viernes, 31 de mayo de 2013

Camus

Nada es más natural hoy día que ver a las gentes trabajar de la mañana a la noche y en seguida elegir, entre el café, el juego y la charla, el modo de perder el tiempo que les queda por vivir. Pero hay ciudades y países donde las gentes tienen, de cuando en cuando, la sospecha de que existe otra cosa" Albert Camus, La Peste

Bozzone


¡FUERA DE VENEZUELA!



Séneca

No es porque las cosas sean difíciles por lo que no nos atrevemos; sino que por no atrevernos ellas se hacen arduas.
SÉNECA, Lucio Anneo

Julius Richard Petri

Julius Richard Petri was a German bacteriologist who is generally credited with inventing the Petri dish while working as assistant to Robert Koch. 
Born: May 31, 1852, Barmen, Germany
Died: December 20, 1921, Zeitz, Germany
Tras realizar estudios primarios y secundarios, estudió medicina en la Kaiser Wilhelm-Akademie para médicos militares entre 1871 y 1875. Realizó el doctorado como médico en la Charité de Berlín, grado que obtuvo en 1876.

Inventó las denominadas placas de Petri, unos recipientes circulares inicialmente de vidrio (actualmente de plástico) de unos diez centímetros de diámetro y un centímetro de alto, utilizados para albergar los medios de cultivo utilizados en bacteriología.


Entre 1876 y 1882 ejerció como médico militar y fue ayudante de Robert Koch, siendo en 1877 cuando inventó la placa Petri. Esta se utiliza en los laboratorios principalmente para el cultivo de microorganismos, soliéndose cubrir el fondo con distintos medios sólidos de cultivo según el microorganismo que se quiera cultivar.

A través del desarrollo de las placas de Petri, se potenció la microbiología de una forma extraordinaria. Por esta época se aíslan la mayoría de los microorganismos, responsables de las enfermedades contagiosas que estaban causando estragos en esos años, tales como la difteria, cólera, de modo que a finales del siglo XIX se conocían los causantes de muchas de las enfermedades infecciosas.

jueves, 30 de mayo de 2013

Salto Kawi























Caracas, 29 de mayo. Noticias24) Esta majestuosa imagen tomada de Instagram muestra la belleza de las aguas del Salto Kawi, un salto de agua ubicado en la carretera que une El Dorado con Santa Elena de Uairén, en la zona oriental del Parque Nacional Canaima. Disfrútela.
http://www.noticias24.com

¡FUERA DE VENEZUELA!

Anteayer, en medio de la desinformación intencionada con la que se pretende esconder la gravedad de la epidemia de gripe, nos sorprendió que la nueva ministra de salud -con un desparpajo increíble- asumiera como normal que la destrucción de medicamentos vencidos no significaba “pérdida de recursos”. Para ella es normal que si el estado compra una enorme cantidad de medicamentos “es normal que una proporción de ellos cada año vaya a destrucción pero eso no implica pérdida de recursos pues si sería pérdida que el Estado no compre ningún medicamento como sucedía antes y que por consiguiente ninguno se les dañe. Quien maneja inventarios pierde entre 1% y 10 % exclamó fríamente”. El mismo guión rojo de culpar a los gobiernos de hace mas de quince años. Es decir, que ellos en el lapso equivalente a tres gobiernos de la democracia no tienen culpa alguna. Pues debo decirle que varias veces en esta columna nos hemos referido, con el paso de los años, a los negocios sucios y con comisiones enormes de la importación de medicinas de Cuba.
El 19 de febrero de 2009 escribimos: “Los robos en los hospitales adscritos a Minsalud se incrementan cada día. La mayoría -¿o todos?- de los medicamentos que llegan de Cuba están vencidos hace bastante tiempo. A eso se debe que no los entreguen en los módulos en sus envases sino en sobrecitos. Mientras el Cefar no dice nada de ese peligro las compras se siguen haciendo para repartir las comisiones acordadas”.
El trabajo que la colega Lisseth Boon publicó en Últimas Noticias hace dos días revela que “en los últimos 7 años las importaciones de medicamentos cubanos han crecido hasta llegar a $365 millones en 2012, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticasy que  muchos de ellos hoy están vencidos. Sin embargo, un gran lote de estos fármacos -cerca de 50 mil kilos- permanecen ya vencidos en los depósitos del Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar), adscrito al Ministerio para la Salud (MS)” según la investigación del equipo reporteril que “no halló explicación para este aumento en la importación de medicamentos cubanos ni por qué no fueron distribuidos oportunamente. Pero la Contraloría General de la República (CGR) sí ha alertado sobre las irregularidades en la compra, almacenamiento y distribución de medicinas cubanas entre 2005 y 2010 “sin planificación, sin justificación ni supervisión”, bajo responsabilidad del Sefar y el Min-Salud”.
Esta información revela que “la Fundación Oro Negro (FON), adscrita al Ministerio de Energía y Petróleo (Menpet), aparece como la principal encargada de importar el mayor cargamento de fármacos cubanos.La fundación es presidida por Ammar Jabbour Tannous, quien a su vez coordina el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, vigente desde 2000, que enmarca la compra de productos farmacéuticos a la isla, y funciona en el piso 2 de la Torre Oeste de la sede del Menpet y Pdvsa en La Campiña. La fundación, cuyo nombre aparece en los registros de la Ccpc, consignó la mercancía comprada a Farmacuba, empresa que se ocupa de comercializar en el extranjero los fármacos producidos por 13 laboratorios cubanos…Ni el nombre ni el registro de identificación fiscal (RIF) de la FON aparecen en la lista de las empresas a las que Cadivi otorga divisas preferenciales para traer mercancía desde el extranjero”.
El martes en nuestro programa de radio en Exitos 99.9 FM el director de salud del estado Miranda nos dio la primicia de los medicamentos que estaba repartiendo el MPPS sin tener un farmaceútico patrocinante ni estar registrada la empresa fabricante, no tener permiso sanitario, no haber pasado por la contraloria sanitaria ni por una auditoria fiscal. El medicamento  para la influenza Oseltamivir-75 aparece hecho en Laboratorios Novatec de La Habana igual que el medicamento para la diabetes Metformina, ambos sin registro venezolano. Éste último trae como precio 3.60 pesos cubanos ¿Cuánto nos costará tras las triangulaciones, comisiones y pérdidas?

martes, 28 de mayo de 2013

Homero

La cuestión en la vida no es saber mucho, sino olvidarse de poco.
HOMERO

lunes, 27 de mayo de 2013

Refrán Castellano

A cada puerco le llega su San Martín

Igual que el coyote


Otro compañero de Intevep que se nos fue...

Gustavo Nuñez

 
Por: Antonio López Ortega 

Ha muerto mi amigo Gustavo Núñez. Y no hay razones públicas para destacarlo, salvo la memoria o el afán de los hombres por perseverar. Como muchos venezolanos del exilio, lo hizo en Panamá, mañana del sábado 25 de mayo, mientras dormía. Tendría una edad cercana a los 55 años, aunque siempre aparentó menos. Se entiende mal que una persona siempre atlética, deportista cabal, de vida muy sana, haya sido sorprendido por un infarto fulminante. Si sobrevino durante el sueño, como todos esperamos, la agonía no fue más que el rapto de una efímera pesadilla. Dicen que la muerte de los justos ocurre mientras sueñan, y tratándose de Gustavo, quien sin duda fue un ser generoso, sólo la bondad podía acogerlo.

Nos conocimos hacia 1974, o quizás un poco antes, por intermedio de un amigo común: José Gregorio Silva. Yoyo, como le decíamos, expulsado del Instituto Escuela por cualquier motivo banal, recaló en el colegio Champagnat, donde conoció a Gustavo y tantos otros. En poco tiempo, ese puente construyó amistades entre ambos bandos, y hacia 1975, año de nuestra graduación, ambas promociones casi hacían el acto juntas. Del Champagnat nos llegaba el deporte (eran futbolistas empedernidos) y también el rock (casi todos tocaban algo). Pero de todos ellos, Gustavo era la figura intelectual: buen lector, buen analista, buen músico. Se interesaba de manera cabal en el otro, interrogándolo hasta el cansancio: cuando sentía que ya lo había absorbido todo, una sonrisa de satisfacción le marcaba el rostro.

Si quisiera establecer una senda pública, debería decir que Gustavo estudió Ingeniería Mecánica en la USB, graduándose con honores. Después de sus estudios de postgrado, ingresó en PDVSA, y más específicamente en Intevep. Su rúbrica debe formar parte de los firmantes de aquella invención llamada orimulsión, que permitía mezclar petróleo pesado con agua y convertirla en combustible. Eran los años en que el país registraba patentes y exportaba carburantes innovadores para las plantas eléctricas del mundo. Lo vi por esos años varias veces y su crecimiento profesional era considerable: se fogueaba con técnicos y empresas de todo el orbe, con una autoridad y una competencia envidiables. Ese fulgor desaparecía años después con el llamado “paro petrolero”, en el que Gustavo ejerció un protagonismo activo, diríase militante, hasta ser expulsado como tantos otros. Un inicio de causa judicial le hizo ver que la seguridad de su familia (una emprendedora esposa y dos hijos) estaba en riesgo si permanecía en su país de origen. Buscó entonces otros horizontes y se decidió por Panamá, donde fundó un negocio próspero en el área petroquímica que dirigió hasta hoy.

Pero me interesa más hablar del Gustavo personal, buen amigo, solidario. Siempre tuve la impresión de que sus padres velaron por la educación integral de sus varios hijos, y Gustavo no fue la excepción. Era un guitarrista virtuoso, y no sólo buen ejecutante sino también compositor. Mi tibia cercanía con las letras y su probado dominio musical nos juntaron como fieles en una adoración común: la del rock sinfónico. No hubo banda, instrumentista, disco o pieza que no conociéramos y comentáramos. Nos volvimos unos eruditos, unos obsesos. La simbiosis entre el Instituto Escuela y el Champagnat juntaba algunos músicos de nivel, y en una época de febril seguimiento, superando algunos ensayos previos, Gustavo apareció un día en casa de Yoyo con la idea de fundar un grupo llamado “Nemquetaba” (después descubriríamos que, en sus lecturas extrañas de adolescente, se trataba de un dios de la mitología muisca, especie de anciano de cabellos largos y barba blanca, que instruyó a los primitivos habitantes en el arte de tejer, fabricar cerámica, hacer orfebrería y comerciar con sus vecinos. Todo armonizado bajo unas normas éticas que recordaban la doctrina cristiana).

Nemquetaba hizo un rock entre acústico y electrónico. Sus piezas eran largas, enrevesadas, de letras incomprensibles, pero el tono lírico, armonioso, de su discurso musical se debió a Gustavo, su líder indiscutible. Por allí pasaron Fernando Alarcón en los teclados (fallecido también a temprana edad), Roberto Smith en la guitarra eléctrica, Medardo Cabello en el bajo, Yoyo Silva en la batería y Orestes Appel en la voz (un imitador tardío, por lo angelical, de Jon Anderson). La banda ensayaba en la avenida El Paseo de Prados del Este, en casa de Yoyo, y yo no faltaba a ninguna de esas sesiones. Recuerdo que una tarde, en su acogedora casa de El Cafetal, Gustavo me preguntó si quería ser el letrista de Nemquetaba. Yo no podía decir que no a una solicitud que no sólo me halagaba, sino que también me ofrecía la primera tribuna concreta a lo que en aquellos tiempos fueran mis impulsos literarios. Conocedores como ambos éramos de King Crimson, era como si Robert Fripp designara a su muy particular Peter Sinfield.

Un relato que, afortunadamente, siempre mantuve manuscrito, de título “La burbuja roja”, fue tomado por Gustavo como la primera gran composición de la banda. Al estilo de Close to the Edge o de Thick as a Brick, concept albums legendarios de los años 70, Gustavo compuso una pieza larga, de varios segmentos, que podía detenerse en una audacia acústica o subir de tono con un solo de guitarra del intrépido Roberto. Gustavo me había pedido descomponer ese relato en una especie de poema épico, claramente versificado, para facilitar el canto de Orestes y los quiebres de ritmo. Y a mí, sencillamente, escuchar los ensayos de la pieza me transportaba a un umbral apenas intuido: una pobre pieza adolescente, llena de rebujos mentales, se convertía gracias a la música en una sinfonía entrañable, con momentos de alta sensibilidad. Esa certidumbre –la de saber que lo escrito podía llegar a ser algo, podía editarse– se la debo a Gustavo, y quizás él nunca lo supo, porque tampoco llegué a confesárselo.

Nemquetaba duró lo que lo que las bandas duraban en aquellos tiempos: meses o pocos años. Y el grupo no superó la diáspora que se imponía sobre sus integrantes a la hora de definir sus destinos universitarios, muchos de ellos internacionales. Creo que no queda un registro de grabación, como tampoco una presentación memorable: apenas aquellos ensayos, de sábado a sábado, en los que se nos iba lo mejor de nuestra juventud. Una juventud, podríamos decir, atrapada entre la ética (saber qué éramos) y la estética (intuir si trascendíamos).

Gustavo Núñez desaparece y es como si todo desapareciera. Pero estas líneas quieren ir a contracorriente y retener un sentimiento: su vida tuvo una enorme significación para muchos. No se diga para esposa e hijos, que lo amaron; no se diga para sus hermanas (Zulma en la rectitud, Sara en la hermosura, María Antonieta en la inocencia); no se diga para su madre y el dolor del hijo ido, sino también para sus amigos, los de hoy y los de ayer, entre los cuales tengo la fortuna de encontrarme.

Reconozco que en él tuve, junto a otros pocos, una de mis primeras amistades intelectuales: aquéllas que se deben a la afinidad de creencias, a las lecturas compartidas, a los valores semejantes. Cada encuentro de los últimos años, sin duda esporádicos desde su residencia en Panamá, era corroborar que esa afinidad se mantenía, que el mutuo interés nos hacía profundizar el uno en el otro, como hermanos de sangre. Me cuesta creer que ya no esté, porque es como si aún oyera su voz, porque es como si aún observara su sonrisa, apenas una pincelada sobre su rostro curioso. ¿Qué música escuchas ahora, querido amigo? ¿Qué armonía te arropa? El dios de los musicas, de nombre Nemquetaba, viene ahora a decirte, no sé en qué paraje, que siempre fuiste un orfebre, un minucioso tejedor. Aquí nos quedamos con tus piezas, melódicas piezas, para decirte que nuestras vidas tuvieron un poco más de sentido mientras contaron con tu compañía.

Me cayó la locha...


Por: Magda Mascioli G.

A veces pasa tiempo antes de que a uno le “caiga la locha”.

Para quienes no conocen el significado de “caerle la locha”, les explico. 

Una de nuestras monedas, en Venezuela, era la locha. Dicha moneda tenía un valor de 12 céntimos y medio de un bolívar. En los años 50-60 existían las rocolas, que funcionaban con una de esas monedas. Las personas introducían en la ranura una locha y elegían la canción que querían escuchar. 

Era usual que la locha se quedara atascada, momento en el que el usuario le daba ligeros golpes a la rocola logrando así que la locha siguiera su camino, hasta que por fin la canción comenzaba a sonar. De allí la expresión “le cayó la locha”.
En el argot nuestro cuando uno dice “por fin me cayó la locha o le cayó la locha” significa no solo que uno se ha dado cuenta de algo, sino que lo ha hecho con retardo.
Bueno, aclarado eso, vayamos al punto. 

Me ha llamado la atención que ya en varias ocasiones vía twitter, se ha sacado en cara la ayuda que se le diera a los empleados petroleros cuando a consecuencia de habernos sumado a la huelga general del 2002, posteriormente,  el régimen de Hugo Chavez nos botara de nuestros trabajos. Y reitero: huelga general y NO paro petrolero porque esa huelga no la convocamos nosotros sino que nos sumamos posteriormente. 

Hay cosas que me llaman a reflexión en situaciones como estas. 

Una: en mi casa me enseñaron que cuando uno brinda ayuda a alguien, sea quien sea, lo debe hacer de corazón, razón por la que jamás y bajo ninguna circunstancia, lo debe sacar en cara posteriormente. La ayuda se agradece, si, pero también podría yo decir en descargo nuestro que nosotros no la pedimos. ¿Estaría pecando de malagradecida al decirlo? No lo creo. Simplemente estaría dando respuesta a quienes hoy lo sacan en cara.

Dos: en mi casa también me enseñaron que cuando uno brinda ayuda a alguien, sea quien sea, no lo debe hacer esperando que eso le sea retribuido por vía directa o indirecta, de ninguna forma. Porque si eso es lo que se espera, entonces eso no es ayuda; es interés, inversión, es cualquier otra cosa… pero NO ayuda. 

Tres: una persona el día viernes me dijo por twitter que las personas que el régimen botó de las estaciones de radio que cerraron NO RECIBIERON AYUDA (dicho así, en mayúsculas). A buen entendedor, pocas palabras. Lo entendí como un recordatorio claro de que a diferencia de ellos, los empleados petroleros sí la recibimos.

En efecto, los expropiados, los botados en las estaciones de radio y empresas que han cerrado, etc., no recibieron igual cobertura de los medios ni la ayuda en general. 
¿Por qué sería? ¿Sería porque fuimos 20.000 personas botadas de un solo golpe y eso impactó más? ¿Sería porque se trataba de la industria petrolera? ¿Por qué?
Reflexionando… ¡me cayó la locha! 

Y no con poca tristeza me pregunto: ¿Cuál es el único razonamiento que me queda que justifique esa realidad? ¿Que se suponía que siendo empleados de PDVSA podríamos hacer el trabajo? ¿Que se esperaba que 20.000 personas hiciéramos, SOLOS, lo que debe hacer la ciudadanía UNIDA? ¿Que muchos, quieran aceptarlo o no, no nos tenían absolutamente ningún tipo de aprecio HASTA que creyeron que nosotros les resolveríamos el problema? ¿Que se pensó que era más fácil dar unos potes de leche, ropa, comida, para que el grupito hiciera el trabajo duro para “yo no arriesgar”? 

Y me pregunto ¿Fue esa la razón por la que no se le dio a los botados de otras instancias, la misma “importancia” y  “trascendencia” que se nos diera a nosotros? Quién sabe.
Muchos, por no decir muchísimos, pensaron que mientras se quedaran callados, nada les iba a pasar. Que ellos protesten y yo los aúpo desde mi oficina. Mientras les pase a ellos, no es mi problema. 

Cuando cerraron RCTV, por ejemplo, muchos se quedaron tranquilos porque eso le pasaba a los de RCTV por X o Y, pero a nosotros no nos va a pasar. Cuando nos botaron a los de PDVSA no fueron pocos los que pensaron que como podían poner gasolina, entonces esos 20.000 no eran necesarios. Y así podría pasar todo el día. Pero no es la idea.

Lo que sí tengo muy claro es que no es a base de HEROESVALIENTES como vamos a salir de este problema gravísimo que tenemos. No es dando “ayudas” con miras a que quienes la reciben “RESUELVAN”, mientras yo sigo callada en mi puesto porque no puedo arriesgar, ni firmar, ni levantar mi voz. No es delegando la responsabilidad individual en otro para quedarse a buen resguardo... resguardo que, a la final, tal como lo hemos podido comprobar fehacientemente, ¡NO EXISTE!

No ayude si lo hace esperando que otros hagan la parte del trabajo que le corresponde porque, a la postre, quien no asume su responsabilidad, siempre termina cayendo en su propia trampa.

Lo bueno de todo esto es que por fin ¡me cayó la locha! 

Que bueno y que lástima... todo al mismo tiempo.

Como ellos... ¡Ninguno!

A seis años de su salida del aire
(pero no de los corazones
de los venezolanos)...
¡y a pocos de su regreso!

Himno RCTV - venezuela - goear.com

viernes, 24 de mayo de 2013

Definiciones de Emmet Fox











 




UN CIENTÍFICO es alguien que pregunta “¿Cómo?”.
UN FILÓSOFO es alguien que pregunta “¿Por qué?”.
UN MÍSTICO es alguien que ve la vida desde adentro.
UN MATERIALISTA es alguien que ve la vida desde afuera.
UN POETA es alguien que domina la lengua.
UN POLÍTICO es alguien que pone en primer lugar su partido o su propia carrera.
UN ESTADISTA es alguien que pone en primer lugar a su país.
UN PATRIOTA es alguien que pone el interés de su país sobre el suyo propio.
UN ARTÍSTA es alguien que convierte la belleza en una religión.
UN HÉROE es alguien que hace las cosas que a los demás les gusta admirar.
UN CABALLERO es alguien que jamás se aprovecha.
UN COBARDE es alguien que ve lo más alto y escoge lo más bajo.
UN LADRÓN es alguien que trata de obtener algo, en cualquier plano, que no se ha ganado.
UN JUGADOR es alguien que cree poder ganar algo que no le pertenece por derecho.
UN ADULTO es una persona que ha aprendido a controlar sus emociones.
UNA PERSONA JOVEN es alguien que jamás se aburre.
UNA PERSONA ANCIANA es alguien que ha perdido su capacidad de asombro.
UN SANTO es alguien que ama a Dios sobre todas las cosas.
UN FARISEO es alguien que utiliza a Dios para glorificarse.
Un verdadero OPTIMISTA es alguien que sabe que sólo existe Una Causa.
UN PESIMISTA es, en realidad, alguien que cree en muchas causas.
UN CURANDERO es un médico de cualquier escuela que trata los síntomas en vez de las causas.
UN CHIFLADO es alguien que no ve las cosas como las vemos nosotros.

SENTIDO DEL HUMOR es, simplemente, un agudo sentido de la proporción.
EL ARREPENTIMIENTO es la puerta al cielo.
EL REMORDIMIENTO es la úlcera del orgullo espiritual.
LA RELIGIÓN es la búsqueda individual de Dios.

Si la FUERZA BRUTA fuera la prueba, serían los leones los que nos tendrían enjaulados.
Si sólo importara EL TAMAÑO, los dinosaurios serían todavía los dueños de la tierra.

LA PRESIÓN SANGUÍNEA ALTA implica una presión emocional alta, demasiada ansiedad.
LA PRESIÓN SANGUÍNEA BAJA implica una presión emocional baja, pérdida de interés.
LAS COYUNTURAS QUE RECHINAN provienen de una mente que rechina.

El castigo del MENTIROSO es que no puede creer a nadie.
La maldición de la IGNORANCIA es que la víctima nunca lo sospecha.
El rencor de la POBREZA es no tener nada que dar.
El peligro de la RIQUEZA es una verdadera tendencia al egoísmo.
La condena del SENSUAL es que los sentidos han asesinado al corazón.
El HOMBRE PERFECTO llegará cuando la mujer perfecta lo reclame.
El hombre que habla mucho de sus ANTEPASADOS es como un tubérculo, 
su mejor parte está bajo tierra.

La gente que a menudo llega tarde a la iglesia, también PUEDE descubrir que ha llegado tarde al cielo.
Lo que dedicamos a la labor de Dios se nos devuelve multiplicado, y con una bendición.
Lo que no dedicamos a la labor de Dios, difícilmente nos reportará algún bien.
Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula, y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga.
DIDEROT, Denis

Osmel Sousa














(Caracas, 23 de mayo. Noticias24

Durante una entrevista exclusiva con el programa “Aquí y Ahora” de Univision, El Zar de la belleza, Osmel Sousa, habló por primera vez de su intimidad y se refirió a su sexualidad y a lo que sufrió de niño por sus ademanes afeminados. Sin embargo, la mayor sopresa fue cuando Osmel aseguró que está en contra del matrimonio gay y de que las parejas del mismo sexo adopten niños. 


Osmel explicó su paso por la escuela y lo mucho que le costó estar allí. Confesó que no podía aprender y que a escondidas le gustaba dibujar mujeres, recortar trajes y vestirlas, y las tenía en una cajita: “Cuando me lo descubrieron me dieron tremenda paliza porque pensaron que estaba jugando a las muñequitas y yo estaba haciendo un concurso de belleza, y bueno… estaba también jugando a las muñequitas”, dice.

Osmel dijo que desde pequeño sufrió por sentirse diferente: “Vivía en un pueblo de campesinones y mi personalidad no cuadraba. Yo pienso que la gente se horrorizaba cuando me veía como yo hablaba, como me movía, porque yo tenía ademanes no masculinos y creo que por eso me mandaron a Venezuela”.

El presidente del Miss Venezuela también dijo que sus padres intentaron de todo para cambiarlo: “Me pusieron en un tratamiento de hormonas y lo único que hicieron fue arruinarme la voz”, explicó.

Al hablar de su vida íntima, Osmel confesó que su mejor amigo es la soledad y que le horroriza pensar en vivir con familia o con pareja. 

“Aunque me eche el movimiento gay encima, no estoy de acuerdo con el matrimonio gay, ni con que los gays adopten niños. Yo nunca me casaría, ni nunca adoptaría niños. Si quieres ayudar a un niño das dinero, lo patrocinas completamente hasta que sea grande, pero papá y papá mmm… [hace ademán con la cabeza de que no] eso no está en mi mente, ni mamá y mamá, tampoco”, sentenció.

jueves, 23 de mayo de 2013

LEA la información adicional ¡NO¡ a esta bestialidad

 

NO HERIDO, TORTURADO Y AGONIZANTE 
 
A VER SI ASI SON TAAAN VALIENTES.
 
¡COBARDES, MASACRADORES DE ANIMALES! 
¡ESO ES LO QUE SON!

Y no contentos con todo esto, que es solo una minúscula muestra de esta bestialidad,
lo quieren declarar
"BIEN CULTURAL" en España).
http://recorta.com/5b3b2c

Y despues tienen el tupé de decir que los salvajes...
somos los "SUDACAS" como nos llaman...
 
















Toro moribundo antes de ser apuntillado en una corrida en Andalucía



CORRIDAS DE TOROS Y LA CRUELDAD A UN INDEFENSO ANIMAL.
LA ANTESALA DEL HORROR: EL ENCIERRO EN LA OBSCURIDAD


Previamente al inicio de la corrida, el toro es encerrado en un cajón obscuro llamado «chiquero», siniestro preámbulo que tiene el efecto de aterrorizarlo a través de diferentes procedimientos ilegales pero igual llevados a cabo de manera regular y ordenada.

Hay que saber que antes de ser transportados a dicho lugar, los toros han vivido toda su vida en campo abierto, rodeados por otros individuos en su medio natural, del que han sido arrancados repentinamente para ser encerrados en cajones de madera de menos de 2 metros cuadrados, donde no tienen ninguna posibilidad de moverse. En semana santa y verano, los camiones están sobrecalentados, y los animales, amontonados sin agua ni comida, pierden de 30 a 50 kilos durante el traslado; algunos de ellos son hallados muertos de asfixia al llegar al chiquero. Enseguida, serán  sacados del camión con la misma delicadeza con la que fueron embarcados en él: a golpes de chorros de agua, de palos y tubos, patadas e injurias. Dato macabro: en Francia, los exámenes veterinarios revelan que la mitad de los toros masacrados en las corridas estaban gravemente enfermos. Por ejemplo, Implorante, un toro herido se acerca a uno de sus verdugos.
¡Sin comentarios! Enseguida se declaró su pavor de un toro drogado, pudiendo ser más peligroso al desconocerse la reacción del mismo. Insensatamente, el matador Curro Matola abunda en la cuestión afirmando que tal cosa «seria de locos porque como podría reaccionar un animal drogado, sería una incógnita el comportamiento de un toro en esas condiciones» (sic); esto no es más que otra prueba más de que el pseudo «arte» taurino no es más que una técnica refinada de artificios y sistematismos calculados y preestablecidos, es decir una vulgar, metódica y repetitiva manufactura. Así pues, para mantener su mito y convencer al público de la supuesta ferocidad del animal, los tauricidas se refieren al toro como una a una bestia brava y salvaje, cuando en realidad, como cualquiera que lo ha visto de cerca lo sabe, es al contrario un animal doméstico más bien manso y sociable por naturaleza, un gigantón gentil y bonachón que no tiene carácter fuerte y menos aun agresivo, salvo como cualquier animal, cuando se encuentra en estado de desafío territorial, y/o confrontado a la agresión (como prueba recordemos la anécdota del ya citado Curro Matola, quien frente a las cámaras acariciaba a un toro mientras decía con desenvoltura a un periodista: «Es uno de mis mejores amigos; se llama Temple, y lo crié con biberón.
Nació aquí en casa». Matola hasta besa al toro, antes de añadir con orgullo «ahora ha crecido, y es un toro bravo; no deja de ser un toro bravo, y pues entonces hay que llevar el cuidado lógicamente que se tiene que llevar con un animal de estos». Vuelve a acariciarlo, le coge ambos cuernos y se pone a jugar con ellos, balanceando la cabeza del plácido animal, ese «mejor amigo» que acabará sus días en un ruedo. En estas condiciones, 24 horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro en las tinieblas para que al soltarlo la luz y el barullo de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la falsa imagen que se quiere dar del toro, es decir la de una bestia brutal y acometedora (durante un coloquio universitario en México, un especialista taurino, frente a una audiencia compuesta por veterinarios, zoólogos y etólogos, se atrevió a afirmar que «el toro es un depredador»...). Muy al contrario, por su naturaleza misma de bovino herbívoro, la tendencia natural del toro, evidentemente, es huir, no atacar. El afeitado, corte y lijado en el hueso vivo del toro
Como lo indica la historiadora Elizabeth Ardouin-Fugier en su magnífico estudio Historia de la corrida en España, del siglo XVIII al siglo XXI, la mentada bravura del toro «es un producto en gran parte artificial de la selección zootécnica… contraria a la probabilidad general de la repartición estadística de la bravura en su especie, es decir de una aptitud relativamente rara», concluyendo que «el toro de combate es un animal desnaturalizado». Sin duda, nuestro especialista arriba eludido tenga la original concepción de que los toros son cazadores de las sabanas africanas.
Sin embargo, además del estado de angustia y desorientación que sufre el toro al salir a la luz del ruedo, se encuentra de antemano ya disminuido y ansioso, pues en el chiquero ha sido objeto de ciertos «cuidados» especiales por parte de los «artistas del toreo». De hecho está ya debilitado, pues para entonces lo han golpeado repetidamente en los testículos y los riñones, a patadas y dejándole caer costales de arena de cien kilos estando inmovilizado, y le han inducido diarreas al poner laxantes, sales y sulfatos en la comida que se le ha proporcionado; es la razón por la cual a menudo los toros salen al ruedo completamente batidos. Un estudio realizado a los toros que usan en corridas, sale a relucir en evidencia el empleo de unos 25 kilos de sulfato de sosa y sulfato de magnesio, o sal de Epson en cada animal sacrificado durante las ferias; «cuatro o cinco kilos de sal de Epson por toro de este laxante - advierte Martínez Carrillo, es una cantidad brutal». Por otro lado, le han sido untadas masas de grasa o vaselina en los ojos para nublar su visión (otras veces se le inyecta tinta china en los globos oculares o se le rocía con aerosol paralizante...), se le han tapado las fosas nasales con algodones y sus oídos con papel periódico mojado. En las patas, se le han clavado astillas entre los pesuños o se le ha aplicado alguna substancia abrasiva como aguarrás, que le produzca ardor, escozores, y le impida mantenerse quieto, lo que facilitará que el torero no desluzca en su actuación frente a un toro que, en condiciones normales, no tendría la menor iniciativa de atacarle. Por si las dudas, para proteger al valeroso torero, se ha tenido la precaución de «afeitarle» los cuernos al toro, es decir recortárselos con sierras y lijas, a sabiendas que no son otra cosa que huesos vivos.
Evidentemente, además de lo intensamente doloroso de esta operación de unos 25 a 30 minutos de duración (se serruchan y liman 5 a 10 cm de cuerno sin anestesia alguna, el equivalente a que se nos hiciera esto en los dientes...), el toro pierde con ello orientación y a la hora del combate no es capaz de apuntar bien al objetivo en el momento de embestir. Cabe resaltar, siempre en lo que concierne a la lima de cuernos, que se dispone de necropsias efectuadas por la Facultad de Veterinaria de la UNAM a petición de la Delegación Benito Juárez de la ciudad de México, en lo referente a animales lidiados en la Plaza México; los resultados, muy evocadores y contundentes, demuestran que todos los animales analizados habían sido afeitados, ¡pero también que ni siquiera cumplían con la edad requerida para la lidia!. Otra precaución tomada en cuenta, es que  se le han colgado sacos de arena en el cuello durante horas y/o le han golpeado el lomo con láminas y maderos. 
Asimismo, a menudo se le ha introducido una aguja rota en los genitales para impedir que se siente o se acueste, lo que por supuesto, aunado a todo lo precedente, hace que el toro esté ya muy cansado y alterado al entrar a la refriega, y lo obligará a mantener la cabeza baja durante la faena. 
Finalmente, cuando por fin lo van a soltar, poco antes de echarlo al ruedo, le clavan en el lomo una roseta colorida; es el primer arpón de puntas aceradas del que será víctima, conocido como la «divisa».
Esto no es lo último que se le clavará en este estado, pues aún falta un detallito más: uno o dos piquetillos sigilosamente administrados correspondientes a la inyección de algún medicamento fraudulento que ayude a mermar al toro, a aminorarlo, a vaciarlo de su energía vital. Nunca se es demasiado prudente. 
He aquí pues algunos de los productos con los que la canalla taurina aturde discretamente al toro: fenilbutazona, rompun (de Bayer, que se traduce en un sedado sin estado cataléptico y una relajación muscular generalizada, así como el ralentizamiento del ritmo respiratorio de duración variable según la dosis), vetranquil (Lathevet), sernylan (Parke-Davis), parkersernyl (Parke-Davis), y tantos otros. Dichos medicamentos pueden producir una especie de sensación  hipnotizante y tranquilizante derivado de la fenotiacina, que por cierto es empleado por la mayoría de los contratistas de las cuadras de picar para drogar a sus caballos…
Ya hemos dicho que tratando impúdicamente de justificar sus inaceptables actos, los taurinos pretenden que los toros «no sienten»; cualquiera que ha visto un toro en el campo nota de inmediato que al menor contacto de un insecto el animal se sacude o espanta al parásito con la cola o un movimiento brusco del pellejo, esto a pesar de su espeso pelaje y gruesa piel. Uno se pregunta por qué toman los taurinos a sus interlocutores cuando quieren hacerles creer que un toro no siente los tremendos arpones de las banderillas, o la espada que le atraviesa y desgarra las entrañas de par en par. Es que, además de su crueldad salaz y su profundo egoísmo, la falacia y la mala fe son otros atributos característicos de estos individuos, que están dispuestos a lo que sea con tal de gozar con el objeto de su mórbida perversión. 
Pero bueno, como hemos visto previamente, alevosamente manipulado, golpeado, herido, deshidratado, enclaustrado, cegado y completamente desorientado, y ya sufriendo del dolor intenso que le produce la divisa ensartada en los músculos del lomo, el toro, con la vista nublada por la grasa, recorre al galope el ruedo, deslumbrado y medio cegado, en una actitud de furia aparente. En realidad, cuando el toro desemboca en el ruedo es un animal inquieto o aterrorizado que, herido y desorientado en un lugar extraño, busca desesperadamente una salida.
A eso le pueden llamar una fiesta, ver como sufre un animal con un modo de secuencia anterior al momento de la fiesta en el que le suministran drogas. Como existe gente con la capacidad de asistir y apoyar esta crueldad a los toros, ver como les hacen daño, es lo mas inhumano que puede existir, y aun peor sabiendo el proceso que le aplican al toro dias antes al momento de la corrida.

Tomado de:
http://www.peninsulaanimal.com
Fuente México y el Mundo Unidos Contra el Maltrato de los Animales.

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El sufrimiento de los toros en espectáculos taurinos

Por:
Jordi Casamitjana
Zoólogo
CAS International
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La perspectiva de un etólogo
En este artículo me centraré en el tema del sufrimiento de toros y vacas en espectáculos taurinos del mundo. Este es simplemente un artículo de opinión científica, no un artículo científico empírico, pero está basado en mi conocimiento como zoólogo especializado en comportamiento animal (etólogo), así como en el hecho de que he presenciado (y grabado) la mayoría de los tipos de espectáculos taurinos del mundo, los cuales visité en los últimos dos años con la intención de estudiarlos detalladamente.
Trataré de contestar a varias preguntas. En primer lugar, si los toros y las vacas sufren en corridas de toros y actividades asociadas; en segundo lugar, si conozco algún estilo de tauromaquia donde los toros no sufran; y en tercer lugar si podemos decir que algunos actos (o partes) dentro de las actividades de la tauromaquia no producen sufrimiento alguno.
El sufrimiento y el dolor son rasgos biológicos que han evolucionado en animales durante cientos de millones de años y están presentes en prácticamente todo el reino animal gracias al proceso de selección natural. Esto es porque tienen una función fundamental para la supervivencia informando al animal sobre qué es lo que tiene que evitar. El dolor, en particular, informa a un animal sobre qué estímulos específicos tiene que evitar (por ejemplo, fuego). Para este fin el animal tiene receptores del dolor y una memoria que le permite recordar lo que le 
 El sufrimiento tiene la misma función, pero en vez de informar al animal sobre un estímulo a evitar, le informa sobre una situación a evitar. Por lo tanto, para experimentar sufrimiento el animal necesita percibir su ambiente, ser capaz de desarrollar estados de ánimo que coordinen respuestas comportamentales, y ser capaz de cambiar situaciones adversas o simplemente evitarlas. Ningún científico dudaría de que todas estas características están presentes en todos los mamíferos, debido a sus cerebros relativamente grandes y su comportamiento complejo.

Desde un punto de vista biológico, zoológico y evolutivo podemos estar seguros que la inmensa mayoría de especies de animales en el planeta tierra hoy, y ciertamente todos los mamíferos, tienen la capacidad para sufrir. Al menos tenemos la confirmación de que uno de ellos, la especie humana, puede explicar verbalmente sus propias experiencias y describirlas en efecto como sufrimiento; o, en otras palabras, algo adverso que no quieren experimentar otra vez,  y que empeora su estado de ánimo.
El hecho de que podemos preguntar a los humanos sobre sufrimiento y dolor permite que podamos correlacionar tales experiencias con factores que podamos observar en su fisiología y comportamiento. Una vez que establezcamos las correlaciones apropiadas, podemos buscar fácilmente las mismas 'claves' (o ‘indicadores’) en otras especies para identificar 'cuándo' los individuos que las forman sufren. Indicadores neurológicos o endocrinos específicos son comúnmente usados por biólogos y veterinarios, mientras que expresiones faciales, el lenguaje corporal y el comportamiento son usados por etólogos.

Por tanto, uno puede señalar si los toros sufren en las actividades taurinas sólo observando detalladamente su comportamiento durante ellas.

Desde el punto de vista de la definición de tauromaquia, ya podemos concluir que por supuesto los toros tienen que sufrir durante espectáculos taurinos, ya que se definen comúnmente como “cualquier actividad donde ganado vacuno se estresa, agota, hiere y/o mata para entretenimiento, celebración o deporte”. El estrés, el agotamiento, las heridas y la muerte son todas causas de sufrimiento y todos los mamíferos tratan de evitarlos cuando pueden.

Pero la cuestión es averiguar si hay variación en este tema respecto a los distintos tipos de actividades taurinas. Tales actividades se pueden dividir en 'corridas de toros' y ‘fiestas' populares. La primera tiene lugar en plazas de toros donde los toros (o vacas) se encuentran con alguna gente especialmente entrenada para el ‘espectáculo’ (toreros, novilleros, etc.). La segunda tiene lugar en calles públicas o en campo abierto, y los toros o las vacas se encuentran con muchos miembros del público en general que no han sido especialmente entrenados para la ocasión. Por lo referente a las ‘corridas de toros’, hay cuatro estilos distintivos: el "estilo español", el "estilo portugués" y dos estilos franceses, la “Course Camarguaise" y la “Course Landaise". 

No todos los estilos incluyen la matanza del toro - este sólo ocurre en el español y el portugués, (aunque en Portugal la matanza no se hace en público). El toro no es herido a propósito en todos los estilos, sólo en los estilos español y portugués, pero en todos los estilos el toro o vaca es estresado y agotado.

Por lo referente al sufrimiento por estrés, que ya está reconocido universalmente como un problema real de bienestar animal (y humano, por supuesto), se puede ver claramente en el comportamiento de toros y vacas en todas las actividades taurinas, desde fiesta populares que incluyen ‘vaquillas’ o ‘encierros’, a las corridas españolas.  Por ejemplo, en todas las corridas de Course Landaise,  en el ruedo se ata la vaca por los cuernos (en este estilo se usan vacas en lugar de toros) con una cuerda, se le tira repetidamente y se la provoca para que embista. El lenguaje corporal y el comportamiento de la vaca son claros. No sólo mueve a menudo su cabeza mostrando que  no quiere ir donde los toreros la tiran, sino que también intenta correr repetidamente hacia la puerta por la que entró al ruedo, con el fin de huir y evitar la situación 'adversa'. No es sorprendente que la vaca no quiera ir hacia donde se le tira, ya que al otro extremo de la cuerda será provocada repetidamente y finalmente se le clavará una vara estrecha puntiaguda que, naturalmente, le producirá dolor. Cuando como consecuencia de esto la vaca, con miedo y respondiendo instintivamente al dolor, corre rápidamente otra vez hacia la puerta de salida (claramente marcada en este estilo de corridas), un toreros salta acrobáticamente por encima de ella en su camino (o la esquiva usando varias posturas establecidas), que es el objetivo del "espectáculo". 

El dolor de tirar con la cuerda, a veces violentamente como yo he podido grabar en vídeo, girando la cabeza de la vaca con el potencial de tirones musculares en el cuello, y el uso repetido del palo puntiagudo, es la situación adversa que la vaca trata de evitar, sobre todo si ha sido usada ésta antes para acontecimientos similares. El hecho de que esto ocurra continuamente, sin dar a la vaca ningún respiro, convierte lo que sería una simple experiencia negativa en una situación fuertemente estresante, ya que por causa de la cuerda la vaca es incapaz de escapar a la experiencia negativa a pesar de intentarlo repetidamente. Además, la vaca se acuerda de lo que le pasó la última vez, y la ansiedad causada por la anticipación de lo que va a pasar ayuda a aumentar su sentimiento de sufrimiento. De hecho, este espectáculo no se podría realizar sin la cuerda, ya que la vaca nunca colaboraría después de haber experimentado la situación una vez (ya que la selección natural le ha dotado de una memoria para que pueda evitar situaciones que producen sufrimiento).

Algunas fiestas populares, como los ‘bous ensogats’ (festejo propio de la Comunidad Valenciana y del sur de Cataluña: “bous” es toros, y “ensogats” se podría traducir como “ensogados”), también usan cuerdas atadas a la cornamenta de toros o vacas de forma similar a la Course Landaise,  pero en estos casos el sufrimiento por estrés es aún mayor, ya que el número de gente provocando al animal y la duración del evento son mucho mayores también. En el caso de los toros ‘embolados’, las bolas de fuego colocadas en la cornamenta añaden un componente fuerte de miedo y sufrimiento al que ya han generado las cuerdas y la provocación de la gente, ya que, como todo el mundo sabe, los mamíferos responden instintivamente huyendo del fuego (y aún responden más rápido si se han quemado en el pasado, lo que no es inusual en el caso del ganado que ha sido marcado con hierro ardiente, saliendo de fuego, en la ganadería donde se crió).  

El caso de sufrimiento por agotamiento también es básico en cualquier actividad taurina. Éste se ve muy bien en fiestas populares, como son los encierros y  las ‘vaquillas’, donde se fuerza a estos animales a correr sin parar; pero otro ejemplo claro es el que se puede ver en las plazas de toros donde se realizan Courses Camargaises. En este estilo, el toro -al que no se le mata o hiere a propósito- es constantemente provocado por "corredores" que usan un instrumento metálico en su mano para tratar de cortar cordeles atados entre los cuernos del toro, lo que les da puntos en lo que básicamente es un espectáculo de competición entre corredores. Esto ocurre continuamente mientras el toro persigue a cada corredor sin pausa. 
Después de un rato se puede ver la expresión facial del toro con la lengua fuera y levantamiento de su cabeza (cada vez menos y menos), indicadores claros de agotamiento causado por el correr sin parar. Los bóvidos en general no tienen mucha resistencia física dado su peso, lo que explica cómo sus depredadores naturales, como por ejemplo los lobos, basan su cacería en agotarlos. De hecho, los corredores en la Course Camargaise cuentan con este agotamiento para ser capaces de acercarse lo suficiente al toro para cortar el cordel entre sus cuernos. Por supuesto que el toro no se quiere agotar e intentaría huir a la menor oportunidad, pero la plaza de toros circular no le da esa opción, y no tiene más remedio que intentar embestir a los que le provocan.

A menudo se pueden ver toros y vacas en estas situaciones produciendo gemidos y vocalizaciones similares. Muchos animales que sufren no expresan su sufrimiento de un modo claro como para que lo podemos entender, ya que la expresión de sufrir sólo tiene una función biológica principal cuando hablamos de especies sociales en las que el sufrimiento de un individuo puede ser comunicado a otros, permitiéndoles aprender que situación deben evitar sin tener que sufrir la experiencia ellos mismos. En el caso de los primates, las expresiones faciales informan a otros sobre el sufrimiento ya que la mayor parte de los primates son muy sociales. En el caso del primate humano, el llanto es otro ejemplo de comunicación de sufrimiento. Los bóvidos, el grupo de mamíferos al que el ganado vacuno pertenece, viven en manadas, y por lo tanto sí tienen una vida social, aunque no tan compleja como en primates. Cualquier persona que ha visto una manada de toros en una dehesa se puede dar cuenta de que desarrollan relaciones entre varios individuos (se reconocen, juegan, se pelean, se evitan, se atraen, se buscan, etc.), es decir que no están simplemente comiendo en el mismo lugar. Por lo tanto, también habrá cierta comunicación entre toros y vacas sobre experiencias negativas, y en este caso esta comunicación toma mayoritariamente la forma de vocalizaciones. Los toros que vocalizan durante los espectáculos taurinos no ‘se quejan' sin razón; de hecho llaman a otros toros para decirles que algo ‘malo está pasando aquí’. Esta llamada puede tomar la forma de ‘pedir ayuda', o simplemente 'advertir sobre el peligro', y sólo estudios más detallados pueden descifrar el significado preciso, pero no cabe duda de que este significado se refiere a una situación adversa, y por tanto nos indican también la existencia de sufrimiento (de la misma manera que oír a alguien llorando o gritando en pánico nos lo indica).

El estrés y el agotamiento no solo son causas de sufrimiento en las actividades taurinas donde no se hiere al toro o vaca a propósito, sino que son también elementos claves en las corridas de toros del estilo español y portugués, donde sí se les hiere y se les mata. Por ejemplo, en las corridas de toros portuguesas, en las cuales el torero principal está en un caballo, cada caballo sólo provoca al toro para que le persiga dos o tres veces y es inmediatamente sustituido por un caballo 'fresco' (cada torero va a la corrida con varios caballos), lo que significa que el toro se está cansado mientras el caballo se mantiene descansado. Ocurre lo mismo en las corridas al estilo español con caballos en las que se mata al toro públicamente, llamadas ‘rejoneos’. 

Este agotamiento es indispensable ya que en el tercer acto de las corridas portuguesas un grupo de ocho toreros a pie llamados ‘forcados’ intentarán inmovilizar al toro simplemente usando sus manos, lo que no conseguirían si el toro no estuviera ya totalmente agotado tanto por perseguir continuamente a los caballos como por la pérdida de sangre provocada por las numerosas banderillas que el torero a caballo ya le ha clavado. 

Además, se puede decir que aunque se agota a los toros en el ruedo, éstos ya llegan estresados al pisar por primera vez la arena. Independientemente de los rumores a menudo mencionados por los críticos de la tauromaquia de diversos tipos de abusos que los toros reciben antes de una corrida (que puede que nunca ocurrieran, ocurrieran en el pasado pero ya no ocurran dada su ilegalidad, o aún tengan lugar en algunas casos) mi experiencia de ver a toros durante el transporte normal o en las áreas donde ellos esperan antes de que sean forzados uno tras otro a entrar en el ruedo, me hace concluir que ellos ya se sienten estresados. Esto no es de extrañar, especialmente si nos referimos a toros que vivían en una situación de relativa libertad de movimiento en las dehesas sin demasiado contacto humano, a los que de repente se les fuerza a pasar por una serie de situaciones totalmente nuevas, con mucha gente alrededor, que restringen claramente su libertad de una forma radical.

A veces, durante el trasporte se ata al toro por sus cuernos al techo del camión y es transportado así a la plaza. En esta situación durante bastante tiempo el toro no será capaz de moverse mucho, ni incluso para rascarse si lo necesita, y además de esta restricción física debemos añadir las altas temperaturas que se pueden registrar dentro de estos camiones durante un día soleado. Cualquier persona que haya visto toros en dehesas podrá recordar que se les ve a menudo descansando a la sombra, lo que indica que claramente son sensibles al exceso de temperatura, y lo tratan de evitar si pueden. 

Por lo contrario, si no lo pueden evitar, y encima se les restringe su movimiento colocándolos en una ‘celda’ cerrada que de por sí se mueve mucho sin aviso, esto debe generar al animal mucho estrés. En el caso de las Course Landaise o Camargaise donde los toros y vacas no mueren durante el ‘espectáculo’, esta situación suele ocurrir dos veces, en la ida y la vuelta a la plaza, y a veces varias veces durante la vida del animal, añadiendo a las causas físicas del estrés otras psicológicas, en la forma de la ansiedad que provoca la anticipación de lo que va a pasar, ya que estos animales tienen buena memoria, característica no sólo de la mayoría de mamíferos sino especialmente de los sociales o de los que viven en manadas (ya que tienen que acordarse de quién es quién en su grupo).

Por lo referente a las ‘celdas’ donde ponen a los toros a la espera de entrar al ruedo, a menudo se les ve comportándose como cuando una manada se encuentra en peligro. Si aún están juntos (ya que se les separa al final) se acercan unos a otros y se cubren sus espaldas el uno con el otro, mirando en todas las direcciones, y fijando constantemente sus ojos a cualquier fuente posible de peligro si la pueden identificar (lo que a menudo no pueden, lo que les genera más ansiedad). Los toros que son transportados a una plaza y colocados en este tipo de espacios estarán en este estado constante de alarma, incapaces de entender lo que les está pasando y, por tanto, sin saber cuál es la mejor respuesta que pueden escoger. El dolor también es usado a menudo como método para moverlos de un lugar a otro, en la forma de varas puntiagudas que se les clava cuando no responden a instrucciones verbales, y por tanto esto se añadirá a su estrés. Tampoco es de extrañar que cuando al final salen al ruedo sin la compañía de sus miembros de manada (ni ganaderos con los que quizás hayan desarrollado una relación relativamente amistosa) parezcan bravíos y excitados, ya que ésta es la reacción normal de un animal que ya está estresado y se encuentra de repente en medio de un ruedo con gente gritando por todas partes, y nada que puedan usar para protección.

Ya en el ruedo, cuando al principio los toreros los empiezan a provocar con el capote o verbalmente, y luego en el caso de los estilos español y portugués, hiriéndolos con la puya (estilo español) o las banderillas (ambos estilos), el comportamiento del toro toma una de dos formas: el intento de escapar a la situación adversa o tratar de encararla si no parece haber una salida. Esta segunda es la más común. 

Las plazas de toros son de hecho ‘ruedos’ (o 'círculos') para que el toro no pueda encontrar una esquina donde protegerse contra los ataques. También son circulares para que el toro, después de un par de vueltas, no pueda identificar donde está la entrada e intente escapar por donde salió. Sin embargo, en la desesperación, a veces  los animales intentan, y a veces con éxito, saltar por encima de las tablas para escaparse, como yo he presenciado y grabado varias veces en corridas al estilo francés (que a veces tienen lugar en plazas donde las tablas son un poco menos altas que en las plazas españolas). En estos casos se ve como es bastante difícil ‘convencer’ a la vaca o toro para que vuela al ruedo (probando así que reconocen que en el ruedo es donde está la situación adversa que tienen que evitar), y solo vuelven cuando se les fuerza con dolor (en la Camargue usan para este fin unas varas con tres puntas metálicas llamadas ‘tridentes’, las que se clavan repetidamente en los lomos de los animales).

Dado el diseño de las plazas, la respuesta más común no es intentar escapar sino darse la vuelta hacia el atacante y tratar de apartarlo con sus cuernos. Este es un comportamiento que puede ser visto en muchos herbívoros cuando están siendo cazados por depredadores naturales o gente. Por ejemplo, los ciervos cazados por cazadores que usan manadas de sabuesos, como en el caso de la práctica en Inglaterra de la caza de venado (ahora prohibida), se comportan huyendo durante horas, pero cuando ya están agotados y no pueden correr más (a menudo cerca de ríos para que se puedan refrescar al estar hiper-térmicos), los ciervos entonces se dan vuelta hacia los sabuesos y tratan de apartarlos con su cornamenta. A este fenómeno se le llama en inglés “stag at bay” (literalmente “ciervo macho mantenido a raya”) y es cuando el cazador humano se acerca y pega un tiro al venado. Los toros en corridas de toros responden, por lo tanto, como si ellos no tuvieran ninguna opción además de embestir, ya que todas las rutas de escape han sido cortadas y camufladas, y ellos ya están heridos, lo que provoca este comportamiento como ‘último recurso’. Su agotamiento ya no les permite escoger la huida como la respuesta más efectiva, y el dolor despierta su instinto de defenderse, de la misma manera que las mordeduras de los sabuesos (o lobos) despiertan este comportamiento en el ciervo que ya ha sido alcanzado por ellos. Por lo tanto, el comportamiento del toro es consecuente con lo que se podría describir en  inglés como “bull at bay”.

En otras palabras, la embestida del toro no debería ser interpretada como un ataque (y el término "combate" usado para describir la tauromaquia no es un nombre apropiado), sino como un modo de apartar a los atacantes (una forma de defensa), para evitar la situación adversa. En consecuencia, las embestidas de los toros en una plaza son en sí mismas otro ejemplo de indicador comportamental de sufrimiento.

Además del estrés, el agotamiento y ahora las heridas causadas por las armas, el toro finalmente afronta la espada del matador, que, más a menudo que no, inflige heridas internas terribles al toro que permanece vivo por un tiempo considerable. Entonces es cuando podemos ver varias expresiones faciales que cualquiera, etólogo o no, puede interpretar fácilmente como indicadores de sufrimiento severo.

El comportamiento final del toro lo confirma aún más. Éste trata de andar hacia las tablas, donde debe estar la salida, como su última tentativa de escaparse, o por lo menos de cubrir su espalda después de tanto ataque y defensa en vano. A veces el toro se acerca despacio hacia un torero que no parece ser hostil en aquel momento (por ejemplo, uno que esté sentado en la base de las tablas), como si estuviera buscando ayuda, o quizás incluso piedad.
Toro agonizando acercándose a un torero temporalmente no-hostíl en una corrida en Sevilla
Los toros, animales por otra parte muy pacíficos que se pasan la mayor parte de su tiempo comiendo hierba, durmiendo y jugando el uno con el otro, son forzados a sufrir tales ordalías que no sólo les infligen un sufrimiento físico y psicológico serio, sino que también les obliga a comportarse de un modo que no se comportarían normalmente; o sea, embistiendo a otras criaturas para que los dejen en paz, dándoles la falsa reputación de ser 'bravos', reputación que cualquier otro herbívoro tendría si fuera sometido a las mismas circunstancias.

Por lo tanto, mi experiencia directa en el tema me lleva a concluir que mis respuestas a las tres preguntas que me hice al principio son: sí, toda la evidencia comportamental muestra que los toros y las vacas sufren en las corridas de toros; sí, ellos sufren en todos los tipos de corridas de toros y actividades taurinas, hasta en aquellas que no terminan con sus muertes; y sí, todos los aspectos de cualquier actividad taurina, desde el transporte a la muerte, son por sí mismos causas de su sufrimiento.

Tomado de: http://www.cas-international.org