Por: Claudio Nazoa - La gente me reclama que mis artículos, en ocasiones, no son humorísticos ni cómicos, pero es que hay momentos en la vida en que no puedo sino escribir arrecho. Sí, arrecho, y no por ganas de estarlo, sino porque no podemos ser de palo ni de cera; no debemos quedarnos callados ante tanta ignominia y maldad exhibidas por perdedores que hoy hacen la mueca de gobernarnos.
Por lo que
están haciéndole a los empleados públicos, a algunos oficiales y a los
beneficiados de las misiones es por lo que yo siempre me he portado mal
abiertamente, igualito van a fregar a quienes nos portamos mal como a
quienes simularon portarse bien, con la ventaja, si se puede hablar de
ventaja, de que quienes nos portamos mal nunca nos quedamos ni nos
quedaremos callados.
No tengo la menor duda de que el 14 de
abril ganamos. ¡Sí! ¡Ganamos! Sólo tenemos que tener un poco de
paciencia y confiar plenamente en Henrique, nuestro asombroso líder, tal
como él lo ha pedido, para ratificar, incluso más
temprano de lo que la gente imagina, los resultados que todos
esperamos. Hay que concederle ese tiempo, porque si en alguien debemos
confiar es en él; un hombre que ha logrado lo que ningún líder en el
mundo ha conseguido: quitarle al adversario más de 80.000 partidarios
diarios en tan sólo 10 días de campaña no sólo desigual por parte del
Gobierno, sino también obscena; gobierno que contaba además con la
anuencia del CNE, es decir, el beneplácito del mismo gobierno.
Qué
pena siento por Tibisay Lucena, a quien por cierto conocí como amiga de
mi casa cuando era un ser humano bonito, que con pasión y sueños tocaba
con mi sobrina el violonchelo.
No entiendo cómo Tibisay, y que
me disculpe ella por ser una dama, puede dormir plácidamente después de
este vergonzoso, gris y malvado momento que protagonizó y en el que, con
una irónica mueca que simulaba una sonrisa, no dijo la verdad de lo que
ella sabe que pasó.
Imagino que no puede menos que tener pesadillas y sueños grises, lleno
de imágenes de terror que quizás persigan y atormenten su conciencia
eternamente.
Cuando se anunció que se haría una auditoria, el
Gobierno, es decir, el CNE, para apaciguar a los presidentes de la
Unasur, hizo que reconocieran a Maduro (*) como presidente (sí, así, con
asterisco hasta que esto se aclare). Erróneamente, a regañadientes, una
vez reconocido, algunos pretendieron vacilárselos a ellos y a nosotros,
con el esperado anuncio de la auditoría.
Pienso que les ha
salido el tiro por la culata y que ya no hay vacilón posible. No nos
dejaremos engañar con una auditoría chimba e impugnaremos las
elecciones, tal como indicó nuestro líder.
¿Que no la quieren
hacer como corresponde? Es que no les queda más remedio, y el resultado
ellos lo saben muy bien. Si no la hacen, muchos de los presidentes que
ya reconocieron al mandatario
podrían reclamar fuertemente, comenzando, como ya se rumora, por
Ollanta, Dilma y Santos, y por el Papa, que apenas comienza a hablar.
La
auditoría que no se ha hecho, iba a demostrar, estoy seguro, que
Capriles tenía más votos que Maduro; de ser así, automática, interna y
externamente, entraría en usurpación del cargo. ¡Ajá!, ¿que ya lo
nombraron y decide no hacer otras elecciones y quedarse? ¿Que va a echar
al "pueblo" armado a la calle? ¿Que va a llamar a los militares para
burlar la Constitución? La pregunta más importante es: ¿con qué culo se
sienta la cucaracha?
Por cierto, qué peeenaaa Ernesto Villegas... que
pena, de verdad, que pena...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su Comentario