Antes de siquiera pensar en reabrir la refinería de Amuay, es esencial hacer lo siguiente:
1) Contratar a la mejor
empresa del mundo en asuntos de investigación, localización y
explicación de fallas técnicas en refinerías para que realice un informe
exhaustivo de las causas del suceso de Amuay.
2) Dicho informe no
solamente hará un estudio que determine las fallas específicas. También
deberá hacer un informe detallado del estado en que se encuentra toda la
refinería, cada uno de sus elementos constitutivos y operacionales.
3) El informe deberá
contener también una lista exhaustiva de cada uno de los pasos que
deberán seguirse para corregir todos los problemas existentes, y
modernizar cada uno de los procesos y la tecnología de las
instalaciones.
4) Se deberá contratar a
la mejor empresa del mundo en supervisión y fiscalización de
refinerías, para que determine si todos los pasos del punto 3 fueron
debidamente tomados y se encuentran en óptimo estado para reactivar las
operaciones.
5) Con los informes en
mano, y con el país debidamente informado, se deberán determinar las
responsabilidades de los funcionarios que sean señalados de acuerdo a
los que se deduzca de la investigación.
6) Aparte de los
procedimientos legales que deberán activarse para determinar la
culpabilidad y las penas aplicables, dichos funcionarios señalados
deberán ser removidos de sus cargos e inmediatamente se nombrarán sus
sustitutos, teniendo en cuenta exclusivamente sus respectivas
experiencias profesionales y capacidades comprobadas para ejercer sus
nuevas funciones.
7) Todas las viviendas
ubicadas en el perímetro de la refinería deberán se reubicadas en
lugares seguros. La zona devastada deberá someterse a una exhaustiva
limpieza, eliminando todos los escombros, fumigando apropiadamente y
dejando los espacios libres y limpios, únicamente aptos para la siembra
de árboles y demás elementos naturales que embellezcan el escenario.
8) Deberán resarcirse
todos los daños y perjuicios ocasionados a tercera personas. Para ello,
una empresa especializada en estos asuntos, que sea reputada
internacionalmente, deberá realizar el trabajo de esclarecimiento de los
daños implícitos y los montos apropiados para sus respectivos
resarcimientos.
9) Paralelo a todo esto,
PDVSA deberá negociar con fuentes seguras y confiables, contratos de
suministro constante y garantizado que cubran el desabastecimiento que
ocasionará el cierre de Amuay. Para no incurrir en mayores costos o
deuda, se sugiere negociar estos contratos con las matrices de algunas
de las empresas que actualmente están haciendo negocios con Venezuela.
Con el debido procedimiento legislativo, podrían, a título de ejemplo
(porque hay muchas alternativas) exonerar algunos impuestos a dichas
empresas a cambio del suministro de gasolina por un tiempo indefinido,
hasta que se resuelva el problema de Amuay.
10) Se deberá diseñar un
plan de emergencia para abordar seriamente el mantenimiento de todas
las instalaciones de PDVSA, incluyendo todas y cada una de sus
refinerías, en estado crítico actualmente.
11) Se tendrá
necesariamente que cancelar las deudas existentes con los proveedores de
bienes y servicios a PDVSA. Estos proveedores son esenciales para el
flujo de tecnología moderna y procesos de entrenamiento actualizados. Se
deberá eliminar las relaciones comerciales con proveedores poco
confiables y desconocidos, y activar las mismas con quienes tengan
reputación impecable y generen confianza por seguir fielmente los
estándares exigidos por la Industria petrolera internacional.
12) Todas las
instalaciones de PDVSA necesariamente deberán ser sometidas a una
auditoría imparcial que permita saber dónde se cumplen y dónde no se
cumplen los estándares internacionales y obligatorios aplicables a la
Industria petrolera internacional.
Nota final:
Estos son algunos de los
puntos esenciales que considero debe implementarse inmediatamente. Bajo
ninguna circunstancia las operaciones deben reactivarse, menos cuando
las motivaciones para hacerlo no responden a razones técnicas sino
políticas.
Aquí hay muchas vidas en
juego. Ya se han perdido demasiadas personas, dejando a familias
enteras en el más profundo y duradero de los dolores. Es tiempo de hacer
una reflexión muy profunda, poner de lado las pasiones humanas, los
intereses subalternos y los dimes y diretes; y hacer las cosas bien.
El trauma que hemos
sufrido en estos días jamás se olvidará. Solamente un reconocimiento
honesto del problema puede llevar a la solución del mismo. Si el
problema se niega, éste jamás se comprenderá y mucho menos se podrá
resolver.
El primer paso para
lograr una respuesta asertiva, consiste en reconocer la existencia del
problema y actuar en consecuencia. Haciendo las cosas bien hechas, a lo
mejor esta terrible tragedia de Amuay podrá servir para lograr algo de
sabiduría y caminar en adelante con paso más firme y más seguro.
Esto es lo que todos los venezolanos de buena voluntad estamos esperando y exigimos.
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