante. Hoy día, se están restringiendo los préstamos por falta de liquidez, por cuanto los mismos están en el máximo permitido por la ley.Lamentablemente esta maquinita también llegó a su límite y no podrá seguir siendo soporte del crecimiento económico.Así las cosas, el Gobierno sin posibilidades reales de aumentar el gasto público y los bancos en su límite crediticio, hacen prever que la situación económica se le ponga "color de hormiga".La delicada situación de PDVSA agrava aún más esta situación. La producción petrolera se encuentra en caída libre desde 2003 y estaría en su nivel más bajo durante los últimos 20 años, según estimaciones independientes.En las últimas semanas se ha hecho más notoria la desesperación de PDVSA para buscar caja. Desde el 1° de enero está exigiendo a sus clientes la cancelación de sus envíos dentro de los ocho días calendario a partir de la fecha de despacho, contra los 30 días a partir del día de recepción del crudo que es la norma de la industria.Por otro lado, se informa que PDVSA obligó a Citgo adelantar $2,0 millardos a cuenta de los dividendos de 2008 y que, además, Citgo le habría hecho un préstamo de $1,0 millardos a PDVSA, pagadero con futuros embarques de petróleo.Es difícil predecir el alcance real de lo que se avecina para la economía. Todo apunta a que Venezuela se enfrentará a una terrible crisis económica, a pesar de que el precio mundial del crudo supere la barrera de los $100 por barril.
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